Capítulo 5

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Lan WangJi desde muy joven conoció un mundo oscuro, maduro y para nada adecuado al corazón de un infante. La guerra le quitó mucho, comenzando con su madre, una mujer que enloqueció cuando él cumplió los cuatros años, atrapada desde su boda en una casa oculta a varios metros arriba del asentamiento del clan, donde las únicas plantas además de robustos pinos que crecían, eran las gencianas que una sirvienta se apiadó de cultivar para Madame Lan, su madre, una mujer juzgada con el peso de todo un apellido noble y la ley del karma, según los ancianos del Clan Lan. Ella había dado dos hijos a la secta, pero nunca pudo verlos más allá de un puñado de visitas escuetas, cruelmente arrebatada por el dolor y la pena, terminó por ahorcarse con la cinta sagrada que su marido le obsequió como muestra de su amor eterno y una propuesta de matrimonio.

Después de eso, su padre terminó por encerrarse en una casa junto a la de ella y su corazón dejó de latir.

Con el pasar del tiempo, Lan WangJi seguía tratando de esperar a que su amada madre abriera la puerta, lo abrazara y lo molestara, que le dijera lo mucho que lo ama y que tan orgullosa estaba de él, fingiendo que no le dolía no ver a sus hijos todo el tiempo, no poder cuidarlos ni escapar de su prisión de oro. Madame Lan pensaba que ocultaba bien la tristeza ante sus hijos, sin embargo, Lan Zhan siempre fue una persona muy observadora, y notaba como su madre se hacía más pequeña, encorvada, ojerosa y pálida, con una mirada tensa y como el cabello se adelgazaba y perdía su fuerza y vigor.

Nadie más que él pudo notar la fuerte depresión que su madre tenía.

Hasta que ya no estaba.

Y él, simplemente se aferró a la idea, que ella lo esperaba detrás de la puerta, pero madre, mami, ya no estaba ahí.

Como un pájaro que teje un nido, al que le abren la puerta de la jaula, o tal vez, ese pájaro aprendió a abrir la puerta de su jaula y escapó buscando su preciosa libertad, así se fue su madre, un susurro en el viento y no dijo adiós.

Su vida, con el dolor de la incomprensión, se enfrascó en seguir un régimen educativo excepcional, duro, estricto y tan frívolo como fuese posible, como para castigarse a sí mismo por no poder decir lo que pudo decir, por el haber donde su lengua falló miserablemente y lo compensó con sus acciones. Se silenció a sí mismo y retrajo su propia personalidad, temiendo que, sí establecía una relación con alguien de cualquier tipo, podría perder a dicha persona por su falta de comunicación.

Así, se unió al ejército a sus escasos trece años y siguió dando sus servicios a la Corte Imperial hasta la edad de veintiuno, decidiendo en regresar a su hogar, hastiado del constante acoso de jovencitas nobles a las cuales no les podía gritar, hablar, algo, para que lo dejaran tranquilo. Pero claro, lo conoció, a ese muchacho de comportamiento infantil y poco hostil, que se movía de un lado a otro y era tan irrespetuoso, poco virtuoso en los altos estándares de Ciudad Prohibida, pero tan hermoso y vibrante como el sol de mediodía.

Por él pudo sonreír después de tantos años. Dejó de sentirse en un páramo helado donde solo había oscuridad, y trajo la primavera a su corazón con sus pies descalzos y su voz cantarina.

—¿Sería buena idea contratar a Wei Ying como mi ayudante? —La suave pero firme voz de Wen Qing lo saca de sus cavilaciones.

La mujer ya había notado que su cuñado estaba viendo hacia la nada, totalmente perdido en sus pensamientos y sin prestarle atención a ella y su necesidad de un ayudante en su pequeña boticaria de la casa, razón por la cual había ido con él. Tenía el conocimiento de que su mente divagaba en una sola persona, que en esos momentos seguía en sus labores.

—¿Por qué crees que sería un buen ayudante? —Cuestiona Lan WangJi, pero Wne Qing ya tenía preparado su argumento.

—Es de los mejores trabajadores del campo, es fuerte a pesar de su delgadez, lo he visto cargar muchos sacos en los brazos o en la espalda, también, es una persona de confianza y quisiera conocerlo a profundidad... —ella culmina viéndolo, con esos grandes ojos como de gato, analizando, intimidando, un veneno fatal. Lo resiste, sin embargo, por entiende, de pronto, las intenciones de su cuñada.

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⏰ Última actualización: Jun 12, 2021 ⏰

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