Bastian/ Trueno

25

—No Kmi, mi primera vez fue con Mateo y todo ese año solo estuve con el.—Asintió comprendiendo.

—Por ahí era mío.—Reímos, lo empujé levemente para después pararme y comencé a hacer té porque seguramente en nada se despertaba Bastian.

—Vos y yo nunca estuvimos del todo gil.—Conteste obvia.

—Por ahí se te bajo de la garganta boluda que se yo.—Lo empuje levemente poniéndome colorada.—Ayy que te haces la vergonzosa.

—No digas boludeces que se está por levantar Bastian.—Lo amenace y levanto sus manos desdichado.

—No me avive de comprarle facturas al gordo.—Comentó cuando puse pan a tostar y negué despreocupada.—Es que le encantan.

—Si pero no pasa nada.—Asintió y miró su celu.

—Si no cuando se levante lo llevo a comprar.—Negué despreocupada.

No respondió porque justo llegó Bastian a la cocina.

—Hola mi amor.—Lo levante y besé.

—Hola mami.—Se acurruco adormilado hacia mi y señale con mi cabeza a Camilo.

—TÍO KMIII.—Corrió hacía él y Camilo lo levantó.

—Hola peque.—Sonrieron ambos.

—Te extrañe.—Dijo abrazándose más a él, mierda, no les puedo explicar el dolor que me da cómo se nota que extraña todo lo que tenga que ver con Mateo, además ayer me pregunto todo el día por Pedro y no se si querrá ver a Basti.

—Yo igual, ¿sabes que?.—Dijo Kmi sonriéndole para que no se ponga triste. Basti negó y Camilo agregó:—Que vamos a ir a comprar facturas.

—No Kmi te dije que no.—Dije yo y el negó "enojado".

—Además mira se te quemo el pan.—Dijo señalando la tostadora.

—Mierda.—Dije sacándola del fuego.

—La boca, mami.—Asentí y pedí perdón.—¿Podemos ir a la que esta a tres cuadras?. En esa siempre me regalan algo.—Soltó pícaro.

—Dale vamos a esa, ¿tenes una novia ahí?.—Jodio Kmi y Bastian negó avergonzado.—A cambiarte que no podes ir así.—Basti asintió, estaba en pantalón corto sin remera.

—Bueno vayan, yo voy a limpiar esto mientras.—Dije raspando la tostadora.

Camilo(a los secundarios re colgué en hacerles cartel je)

—Y ¿Cómo esta mini turro?.—Le pregunté a Bastian.

—Algo triste.—Soltó sincero.

—¿Por qué algo triste?.—Le agarré la mano para cruzar la calle.

—Mateo ya no quiere ser mi papá.—Puta madre, mi amigo es un pelotudo.

—¿Sabes que Basti?.—Negó.—Yo nunca tuve papá.