Advertencia +18
Este capítulo tiene alto contenido sexual explícito.
NOTA DE LA AUTORA:
Estoy obligada a advertir que no es contenido apto para menores de 18 años pero aquí todos sabemos que estas advertencias os las traen al pairo._______________________________________________________________________________
Al día siguiente se despertó con la vibración de su teléfono móvil. Le dolía la cabeza y lo menos que tenía eran ganas de hablar por teléfono, pero al ver que era su padre, no lo dudó ni un momento y lo cogió sin dejarlo sonar más. Parlotearon durante un rato y cuando colgaron, Stiles se levantó de la cama demasiado rápido. Una arcada acudió a su encuentro y no pudo evitar correr hacia el baño.
-Dios santo... ¡pero si solo fueron unas cervezas! -murmuraba cabreado mientras buscaba aspirinas en el botiquín. Cuando las encontró, se zampó dos y volvió a la cama. Cogió el teléfono y le mandó un mensaje a Max, que sin dudarlo le llamó al momento.
-¿Te encuentras bien?-¿Se puede uno morir de resaca? -rio Stiles, una risa sonó al otro lado del teléfono.-Créeme que por experiencia llegas a desear la muerte, pero no, no se muere uno de resaca.-Es un alivio... porque no he hecho testamento aún.-No te preocupes. -rio la voz al teléfono -Tómate el día de descanso, no te fuerces... ya retomaremos las clases mañana, cuando no me maldigas por llevarte a unas cervezas. Por cierto... ¿tu coche es un Jeep azul?-¡Sí! ¿Le ha pasado algo?-No, no, es que lo he visto y me ha parecido raro.-Ah... no... ayer me encontré con un amigo y me trajo a casa. Ya lo cogeré mañana cuando vaya...-Bien, pues descansa.-Nos vemos.
Colgó el teléfono y justo escuchó un motor aparcando delante de su casa. Pensó en levantarse a abrir pero ¿a quién iba a engañar? No sería para él. Sus amigos no estaban y su padre y su novia se habían ido a otro estado a pasar las vacaciones.
Escuchó el timbre de la casa y pensó en bajar y abrirle la cabeza a quien estuviera picando. La maldita campanita le estaba poniendo histérico, se clavaba en su cerebro como cien cuchillos.Se levantó resignado a abrir, pero a medio camino, de nuevo tuvo que correr para ir al baño. No lo pasaba tan mal desde la gastroenteritis que tuvo con ocho años. Se incorporó y se lavó la boca antes de bajar a abrir.
Abrió la puerta, y allí no había nadie. Iba a cerrar la puerta y vio uno de los laterales del Camaro. Con un bufido, cerró de un portazo (de lo que se arrepintió segundos después por el dolor de cabeza que esto le produjo) y se dio la vuelta para encontrarse con Derek en lo alto de las escaleras.
-Te escuché vomitar.-Por tu culpa. ¿Y qué haces aquí?-Pensé en llevarte al pueblo para recoger tu coche.-Mírame la cara. Hoy no salgo de la cama. -dijo mientras subía con dificultad las escaleras. -Y puedes irte.
Derek lo miró con una ceja alzada, le cogió del brazo y lo obligó a bajar de nuevo las escaleras. Stiles gemía de cansancio, ése era el único ruido que parecía poder hacer el muchacho que se dejó caer sobre una silla de la cocina mientras el moreno rebuscaba por los cajones de la cocina.
-¿Qué haces? -gruñó sin levantar la cabeza de la mesa.-Toma. -dijo acercándole un vaso de pinta dudosa. -Bebe.-Prefiero morir sin tomar eso.-Bébetelo, te sentará bien. -Stiles lo miró dubitativo, pero finalmente tomó el vaso y se lo llevó a sus labios.
Realmente no sabía tan mal como cabía esperar. Después Derek le ayudó a subir las escaleras y lo dejó tirado en la cama. Antes siquiera de llegar a apoyar la cabeza en la almohada, ya se había quedado dormido. Derek lo dejó así y se fue de nuevo en su flamante coche.
Cuando Stiles despertó ya era de noche. Se levantó y se cambió de ropa después de una intensiva ducha. Al llegar a su cuarto se sorprendió de que la luna llena brillara en medio del cielo. Cogió una chaqueta fina y salió al exterior. Su coche seguía en el pueblo de al lado y se maldijo por ello, ya que tenía ganas de conducir.
Suspiró y se metió de nuevo en la casa, fue a su cuarto y cogió su portátil y algunos juegos. Después de meterse en algunas de sus páginas favoritas para adultos y "entretenerse" un rato, decidió estrenar uno de los juegos nuevos. Estaba metiendo el disco cuando escuchó un coche que ya conocía.
-La ventana está abierta, chucho. -dijo en voz baja. Sabía que Derek podría escucharle. Poco después una mano le golpeó la cabeza.-Vuelve a llamarme chucho...-Cierto, que desconsiderado por mi parte después de que me cantaras una nana... -rio el joven al ver la mueca de disgusto del mayor. -¿Juegas? -dijo lanzándole un mando de la consola y que cogió sin problemas.
Se sentó a su lado no muy decidido, pero comenzó a jugar contra el menor. Cabe destacar que perdió por una gran diferencia, pues aunque el juego fuera nuevo, Stiles era realmente bueno a esos juegos. Tras varias partidas sin ganar, Derek le devolvió el mando desganado.
-Tengo hambre. -dijo Stiles levantándose y captando la mirada de Derek.-¿Qué hay?-Ensalada. -Derek le miró con el ceño fruncido. -¿Qué?-¿Ensalada? Soy un lobo, no un conejo. -le miró ceñudo aún. -Pizza.-Me niego.-La pizza es buena.-Llevo matándome en el gimnasio un mes, hoy no he hecho nada de deporte y me niego a comer pizza.-Mañana te entrenaré yo.-Mañana iré al gimnasio.-Ir al gimnasio es una pérdida de tiempo y dinero... ¡ah! Quieres ver a Max. -dijo con voz socarrona el beta.-No es una pérdida de tiempo, sólo tienes que mirarme. Y no tiene nada que ver con Max. Él solo es mi monitor, aunque me lleve bien con él.-Pues él no piensa lo mismo. Quiere algo más que entrenar contigo.-Pídete la pizza si quieres. Yo me comeré la ensalada. -dijo simplemente. Derek cogió su móvil y llamó a la pizza a domicilio, que no tardó en llegar.
Se sentaron juntos en la mesa de la cocina y Derek abrió la caja de la deliciosa pizza, haciendo que el olor de esta se dispersara por toda la sala. Stiles le miró ceñudo y se llevó un trozo de lechuga y atún.
-No seas idiota. -le dijo Derek acercándole un trozo. -Un día es un día. Además, la cerveza engorda también, y ayer con Max no parecía importarte. -dijo con una sonrisa de medio lado.-Deja de mencionarle, parecería que estás celoso. -se burló Stiles renegando de la pizza.-¿Y qué si lo estoy? No celoso -se apresuró a rebatir. -pero ese tío no me gusta.-Oh, así que estás preocupado por mí. -dijo socarrón. -¿Desde cuándo te preocupas por mí, Derek? Siempre me has odiado.-Eso no es cierto. Simplemente eres difícil de aguantar.-Pues si tan difícil soy de aguantar -se defendió Stiles -¿qué haces aquí, en mi casa?
Derek se levantó de su asiento con un trozo de pizza en la mano, agarró del pelo de la nuca de Stiles y tiró para atrás, haciendo que este abriera la boca quejándose de dolor. Entonces metió el pico de la pizza en su boca e hizo que cerrara de nuevo la boca.
-Me alegro de que te estés dejando el pelo largo. Así es más fácil. -dijo Derek dejando el trozo de pizza en la mano del muchacho y volviendo a su asiento.-Imbécil. -dijo éste tragando el trozo de deliciosa pizza. Se terminó el trozo y volvió a su ensalada completa y sana. -No me has contestado.-¿A qué?-¿Por qué estás aquí?-Supuse que habrías revivido ya. -dijo Derek encogiéndose de hombros. Stiles le miró y se rio frustrado, pues el beta nunca contestaba a sus preguntas. -No me gusta pasar las lunas llenas solo y tú eres de la manada, al fin y al cabo.
Stiles asintió y después de terminar su ensalada, dejó los platos en el lavavajillas. Se volvió a sentar delante de Derek, que seguía entretenido con su cena. Sus dientes cortaban sin problema el queso de la pizza, y sus ojos se paseaban por la sala, esquivando notablemente al joven.
-No estás aquí por eso. -dijo de repente Stiles. Derek le miró sorprendido, con la boca llena. -No estás en mi casa por la tontería que me has dicho, así que dime ¿qué haces aquí?
Derek lanzó a la caja de la pizza el trozo que aún mantenía en su mano, tragó y se levantó de su silla para acercarse a la del humano, que lo miraba sin un ápice de miedo en la mirada. Sonrió de medio lado, Stiles había cambiado, parecía más fuerte no solo físicamente, sino también su carácter parecía más duro. Puso ambas manos en el respaldo del muchacho y acercó su cara a la suya, para mirarle a los ojos. Estaban a solo unos centímetros de distancia, Stiles podía notar la respiración del joven lobo chocando contra la suya.
-Por ti. -dijo el beta justo antes de recortar los escasos centímetros que habían separado sus rostros segundos antes.
Stiles abrió los ojos sorprendido. ¿Pero qué demonios? Derek siguió manteniendo el contacto, pero sin profundizar el beso hasta que sin saber muy bien por qué, Stiles correspondió el roce de los labios. Poco a poco, el beso se volvió cada vez más intenso. La lengua del joven dio paso a la salvaje forma de besar del lobo, que gruñó conforme cuando una de las manos de Stiles se alzó para cogerle del cuello.
Se separaron para tomar aire y se miraron con pasión, pero al mismo tiempo confundidos, e incluso un tanto asustados. Derek se incorporó y se alejó unos pasos, pasándose la mano por la cabeza, intentando entender qué era lo que le estaba pasando.
-Me voy. -dijo yendo hacia la puerta de la cocina.-¿No decías que no te gustaba pasar la luna llena solo? -dijo Stiles que, por una vez desde que se conocían, parecía el más valiente de los dos. Se levantó de la silla y recogió los vasos de la mesa. -Y llévate esta porquería. -dijo señalando la caja de pizza con la cabeza.
Derek se giró para mirarle. Le estaba dando la espalda, aclarando en la tina los vasos que acababan de usar. Una fuerza invisible hizo que recorriera los metros que los separaban y se puso justo detrás de él, con sus cuerpos prácticamente pegados. Desde esa posición olía el aroma de Stiles a la perfección, notaba el ritmo de su corazón ahora acelerado por la cercanía del beta.
De nuevo estaba notando la respiración de Derek, esta vez en su nuca. Se aventuró a girarse levemente para mirarle, y vio sorprendido que sus ojos brillaban de un azul claro sobrenatural. Se dio la vuelta completamente para encararle con todo el valor que podía reunir, pues no sólo el beta le acababa de besar, él había seguido gustoso, era luna llena y lo tenía arrinconado contra la encimera de la cocina.
-No te tengo miedo. -dijo con voz realmente creíble.-No tienes por qué tenerlo. -dijo con voz suave, volviendo a encajar sus labios con los del muchacho que, de nuevo, sin entender por qué, siguió el beso.
Fue un beso mucho más intenso que el anterior, un beso que a pesar de la separación para tomar aire, no se detuvo. Su lenguas bailaban al mismo ritmo, y las manos de Stiles subieron a la cabeza del beta, que acercó su cuerpo aún más al del joven, cogiéndole de la cadera. Con cada caricia, cada respiración, el beso se iba volviendo cada vez más intenso, se respiraba una pasión en el ambiente que ninguno de los dos entendía, pero que ninguno de los dos intentaba disipar. Disfrutaban del momento, de la sensación.
Stiles se aventuró debajo de la camiseta del lobo, acariciando su perfecto cuerpo. Éstas caricias hicieron que Derek cortara el beso para levantar la cabeza y gemir, siendo entonces víctima de los labios del humano, que se posaron sobre su cuello, besándolo y dando pequeños mordiscos que hicieron que Derek perdiera un poco más el control.
Apenas se dieron cuenta de que, sin romper el contacto de sus cuerpos, se dirigían escaleras arriba. La camiseta de Derek quedó tirada en la cocina, mientras que la de Stiles quedó colgada del pasamanos de la escalera. Los cinturones pronto desaparecieron también, junto con los zapatos y los pantalones del mayor.
Stiles estaba sobre la cama, boca arriba, besando y dejándose besar, acariciando y permitiendo las caricias en su cuerpo, que se dirigían cada vez más al sur de éste. Derek rompió el contacto de los labios y miró a Stiles que respiraba entrecortadamente, notando la mano del mayor tan cerca de su entrepierna. Fue el joven el que asintió en señal de aceptación y quien reanudó el beso, y fue el lobo el que se deshizo de los pantalones y ropa interior del humano con pasmosa facilidad. Derek recorrió de nuevo el débil, aunque levemente musculoso, cuerpo de Stiles, que se retorcía con cada caricia. Dirigió su mano a la entrepierna del muchacho que se retorció levemente cuando notó cómo los largos dedos rodeaban su pene y empezaban a masturbarle.
Los besos siguieron mientras la mano de Derek subía y bajaba en ese continuo baile que hacía que Stiles soltara algún que otro gemido que no lograba acallar. Era entonces, cuando los oídos sobrenaturales de Derek, escuchaban esas muestras de placer, que su lobo aullaba en el interior y disipaba las dudas acerca de si seguir o parar con esa noche absurda.
El moreno dirigió sus labios al cuello del castaño, besando y lamiendo, intentando no morder por si perdía el control. Fue bajando por su clavícula, el pecho, el ombligo del muchacho, pero sin dejar de mirarle a los ojos, que lo observaban entre lujurioso y aterrorizado. Derek abrió la boca e introdujo en ella el miembro de Stiles, que rompió entonces el contacto visual para cerrar los ojos y disfrutar por completo de la boca del mayor, que disfrutó al notar las manos del muchacho apretar sus hombros. Jugó con sus labios y lengua, también con su boca entera, entre las piernas de su amante inesperado durante un buen rato.
-Derek... yo... ya... -el aludido lo entendió y subió para besarle en los labios mientras su mano experta terminaba la tarea y hacía que el joven se fuera sobre su abdomen. Fue entonces cuando Stiles dirigió su mano a la entrepierna del moreno que, aunque palpitante y notablemente dura, seguía encerrada en sus calzoncillos.-No, Stiles... sino no podré parar. -susurró el beta apartándole la mano.-¿Y si no quiero parar? -contestó también en un susurro, volviendo a dirigir la mano hacia el miembro de Derek.-No... -gimoteó el lobo.
¿Derek suplicando? Stiles sonrió ante esto y en un rápido movimiento cambió posiciones, quedando él esta vez sobre Derek para así tener pleno poder sobre él. Este gesto pareció no gustar al lobo, reticente a ser dominado por un simple humano, pero Stiles le puso una mano en el pecho para ser entonces él quien negara.
-No. -dijo intentando no sonar autoritario. -Déjate hacer... -y comenzó a bajar la altura de los besos, dando leves mordiscos sobre la piel de Derek, que enarcó la espalda cuando notó los colmillos humanos en su cintura.-Stiles... de verdad... para. Si no, no podré... -pero no pudo terminar de repicar, pues Stiles ya había envuelto con su boca la totalidad de su miembro, que palpitaba con fuerza contra su garganta. Una de sus manos se dirigió a la cabeza del castaño, enredando sus dedos en su pelo ahora demasiado largo y marcándole el ritmo.
En un arrebato, Derek lo alzó con suma facilidad y cambió de posiciones, poniendo esta vez a Stiles boca abajo. El lobo buscaba su entrada, estaba frenético. Stiles se dio cuenta entonces de lo que iba a pasar, de que le haría daño, de lo que Derek le había intentado decir. Se dio la vuelta rápidamente y lo encaró. El lobo rugió contrariado.
-Espera. Derek, no me quieres hacer daño ¿verdad? -dijo levantando las manos en señal de rendición, típico gesto en él. El lobo pareció desaparecer un poco y logró vislumbrar la mirada de Derek, jadeando por el esfuerzo de retener a la bestia en luna llena. -Me dejaré hacer, quiero que lo hagas... pero con suavidad. Nunca antes lo he hecho. -susurró en parte por controlar el miedo y por otro para que el aludido no le viera como una amenaza.
Entonces fue cuando Derek se acercó a él suavemente, le besó en los labios y reanudó de nuevo las caricias. Stiles vio cómo Derek se lamía un dedo para después comenzar a introducirlo en él, como preparación. Stiles cerró los ojos y se dejó hacer, acariciando los hombros, espalda y cuello del lobo que fue introduciendo un segundo y tercer dedo en su entrada. Gemía de placer y dolor en menor medida. Pero igualmente, dolía.
Derek dejó de besarle para acomodarse entre las piernas del muchacho que, en ese momento, comenzaba a tener miedo. Se colocó en su entrada y volvió a besarle, entrando lentamente en su amante, que gemía y arqueaba su espalda. Su humano, en ese momento le devolvía parte del dolor por medio de arañazos en la espalda.
El ritmo, al principio lento, fue acelerándose según el lobo notaba que no estaba tan apretado dentro del muchacho, que seguía gimiendo y besándole debajo de él. El lobo rugió dentro y fuera del cuerpo del mayor, su excitación era evidente, el ritmo frenético dejaba constancia de ello sobre el cuerpo del menor que, mucho más débil, se retorcía debajo de él.
El ritmo y las embestidas cesaron y el lobo se descargó dentro de la cavidad del menor, que respiraba entrecortadamente debido al esfuerzo. Derek quedó tumbado sobre él, con la respiración alterada y algún que otro temblor residual del orgasmo. Intentó incorporarse, pero parecía que sus brazos no le respondieran. Cuando por fin lo logró, no pudo más que quedarse tumbado boca arriba al lado de Stiles.
-Stiles... -llamó en un susurro Derek.-Descansa. -dijo el aludido mirándole y viendo la preocupación dibujada en los ojos del mayor. Parecía que no recordara mucho. -Estoy bien. Aunque mañana me tendrás que explicar muchas cosas.
Derek lo miró y asintió, recuperando poco a poco el ritmo cardiaco normal. Stiles apoyó su cabeza sobre el hombro del moreno y se quedó dormido debido al agotamiento. Pronto el otro siguió su ejemplo y ambos se quedaron dormidos, desnudos y sin romper el contacto de sus cuerpos.
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Sumisión
FanfictionComienza el verano previo a su último curso de instituto y Stiles queda solo en Beacon Hills. A vistas de no tener ningún plan mejor y decepcionado con sus amigos por dejarlo solo, el humano se busca un hobby con el que pasar el tiempo... y cambiar...