Chapter 2

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Tras el incidente de ese sábado, la última semana de clases pasó sin ningún altercado. No había ningún tipo de criatura acechando Beacon Hills, aunque los celos sí que envolvían al solitario Stiles que, aunque rodeado de gente, se sentía más solo que nunca. Todos sus amigos estaban acaramelados, enamorados, emparejados. Incluso su padre, quien ya había logrado que cenaran los tres juntos, estaba en la empalagosa e irritante nube del amor con Marie.

Las clases del viernes terminaron con gran alboroto, pues ya daba comienzo el verano. Esto hizo que un peso cayera sobre el estómago del hijo del Sheriff, que pasaría esos tres meses solo, aunque parecía que nadie, ni su mejor amigo Scott, se había percatado de ello.Suspiró, metió su único bolígrafo en la mochila, que se colocó sobre el hombro y salió de la clase seguido de un emocionado Isaac, que cogía con fuerza la mano de Allison. Stiles rodó sus ojos.

¿Es que no podían estar sin tocarse ni un solo instante? Siguió caminando y se encontró de frente con Kira, que le saludó con un abrazo y tras enlazar sus dedos en los de Scott, comenzó a caminar junto a ellos, que hablaban animados acerca del verano.
Por lo que se pudo enterar, las dos parejas se iban al día siguiente, Lydia ya se había ido el día anterior a Londres y los gemelos se iban esa misma noche a Dios sabe dónde.
-Y Peter se va con Cora a Sudamérica. -dijo Scott concluyendo el resumen que habían hecho de sus viajes.-Sí... pobre Derek, se queda solo. -murmuró Allison.
Stiles la miró atónito y se levantó del banco en el que se habían sentado. Ella le devolvió la mirada confusa y con la ceja alzada, como todos. Todos le miraban sorprendido por aquella reacción. ¿Pobre Derek? ¿Hola? ¿Y él?
-¿Sabéis qué? -dijo entre dientes. -Os deseo un gran verano a todos. Yo me voy a mi casa ya...-¡Stiles! ¡Pero ven a comer con nosotros! -protestó Scott.-Paso. -dijo yendo hacia su Jeep. -Y dadle recuerdos al pobre Derek. -Arrancó el motor y sin mediar más palabra, sin siquiera volver a mirarles, se fue dirección a la comisaría para encontrarse con su padre.
Entró en el edificio y se encontró de frente con la dulce recepcionista que, tras dirigirle una sonrisa, le dio paso al interior de las oficinas. Allí, como siempre, se encontró a su padre sentado tras la mesa del Sheriff. Se acercó y se sentó frente a él, recibiendo una mirada interrogativa.
-Stiles, ¿me vas a contar qué demonios haces aquí?-Nada. -dijo jugueteando con una pelota de béisbol que tenía su padre sobre la mesa como pisapapeles.-¿No tienes que ir a corretear con tus amigos por el bosque? -dijo suspirando su padre e intentando dar un tono de humor a su pregunta.-Mis amigos tienen novia. -dijo alzando la mirada -Incluso tú tienes novia.-Stiles... -comenzó a decir su padre.-No, tranquilo, si ya me voy... no quiero molestar. -dijo posando la pelota en su sitio.-¡Stiles! -alzó la voz haciendo que su hijo se girara, así como algún que otro oficial de policía de la comisaría. -Siéntante... tengo que darte una buena noticia.-Dime por Dios santo que Marie no está embarazada. -rogó con ojos aterrados ante la posible respuesta. Su padre negó con la cabeza y se calmó.-No, Marie no está embarazada. Ni lo estará. -dijo calmando completamente a su hijo. -Lo que te quiero decir es que... bueno... hemos decidido que aprovecharemos los dos meses que tengo de vacaciones y nos iremos juntos. -dijo tanteando el asunto. -Así que te quedará la casa para ti sólo, Stiles. Os permitiré hacer fiestas, pero con condiciones. -dijo sonriendo el Sheriff.
Stiles le miró entre sorprendido y más hundido que nunca. Su padre se cogería las vacaciones de dos meses para irse con su novia a disfrutar de tiempo sin hijos.

¡Genial! Hasta mi padre me da de lado...

Stiles logró sonreír y asentir antes de salir de la comisaría. Se subió en su coche y no soportó más: gritó y golpeó su frustración contra el volante de su raído pero adorado Jeep, arrancó el motor con rabia y se dirigió a las afueras del pueblo para conducir por sendas verdes del bosque y evadirse. De todos.
Condujo durante horas y llegó a un pueblo, donde aparcó delante de una cafetería para sentarse en la terraza. Pronto la camarera apareció y le pidió nota para desaparecer por la puerta y sacarle su Coca-Cola.
Suspiró antes de darle un trago a su bebida. Sacó su teléfono móvil, tenía varias llamadas perdidas de Scott y Lydia, pero las ignoró y se puso a jugar despreocupadamente al ajedrez con una aplicación que se había descargado. Mataba los peones de su rival imaginándose las caras de sus enamoradizos amigos y pasó así un rato hasta que su móvil se apagó por la poca batería.
Echó en ese pueblo la tarde entera. Caminó por las calles despreocupadamente con las manos en los bolsillos, echando miradas de aquí para allá sin prestar atención a nada en especial, hasta que, delante del escaparate de un gimnasio, algo le llamó la atención. Era un anuncio de "Cómo tener un cuerpo 10" en tan sólo un mes y a un muy buen precio. Entró sin pensárselo más y después de que un musculoso monitor de gimnasio le mostrara las instalaciones, se inscribió en el programa. Al menos, tendría un hobby con el que ocupar su verano y al comenzar el curso tendría un cuerpo con el que conseguir una novia no supusiera un reto hasta el momento imposible.
Volvió a su Jeep y llegó a su casa de noche. Su padre había preparado la cena, lo que le sorprendió, hasta que se dio cuenta de un bolso de mujer que descansaba sobre la mesa del comedor. Marie estaba en casa. Se sentaron en la mesa juntos y cenaron sin casi mediar palabra.
-Me he inscrito en un gimnasio. -comentó Stiles a su padre, que lo miró con los ojos realmente abiertos.-¿Cómo? ¿Dónde?-En un pueblo a unos kilómetros. Vi una oferta y me apunté sin pensármelo. -dijo encogiéndose de hombros. La mirada incrédula de su padre le llegó a molestar hasta tal punto que, sin pensárselo, se levantó. -¿Acaso no me ves capaz?-Yo no he dicho eso...-No ha hecho falta. No tengo hambre. Estaba todo muy bueno, Marie. -dijo mirándola, suavizando un poco la mirada. Ella sonrió y antes de que Stiles pudiera subir a su cuarto dijo-Seguro que te pones en muy buena forma, Stiles.-Gracias. -dijo quedamente.
Los días fueron pasando tranquilamente. Stiles seguía sin encender su teléfono móvil, por lo que no sabía si sus amigos intentaban contactar con él, pero no le importó. Casi no pasaba tiempo en su cuarto, los juegos que había comprado para entretenerse estaban aún en su bolsa sin haber sido usados ni una sola vez. Pasaba todo el día en el gimnasio, para sorpresa de su padre, que aún seguiría trabajando durante el primer mes del verano.
Cuando llegaba a casa, Marie siempre estaba allí, y aunque era consciente de que ella pretendía ser lo más amable posible con él para caerle en gracia (cosa que en realidad estaba logrando ya que parecía muy buena persona), él intentaba ignorarla lo más posible. No podía de dejar de pensar en lo mucho que le dolía el hecho de sentir cómo poco a poco esa mujer estaba ocupando el sitio de su madre. Rara era la noche en la que no cenaba en casa y dormía con su padre, pero había llegado el punto en el que se había acostumbrado hasta tal punto que no le sorprendió encontrarse tres cepillos de dientes en el baño que compartían habitualmente su padre y él. De todos modos, ya le había dejado de importar todo.
Un día se despertó y tras haber dejado cargar su teléfono móvil durante toda la noche, lo encendió. Tenía más de diez mensajes de voz en su buzón, la gran mayoría de su mejor amigo Scott. Escuchó los mensajes resignado antes de irse al piso de abajo a desayunar lo que el monitor le había ordenado el día anterior para volver a salir en dirección al pueblo en el que durante casi una semana había pasado todo su tiempo.
-Hey Stiles... ¿quieres activar el móvil? Me estás preocupando... no sé nada de ti y me parece que estás enfadado, pero no entiendo por qué deberías estarlo. ¿Es porque estoy con Kira? No lo entiendo... ella te cae bien, sois amigos... ¡Nosotros somos amigos! Joder, tío, llámame.
Tras escuchar este último mensaje de voz, suspiró y le contestó. El teléfono de Scott no estaba disponible, así que decidió dejarle un mensaje en el buzón para que no se preocupara y le dejara tranquilo.
-Scott, estoy bien, no te preocupes. Ando liado y paso completamente del teléfono, por eso no me di cuenta de que se me había apagado. Así que nada, dejo que te lo pases bien con Kira. Y no te rayes, Kira es muy buena chica y me encanta que estéis así de bien. Pasadlo bien. Nos vemos en septiembre, cuando vuelvas. Y deja de comportarte como una novia celosa, acosándome a llamadas y mensajes de voz. Nos vemos.
Stiles intentó sonar lo más natural posible, aunque era cierto que había mentido más que nunca en su vida. De todos modos, agradecía que por teléfono su amigo no se diera cuenta de que mentía gracias a sus sentidos lobunos. Hizo su mochila del gimnasio y se dirigió a la puerta principal para coger su Jeep, pero una voz le detuvo cuando ya tenía la mano en el picaporte.
-¿Stiles?-Hola Marie... Me voy al gimnasio. -dijo intentando sonar lo más amable posible. Ella asintió pero se acercó a él.-¿Te... molesta que yo esté aquí? -Stiles tragó saliva y la miró, parecía tan amable como siempre y a la vez triste. -Comprendo que puede ser un tanto extraño... y que puede que esto esté yendo demasiado rápido. Ya sabes, entre tu padre y yo.-¿Eh? No... no te preocupes Marie. Tú tan sólo ignórame. -dijo sonriendo.-No puedo. Eres el hijo de John y aunque sé que no quieres una madre, me gustaría que tuvieras la confianza en mí como para decirme si hago algo mal, algo que te moleste...-Marie -interrumpió el muchacho -, lo siento. Me he comportado contigo como un idiota, pero soy un adolescente y eso es algo bastante común entre los chicos de mi edad. -dijo sonriendo -No tengo nada en tu contra, sé que eres una buena persona y que quieres a mi padre. Pero como ya te digo, soy un adolescente y voy a hacer que te sientas incómoda aunque no lo pretenda. De verdad, de entre todas las mujeres que podría escoger mi padre, me alegro de que seas tú.-¿Lo dices de verdad o solo lo dices para que te deje ir al gimnasio a conseguir el cuerpo de Adonis que deseas? -dijo sonriendo.-Lo digo en serio. Y en serio también te digo que te seguiré incordiando. Está en mi naturaleza, todos suelen decir que tengo un don para ser molesto. Y sí, también me quiero ir ya al gimnasio.-De acuerdo. Pero espera, te he preparado algo de pavo con verduras para que comas. He visto tu dieta diaria y que te toca esto para hoy, como sueles pasar el día fuera... -dijo acercándole un tupper.-Gracias. -asintió y se fue hacia el Jeep.

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