Cap. 3 Una Cenicienta, a jornada completo.

63 8 3
                                    

Cierro la puerta tras de mi, me quito las lágrimas y suspiro. Acto seguido sonrío y alzo la voz:

-¡Kristinaaaaa!¡Estoy en casa!

El silencio es invadido por los acelerados pasos de mi compañera de piso. Al dar el giro en el pasillo que lleva hasta la puerta principal me mira, sonríe emocionada y se lanza a mis brazos con fuerza.

-¡MICHELLE!-Restriega su mejilla contra mi chaqueta de cuero.-¡YA HAS LLEGADO!

-¡Sí! Es decir... ¡hola!-suelto en una carcajada.-¿Cómo has estado, sis?

Sus ojos brillan con emoción, coge mi mano con ímpetu y acerca nuestros rostros.

-Llevas mucho tiempo fuera... Estos 3 meses han sido demasiado largos, sin ti. Desde que te fuiste a estudiar el papel a casa de tus padres, han pasado muchas cosas, y voy a contártelas todas, mientras...-alza la voz.-¡TOMAMOS PASTEL!

Antes de que pueda decir nada más, estoy sentada en el sillón del salón, con un trozo de tarta de chocolate del tamaño de una tarta entera entre mis piernas, no quiero decir nada pero, acabo de tomar una taza de té poco antes de venir, y he desayunado medio frutero por los nervios... Aún así, hago lo que puedo por hacer como si tuviese mucha hambre.

-No sabía si ibas a tener mucha o poca hambre así que te he hecho un pastel gigante, mejor que sobre a que falte-dice hincando los codos en la mesa y mirándome con atención-si tienes más hambre, el resto está en la nevera.

-Gracias, pero, creo que no,-carcajeo.-En fin, cuéntame.

Me meto un trozo en la boca mientras se aclara la garganta, vaya, está incluso mejor de lo que esperaba, engullo todo sin escuchar mucho de lo que dice, su buena mano en la cocina me ha hecho oídos sordos a la situación, solo necesitaba tener todos mis sentidos fundidos en esa porción de tarta más grande que mi cara.

-Y bueno, ya llevamos dos meses.-La comida se frena en mi garganta, y parece retroceder por sí sola, hasta entrar por mal sitio. Toso sin parar. ¿Qué es lo que ha dicho?-¡Michelle!-corre hasta mi lado y comienza a darme palmaditas en la espalda.

Me agarro la garganta y trato de estabilizarme.

-Ups...¿No te había dicho nada?-parece sonrojarse, un tanto avergonzada.

-¿¡NO?!-El trozo de tarta sale volando tras toser de nuevo y aterriza justo enfrente de mi, lo miro con asco. Asesino hijo de puta. No volveré a tomar tarta de chocolate nunca. Me aclaro la garganta.-Yo diría que no.

Sonríe culpable.

-Vaaaaaaaya...-Se frota la nuca.-Qué cosas...-Coge aire.-Se llama Matthew... Tiene 22 años, nos conocimos cuando fui a la convención de cómics, en junio, ya sabes. Fue, bonito.

-¿Fuiste a la convención de cómics?-Mis ojos se abrieron como platos-Creí que habíamos acordado que iríamos juntas... Aún me quedan un par de mangas por comprar.

-Es que estabas tan ocupada estudiando que...-Baja la mirada hasta el suelo.-Lo siento.

Arrugo la nariz al recordar el mes de junio, dibujo una media sonrisa.

-No importa, supongo. Es verdad que me pasé todo el mes estudiando... Ni siquiera habría podido ir. Bueno, sigue.

-Estaba ojeando en la parte de DC, él apareció, dijo que si quería ver algo bueno de verdad debería ver los de Marvel, discutimos un rato, y de golpe, nos echamos a reír, me invitó a un café, y bueno, poco a poco, fuimos gustándonos y... Surgió, supongo.

Servant 《Louis Tomlinson》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora