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Harry sabía que seguramente pasar toda la noche con Louis le iba a traer algún regaño por parte de su madre, pero no esperaba un sermón tan largo mencionando todas las razones por as cuales lo que hizo estaba mal

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Harry sabía que seguramente pasar toda la noche con Louis le iba a traer algún regaño por parte de su madre, pero no esperaba un sermón tan largo mencionando todas las razones por as cuales lo que hizo estaba mal.

-¿Sabes lo que las personas dirán cuando sepan que estuviste en la tercera clase?- Amelia en verdad se encontraba alterada.

-No es para tanto, madre. Además, nadie se va a enterar. Tú tampoco deberías saberlo, no había motivos para que entraras a mi camarote por la noche- tenía algo de resaca y los gritos que estaba recibiendo no le ayudaban en nada.

Mientras el rizado bailaba y bebía, la señora Styles se dirigió al cuarto de su hijo para entregarle algo bastante especial para ella, pero al no verlo se preocupó bastante y salió a buscarlo por todo el lugar. Después de algo de tiempo, vio al ojiverde subir por las escaleras por las que se accedía a la parte de la nave de las otras clases. Atando cabos concluyó que había estado con aquel chico que supuestamente lo había salvado de caerse, cosa que no era incorrecta.

Dejó pasar la madrugada y esperó a la mañana para regañar a Harry por su comportamiento indebido, poniendo énfasis en cómo podría dañar la imagen de la familia si el rumor se corría.

-Bueno, tenía pensado darte algo importante- habló más calmada- Y tenía que ser en la noche para que Charlotte no se enterara-

Cierto, estaba comprometido con una linda chica que así como él, también estaba metida en el asunto por negocios. Con cada minuto que pasaba salía un poco más de la burbuja de felicidad en la que se encerró anoche.

-¿Y qué era eso tan importante que tenías que darme?- preguntó canssdo- Creo que gastaste bastante tiempo quejándote de todo lo que hago, te recuerdo que en media hora debo ir a tomar el desayuno con Charlotte-

Amelia respiró, por más que le pesara, su hijo tenía razón.

-Antes de fallecer, tu padre mandó hacer esto para mí- tomó una caja negra que estaba sobre la pequeña mesa de centro- No puedo usarlo por el dolor que me causa, pero un obsequio tan hermoso no puede desperdiciarse-

Harry tomó el elegante empaque y lo abrió, encontrando un collar de cuyo centro cuelga un bello, gigantesco y genuino diamante azul. Era una joya baste hermosa, llamaba la atención de cualquiera que lo viera. Simplemente impresionante.

-Se llama "el corazón del mar"- habló la señora a falta de palabras de su hijo- Esperaba que se lo dieras a Charlotte como regalo de bodas. Sé que esta unión no es por amor, cariño, pero aún así deseo lo mejor para ustedes-sonrió sinceramente.

Ahí estaba Harry, con un collar costoso, un apellido de renombre, una prometida que cualquier hombre desearía tener y una madre que busca lo mejor para él, y aún así no estaba feliz.

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El Coronado de LaurelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora