Maldito Imbécil 2 ||KTH|| ✔

XII.

Sentí un beso en mi hombro que me hizo sonreír inconscientemente, dejaron uno, dos tr... Espera. No tengo porque sentir besos en mi cuerpo, ChungHee esta demasiado pequeño y Miki no llega hasta en la tarde, cuando Lía lo traiga, a lo que deja a una tercera persona.

—Se que estas despierta— su voz, oh dio mio esa voz que hace erizarme por conpleto, su aliento mentolado (delicioso) chocó contra mi oído, su cuerpo se subió encima de mío con sus piernas al lado de mi cuerpo y empezó a darme masajes.

—No te detengas— maldito, él sabía mis puntos débiles y sus manos son un delirio a la hora de hacer masajes.

—¿Así?— corrió el cobertor hasta cubrir solamente mi trasero y después subió mi bata, empezando a dar masaje por toda mi espalda. Solo asentí disfrutando el gran placer.

—Sabes que puedo hacer esto todo el tiempo hermosa— volvió a susurrar en mi oído dejando de masajerar mi espalda— Pero necesito saber con que me pagarás — reí y volví acomodarme la bata, volteé con el encima de mí y lo miré.

—Tú me debes mucho, esto debería de ser gratis — miré hacia la cuna pero mi pequeño no estaba ahí.

—Esta con San— respondió antes mi rostro de preocupación y asentí.

—¿Podrías salir? Quiero ir al baño— señaló sus labios— Pierdete Kim, me orino — pero no salió — Ash— me senté en la cama y lo cogí por la camisa juntando sus labios con los míos, él río sobre mis labios y me correspondió de igual manera.

No, eso no significa que estamos juntos.

—Ahora si, puedes ir al baño— me dejó libre y corrí al baño para hacer mis necesidades, lavar mi rostro y mis dientes.

—Ah, sigues aquí— estaba acostado en la cama, sonrió y solo rodé los ojos, fui hacia la puerta para salir de la habitación pero esta tenía seguro y la llave no estaba—Kim, dame la llave— volteé a verlo y él señaló la llave a su lado en la mesita de centro, ahí estaba la llave.

Fui hacia ella ya cuando iba a tomarla, él tomó mi mano y me lanzó a la cama haciéndome sentar en su regazo.

—Sueltame— negó y acercó su boca a mi cuello— Taehyung sueltame— esa última palabra salió en gemido, estaba besando, succionando mi piel.

—¿Quieres que me detenga?— trague en seco y negué, sentí como río contra mi piel y siguió mordiendo, eso iba a dejar marcas.

Mis manos se enrredaron en su larga cabellera, mientras empezaba hacer fricción con su sexo y el mío, su miembro se ajustaba demasiado a los pantalones que tenía y yo llevaba unas simples bragas, podía sentirlo mejor.

Tomó el borde de la bata. Y me la quitó empezando a bajar sus besos hasta mis senos.

—Taehyung— se metió uno de ellos en su boca, pero él estaba demasiado entretenido — No succiones— fue demasiado tarde, se separó de mi y su boca se había echo chiquita haciendo una mueca de disgusto, me alejó de él y corrió hacia el baño, no pude evitar reír de una manera escandalosa, busqué mi bata y volví a ponermela.

—Dios, que mala sabe— salió pasándose una de las toallas limpias por su lengua— ¿Cómo ChungHee puede tomarse eso?— su rostro era un poema y no pude evitar reír.

—Preguntale a él —tomé la llave y me levanté de la cama.

—Espera Sang ¿A dónde vas? No me dejaras así ¿Verdad?— señaló su entrepierna.

—Si me hubieras hecho caso, te hubiera ayudado, pero no lo hicistes— le lancé un beso— Hay bastante agua fría en el baño— reí y salí de la habitación, ignorando sus llamados.