Distancia

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Es hermosa e incluso la única persona capaz de emocionalmente desestabilizarme. Aunque esto pueda rozar lo cursi y pender del hilo de lo coloquialmente denominado ceguera, podría hablar maravillas tales que harían sentir envidia a cualquier chica dentro de mi circunferencia. Ella es, sin duda, el amanecer; el ocaso. Su mirar modifica mis sentidos, la he visto sonreírme tantas veces que tiendo a cuestionarme si es todo rutina o en su defecto parte de un ensayo. Me niego a creer que pude llegar a ser querido por tal ángel, que la vida misma fue humilde conmigo luego de tantos malos pasares. Ella es la chica con quien te gustaría tropezarte y entablar una conversación inevitablemente trivial, es quien te aconsejaría si un día dado, tuvieses un dolor de sienes. Ella es todo y es egoísta ocultarle al mundo su don nato de cambiar las vidas que toca, pero la suerte sufrió cambio y rayó en lo utópico, fui adversario de la distancia, creedor de que podía poner al mundo de cabeza si solo soñaba, pero decayeron mis fuerzas al verme abatido por la vida, quien te quitaba lo que recién te había entregado, la impotencia nos convirtió en un trió y su llorar se hizo evidente entre sus palabras sordas, no podía hacer mas salvo consolarla plantándole una mentira apenas ensayada, habían cosas que no podía enfrentar, la distancia era una. La vida me mostró un pedazo de la luna solo para hacerme ver que jamás podría ser mía y pese al tiempo, mi instinto humano mantiene la esperanza de reducir kilómetros; de cruzar océanos. Pero mi parte realista aterriza recordándome lo imposible que es llegar al cielo, recordándome que nunca será mía. 

Semillas de un yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora