Capítulo 05.

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  Takemichi y Baji cargaban al rubio, buscando alejarlo de todo aquel traqueteo. Detrás de estos aparecieron las chicas, Emma al ver a Draken malherido callo en llanto derramando algunas lágrimas en silencio.

–Ya llamamos a una ambulancia–avisó la rubia y llamando la atención de los otros dos, voltearon a ver a aquel trio casi al mismo tiempo.

–Dijeron que esperemos aquí–agregó Hina.

  Rou que observaba tal escena se apresuró en acercarse hasta donde habían dejado reposando al rubio, cortó con agilidad un pedazo grande de tela de su propia ropa y con esta ejerció presión en la herida de Draken mismo que se quejaba del dolor.

–¿Qué mierda crees que haces, Rou?–cuestionó el azabache al lado suyo.

–Evitando que siga perdiendo más sangre, Keisuke.–respondió con cierta obviedad mirando al alto con mala cara.

  Takemichi que se encontraba parado viendo al frente, llamó a Baji al ver como un pequeño grupo liderado por Kiyomasa se aproximaba hacia ellos.

–¡No me jodas! Esto tiene que ser una maldita broma.–soltaba el pelilargo con algo de rabia, ganándose la atención de las chicas detrás suyo.

–Así que sigue vivo–comentó uno de los tipos con una sonrisa divertida.

  Baji lo miraba tan intensamente, con inmensas ganas de ir a por él y golpearlo tanto hasta dejarlo inconsciente, sin embargo sonrió ladino viendo como Takemichi tomaba coraje y se posicionada frente a él, desafiando a Kiyomasa en uno contra uno.

–Eso ya se resolvió, yo gané.–respondió Kiyomasa con una sonrisa simplona.

–No, yo no perdí–respondió el rubio viendo a su oponente ciertamente seguro de sus propias palabras, no iba a dar marcha atrás a estas alturas.–Y no voy a huir. Hina, Eve, Emma cuiden a Draken.

  El herido rubio con ayuda de Emma tomó asiento en el suelo, sosteniendo con fuerza aquel retazo de tela sobre su herida.

–¡Apuesto a que Takemichi ganará!–exclamó Draken con una sonrisa desafiante.

–¡Te pateará el trasero!–exclamó esta vez Rou con una sonrisa ladina ganándose una mirada de Baji.

  El rubio se volteó para verlos a ambos quedando sorprendido de que tuvieran fe en él. Con una significante sonrisa se volteó nuevamente para ver a su oponente.

–Están totalmente locos–respondió Kiyomasa con esa sonrisa burlona de siempre.

–No, Takemichi va a ganar.–afirmó esta vez Draken, firmemente en cada una de las palabras, el azabache secundó a la afirmación de su amigo.

–Oi Kiyomasa, no subestimes a tus oponentes–finalizó el azabache sonriente detrás del más bajo.

  Finalmente Takemichi para terminar de una vez con aquel combate, pegó un gritó sacando toda la furia que llevaba acumulada en ese día ajetreado. Corrió cómo si fuera un animal salvaje hacia su presa, elevando su puño izquierdo listo para dar su golpe pero antes siquiera de tocar al más alto, su mano es apuñalada por una filosa arma blanca.

  Sin embargo dejó de lado aquel dolor punzante de su mano porque aún no terminaba con Kiyomasa, por ende lentamente quitó aquel cuchillo de su mano tirándolo lejos de él. Tomó un respiro para poder continuar.

  Volvió a correr pero esta vez se deslizó por un costado de su oponente logrando tomarlo por atrás, se trepó como si fuera un pequeño koala y con agilidad logró una perfecta llave sorprendiendo a su víctima por la espalda. Takemichi pasó su brazo por el cuello de Kiyomasa para realizarle un estrangulamiento hasta lograr hacerle perder el conocimiento. Poco a poco con toda su fuerza lograba su cometido, las piernas de su víctima temblaban y fue tiempo después que este comenzó a caer al suelo mojado.

—¡Lo hice!—exclamó el rubio agitado estando tendido en el suelo y con su respiración perturbada.

–Hey, seguimos aquí–habló uno de los compañeros de Kiyomasa, sonriendo plenamente y saboreando la futura gloria.

  Takemichi se levantó del suelo al escucharlo, sabía que no sería tan fácil como lo veía y que costaría derrotarlos pero al menos había sacado un peso de encima. Draken con ayuda de las chicas se puso de pie, con dificultad caminó hasta posicionarse al lado del pelinegro.

–Chicas, deberían irse–murmuraba el alto.

  Baji echó un vistazo al rubio al lado suyo con una sonrisa amplia, a pesar de que su amigo estaba malherido este se decidió a luchar junto a él. No iba a detenerlo porque de todas formas no lograría hacerle cambiar de opinión.

  Estaban listos para atacar pero repentinamente se comenzaron a presentar ruidos en el lugar, de unos arbustos salieron los amigos de Takemichi y del otro extremo de aquella calle estrecha unas cuantas motocicletas se aproximaban hacia ellos.

–¡¿Qué mierda?!–el pelilargo miraba a aquellos sujetos que poco a poco bajaban de sus motos y caminaban hasta acorralar a los compañeros de Kiyomasa.–¿Quiénes son?

–La Asociación Sannoh, amigos míos–respondió la de cabello bicolor que aún seguía allí junto a las demás.

  Minutos antes había hecho una llamada de emergencia a Cobra, el rubio al principio se negó en aparecer pero se trataba de Eve y todos sabían que podía llegar a cambiar de idea si se trataba de ella y acudir inmediatamente allí en cualquier momento.

–Chicos, llegan en buen momento–pronunció Takemichi sonriendo al ver a sus amigos allí y al ver al otro grupo.

–¿Quieren morir?–preguntó Cobra con una mirada neutral, comenzó a dar unos pasos y pronto repartió golpes, finalmente los demás se unieron y la batalla continuó.

  Ni Draken, ni Baji quedaron atrás. Pelearon junto a Sannoh para derrotar a los sucios traidores de ToMan. Incluso iban llevando la delantera de aquella lucha pero pronto se hizo presente las sirenas de la ambulancia, fue así que lograron la victoria.

  Cuando la ambulancia llegó al lugar, Baji con ayuda de Yamato de Sannoh cargaron a un exhausto Draken hasta la camilla donde le dejaron en manos de los profesionales el estado de salud del rubio.

–Ha perdido demasiado sangre, está muy grave–comentaba una enfermera y al rato cargaron en la camilla al herido joven dentro de la furgoneta blanca, junto a él viajaba el azabache.

  El resto los siguieron de cerca, Sannoh decidió llevar a las chicas al hospital y en un abrir y cerrar de ojos yacían allí esperando noticias del estado de Draken. Aún estaba en cirugía, Mikey todavía no aparecía por el lugar y Emma estaba hecha un desastre pero Rou trataba de calmarla en abrazos y palabras de aliento.

–Sannoh, les debemos una–se acerca Baji al líder de aquel grupo, logró hacer sonreír al rubio de Cobra.

–Lo hicimos por Rou, no nos deben nada.–señaló con la mirada a la joven del otro lado de la sala.

  El azabache echó un vistazo a la chica nombrada por aquel rubio, entonces entendió que debía de darle las gracias ella también.

  Al rato hace su aparición Mikey, al contrario de Emma y del resto de sus amigos, la actitud que mostraba era completamente diferente. Se veía demasiado tranquilo en su lugar, tomó asiento en una de las butacas de la sala de espera y quedó quieto mientras observaba el suelo.

  Aunque quizás actuaba así para camuflajer su verdadero sufrimiento. ¿No?



NOTITA:
¡Muy buenas a tod@s! No iba a dejar
una nota pero tenía que hacerlo para
darles las gracias por el apoyo que le
están dando a este intento de historia.
Agregando de que es una ocasión espe-
cial por los 1K de leídos que gracias a us-
tedes pude alcanzar. A pesar de que mu
chas veces he pensado en borrar esta his
toria, ustedes me han dado las ganas de
querer seguir adelante con la obra así que
muchas gracias por el apoyo y me discul
po de ante mano por la mala redacción o
por los errores ortográficos que puedan
llegar a encontrar, eso es todo. Espero
tengan una bonita semana, cuídense,
tomen agüita y lavense las manitas.

Sálvame ➸ Keisuke Baji (PAUSADA y EN EDICIÓN )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora