Estaba en el colegio, gracias a Dios ya faltaba solo 1 hora para el descanso.
La clase de física, se me hizo eterna como siempre, hasta que la campana sonó como ángeles cantando en mis oídos.
Llegando a la cafetería fui a formarme a la fila para poder agarrar mi comida. Había delicias como siempre, milanesa de pollo rellena de queso, pizza, sushi, macarrones con queso, arroz, pasta, cereal y pasteles. Yo decidí comer milanesa de pollo con pasta. Adelante de mi estaba la chava que odio mas, Catherine.
Catherine me tiene un odio desde pequeñas, por que ella siempre pensaba que yo quería ser mejor que ella en todo.
Cuando estábamos en kínder ella se enojaba conmigo ¡solo por que nuestros nombres empezaban con la misma letra!
-¡Vaya tontería!-Pensaba yo en mi mente.
Al llegar al final de las repisas de comida, se dio cuenta que yo estaba atrás de ella. Me miro con una expresión disgustante, ¡como si yo fuera la cosa mas asquerosa en el mundo!
-¿Que me ves?-Dije
-¿Enserio comerás eso? Por eso estas así de gorda mi reina.-Dijo Catherine
-¿A caso pedí tu opinión? No lo creo-Dije en forma de burla
-No es que la hayas pedido, es un consejo tonta-Exclamó Catherine
-Hay, como sea, sinceramente no me importa lo que digan las personas, y mucho menos si eres tu, gracias a Dios yo no soy una persona que se mata de hambre solo por estar flaca, existe algo llamado "ejercicio" ¿lo conoces?-Dije
-Si, si lo conozco, te recuerdo que yo soy la líder de las porristas, te recomiendo que tu lo practiques, que buena falta te hace-Dijo Catherine
Ignore su comentario y me dirige a la mesa en la que estaban todos mis amigos.
Todos habian visto mi pelea con Catherine y empezaron a preguntar que me habia dicho.
-¿Que te dijo el esqueleto de Catherine?-Dijo Emily, mi mejor amiga.
-Solo decia babosadas como siempre, ya la conoces..-Dije
Al principio no le tome importancia a lo que había dicho Catherine, pero apenas y tome una cucharada de mi comida y pensé: "Yo no quiero estar gorda." Inmediatamente escupí la comida y se lo ofrecí a mis amigos.