CONTRA LAS REGLAS (ADAPTACIÓN JENLISA)

Capítulo Dieciocho

Jennie

Todo lo que Lisa dijo antes se reproduce en un bucle en mi cabeza. Es difícil de creer que nunca haya estado con nadie. Eso explicaría por qué todos se volvían locos al verla con una mujer. Estaba en shock cuando vi nuestra foto en el periódico.

Gracias a Dios que mi pelo me cubrió la cara. Pero Jisoo no se dejó engañar. No tuvo problemas para descubrir que era yo. Quizá fue el hecho de que me vio entrar esta mañana temprano. Estoy segura de que ella lo juntó todo.

Sigue diciéndome que es una mala idea.

Recordándome lo duro que trabajé en la universidad para conseguir un trabajo como este. Si esto me explota en la cara tendré que renunciar o me despedirán. No hay manera de que pueda trabajar con ella si rompemos. Ya tengo está loca fascinación por ella. Estoy segura de que mi enamoramiento no tardará mucho.

Creo que incluso podría haberlo tenido antes de llegar aquí. Desenterraría todo lo que pudiera encontrar sobre ella. Me dije a mí misma que estaba investigando para poder estar en la cima de mi juego.

Por eso me sorprendió esa noche en el restaurante cuando me dijo esas cosas. Eso no coincidía con nada de lo que había encontrado sobre ella. De hecho, no había ninguna mujer en su vida basada en lo que leí. Pero me imaginé que probablemente era discreta sobre su vida personal. Nunca hubiera adivinado la verdad.

—Jennie. ¿Puedes llevar esto a contabilidad?— Kai deja un archivo en mi escritorio.

—Me ocuparé de ello— Agarro el archivo.

—Oye. ¿Quién crees que era la mujer que Lisa tiró sobre su hombro?— Kai pregunta en un tono silencioso. Estoy segura de que todos aquí también encuentran extraño este otro lado de Lisa.

—No lo sé— Me encogí de hombros, sintiéndome mal por haberle mentido.

—No creo que fuera la mujer que apareció aquí ayer. Tenía piernas largas. Esta chica se veía corta con cabello castaño. — Me quedo aquí sin saber qué decir. —Ah, olvídalo. Estoy seguro de que lo averiguaremos pronto. Estoy feliz de que salga ahí afuera. Creo que será bueno para ella. — Kai vuelve a su escritorio.

Me dirijo a contabilidad, contenta de estar fuera de la línea de fuego. Es entonces cuando recuerdo a Kevin y el hecho de que él lo sabe. Podría correr la voz y entonces todos sabrían exactamente quién es la chica misteriosa. No sé cuál podría ser el resultado de algo así.

¿Está siquiera permitido? ¿Podría Lisa meterse en problemas? No, ella es la dueña del lugar. No puede meterse en problemas. Sorn podría gritarle, pero estoy segura de que yo sería la que pagaría el precio si llegara el momento.

Llamo a la puerta abierta. Kevin y otros dos que no conozco me miran.

—Se supone que debo dejar esto. — sostengo el archivo.

—Lo tomaré— Kevin está de pie alrededor de su escritorio.

—Gracias—

Empiezo a girar para volver a mi escritorio, pero Kevin me agarra del codo.

—¿Almuerzo?

Maldita sea. No creo que tenga muchas opciones. Había planeado pasar el almuerzo en la oficina de Lisa con ella y los gatitos. Todavía estoy tratando de pensar en nombres para ellos. No es que sean mis gatitos, pero Lisa podría necesitar sugerencias. Supongo que tendrá que esperar.

—Seguro.

—Genial— Kevin deja la carpeta en su escritorio. —Vámonos. — Volvemos a mi oficina sin que ninguno de los dos diga nada. Lo estoy esperando. Estoy segura de que es por esto que quiere almorzar.

—Voy a tomar mi almuerzo si está bien— le digo a Kai mientras paso por nuestros escritorios.

—Sip— ¿Por qué no pudo haber dicho que no?

Entramos en el comedor juntos. Cogí una bandeja antes de coger un sándwich de mantequilla de cacahuete y mermelada y una leche de fresa. Llevo mi bandeja a la mesa en la que Kevin está sentado.

— ¿Así que tú y la jefa?— Ahh. Cuando lo dice así suena tan mal.

— ¿Quizás?— Es una respuesta honesta.

No estoy segura de lo que estamos haciendo realmente. Me quiere en su cama. No estoy segura de que tengamos algo después de eso. Me duele el corazón al pensar que es algo de una sola vez. No podría permitirme terminar en su cama a menos que supiera que podríamos ser más. No hay manera de que pueda manejar una aventura con Lisa. Ya estoy demasiado lejos para ella.

—Entonces, ¿qué fue ayer? ¿Me usaste para ponerla celosa?

—Oh Dios. Lo siento mucho. — No lo había pensado así. Había estado tan envuelta en todo que no me había dado cuenta de lo egoísta que estaba siendo.

—No lo lamentes. Haz lo correcto y no te acuestes con la jefa. — Miro mi comida. ¿Es eso lo correcto? No se siente así. La forma en que Kevin lo dice que me hace sentir mal, sin embargo. —Podríamos tener algo, Jennie. Encajamos. Tú y la Sra. Manoban no tanto. — Entiendo que esté molesto por lo de ayer, pero no me conoce. Quiero decirle lo que pienso, pero me contengo.

Recojo mi sándwich para no tener que responder. No sé qué decir a eso. Fui una imbécil por engañar a Kevin, pero quiero decirle que se meta en sus asuntos. Lisa es la primera persona que me ha atraído. Basado en lo que dijo antes, es lo mismo para ella. Eso tiene que significar algo.

— Jennie— Me trago mi bocado de comida. Miro hacia arriba para ver a Lisa. Sus ojos rebotan entre Kevin y yo. Le doy una mirada suplicante para que no haga ninguna locura. Estamos en la oficina. Sólo le daría a la gente otra razón para pensar que no deberíamos estar juntas. —Cuando termines tu almuerzo necesito que vengas a mi oficina. Necesito que alguien cuide a los gatitos durante un par de horas.

— ¡Sí!— Digo demasiado alto. —Lo siento— susurro.

Me sonríe. —Piensa en los nombres. Los haremos rebotar el uno en el otro. — Se da la vuelta para irse.

Miro hacia atrás a Kevin, que me está mirando fijamente.

—Termina con esto— ordena. Su tono ha cambiado completamente. Pensé que era agradable, pero ahora sus verdaderos colores están saliendo. Jisoo dice que los hombres son agradables hasta que no consiguen lo que quieren. Luego se convierten en imbéciles. Especialmente cuando oyen la palabra “no”. —Es por tu propio bien. Todos pensarán que eres la zorra de la oficina y que intentas dormir con ella para llegar a la cima. — Mi estómago se cae. Mis ojos me pican con lágrimas.

—Gracias por el almuerzo. — Agarro mi bandeja para irme.

—Jennie. — Me doy la vuelta. —Eres una chica dulce. No arruines eso. —

Dejo mi comida en la basura, poniendo mi bandeja. No quiero terminar lo que sea que esté pasando entre Lisa y yo.

La quiero a ella. Tal vez podría pasar una noche con ella. Una que pueda apreciar y tener para siempre. No estoy tan preocupada por lo que la gente diga de mí. No quiero que nadie intente arrastrar el nombre de Lisa por el barro. Si he aprendido algo en las últimas veinticuatro horas es que Lisa es una mujer dulce. A veces está un poco loca, pero yo también. Encajamos. No importa cuánto intente negarlo. Lástima que no pueda hacerla mía.