Capítulo 1

13.8K 652 83
                                    

Oscuridad lo envolvía por completo, una vastedad sin fin. Wei Wuxian caminó incansablemente, pero no importaba cuánto avanzara, todo permanecía igual. El silencio pesaba en el aire, interrumpido solo por el eco de sus propios pasos.

"A-Xian", una voz resonó en la penumbra. Wei Wuxian se detuvo, buscando con la mirada a su hermana, pero no podía distinguir nada en la negrura que lo rodeaba.

"¡Shijie!", gritó, corriendo hacia el sonido. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, no encontró rastro de su hermana. La desesperación se apoderó de él mientras corría en círculos en la infinita oscuridad.

Finalmente, exhausto y sin aliento, se arrodilló y cubrió su rostro con las manos. Las lágrimas se deslizaron entre sus dedos, empapando el vacío que lo rodeaba. La soledad, un miedo arraigado en su ser, lo consumía.

Y entonces, en un parpadeo, despertó. El frío sudor cubría su cuerpo, y su corazón latía con fuerza. Wei Wuxian se encontraba en su habitación, pero el eco de la oscuridad persistía en su mente, dejándolo con una sensación de inquietud que no podía sacudirse.

Wei Wuxian, sintiéndose empapado de sudor, notó un paño húmedo en su frente al despertar. Un dolor palpitante le martillaba la cabeza, haciendo que cada intento de movimiento fuera una tarea monumental. Su cuerpo parecía pesar toneladas, dejándolo sin aliento mientras luchaba por sentarse.

Con esfuerzo, logró incorporarse y observó su entorno. Estaba en su cueva, el lugar donde daba vida a sus inventos. Los papeles y bocetos estaban ordenados en la mesa, una roca plana que servía como su escritorio. A un lado de la improvisada cama, otra roca, se encontraba una cubeta con agua.

La memoria de su desmayo regresó a él. Los Wen habían enfrentado una pandemia, cobrándose la vida de cinco ancianos del clan. Wei Wuxian, contagiado también, optó por el silencio, sin querer molestar a nadie. La falta de medicina agravó su fiebre, llevándolo al colapso.

"Qué débil soy", suspiró consigo mismo mientras reflexionaba sobre su propia fragilidad. Se levantó con determinación, buscando a Chenqing, su fiel instrumento, que reposaba en la mesa. Se vistió con sus túnicas exteriores, que estaban dobladas en una esquina de la cama, y salió de la cueva en busca de aire fresco y claridad en medio de la incertidumbre que rodeaba su vida.

Justo en la entrada de la cueva, se encontraba Wen Qing sosteniendo una bandeja entre sus manos. Sin mediar palabra, Wen Qing arrastró a Wei Wuxian de vuelta a la cueva.

"Wei Wuxian, ¿Puedes explicar qué haces fuera de la cama?" inquirió con tono autoritario. Aunque Wei Wuxian intentó zafarse de su agarre, Wen Qing no cedió.

"¡Qing-jie! Jeje. Resulta que ya me siento mejor, ya no debes preocuparte", dijo Wei Wuxian entre risas nerviosas mientras le quitaba la bandeja de las manos. Wen Qing, sin impresionarse, se sentó en la cama y cruzó los brazos.

"Aja. Y yo estoy enamorada de Lan Wangji", declaró con ironía. Wei Wuxian frunció el ceño, confundido. "¿Qué? ¿A qué te refieres?"

"A que más, ¿Quieres sigues negándolo? Deja de ser tan denso y tonto; eres mala influencia para A-Yuan", replicó Wen Qing con firmeza.

Wei Wuxian la miró como si le hubiera crecido una segunda cabeza. "Cambiando de tema, ¿qué ha pasado mientras estaba dormido?" preguntó, tratando de desviar la conversación hacia terreno más seguro.

Wen Qing se inclinó hacia atrás y suspiró, "No ha pasado nada grave; nadie ha perdido la vida, y solo faltaba que superaras esta enfermedad. Al verte, puedo notar que ya te has recuperado, lo cual es bueno porque ya se nos están agotando las hierbas".

Wei Wuxian, preocupado por la situación, preguntó, "¿Necesitas que compre más?"

"Sí, si te sientes con energías. Se que has estado inconsciente pero si vuelves a recaer o no podré tratarte al no tener medicinas.", respondió Wen Qing. "Necesito que compres hierbas y algunas semillas. Tenemos suerte de que con los cultivos logramos conseguir hilo y telas para que las abuelas puedan crear bordados que también podemos vender. Eso, junto con tu ayuda a las personas de Yilling, nos ha traído buena suerte".

~Salvación~ Mo dao zu shiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora