Las siguientes horas que pasaron, ambos estuvimos en su casa todavía repasando el —absurdo— plan. Nos habíamos acomodado sobre los sofás que adornaban su sala. Él eligió su favorito, el más grande de todos, donde fácilmente cabrían más de tres personas ahí.
A Eren siempre le gustó ese. Decía que era muy cómodo, incluso más que los otros. Y sabía que tenía razón, lo había comprobado más de una vez en el pasado. Cuando simplemente nos quedábamos sentados sin hacer nada en especial. Veíamos televisión, platicábamos de cualquier cosa o le leía algún libro entre tazas de chocolate caliente y tarta de fresa, pero siempre con sus manos enredadas con las mías y su sonrisa risueña iluminando la sala entera.
Eramos ese tipo de pareja. De esas que aprovechaban cualquier momento para estar juntos. De esas que podían pasar horas en silencio, simplemente disfrutando la presencia del otro.
Así éramos.
Tan ordinarios, pero tan especiales a nuestra manera.
De pronto, sintiendo el pasado golpeando con fuerza las paredes de la nostalgia dentro de mí, desvié la mirada hacia la pared más cercana. No era bueno, me dije. No debía dejarme llevar por los recuerdos del ayer. No cuando aún parecía haber una herida a medio cicatrizar en mi corazón.
—Mira, la cosa es... —inició Eren, viéndose un poco incómodo todavía— que mi madre es un poco... especial.
Intentando retomar el hilo de la conversación, pero todavía sin ganas de mirarlo, me tomé la libertad de arrugar la nariz frente a él.
—¿Qué quieres decir?
Eren suspiró largamente. Muy despacio se pasó los dedos por su cabello. Mechones castaños se revolvieron y le cayeron por la frente, haciéndole ver todavía más atractivo.
—Ya lo había mencionado antes, pero para ella las demostraciones de amor son realmente importantes. Es de costumbres únicas... como chapada a la antigua, pero sin serlo del todo —recalcó, con el cansancio remarcándose en sus facciones. Fue sólo ahí, cuando pude ser capaz de ver las ojeras en su rostro, como si no hubiera tenido una buena noche de sueño en mucho tiempo—. Es una mujer muy romántica, le gusta ver a los suyos enamorados, tomados de las manos, diciéndose cosas bonitas y esas cosas vergonzosas —dijo casi de forma ausente y, tras un suspiro, agregó—: No sé cómo lo hace, pero ella realmente puede leer el ambiente, sabe cuando la situación es mala entre dos personas. Por eso es necesario que actuemos lo más enamorados que podamos.
Tras esas palabras, me quedé pensando largamente sobre el asunto. Ahora tenía en claro que no iba a ser tan fácil. No cuando entre nosotros todavía parecía haber un ambiente tan hostil que incluso podías sentirlo en la punta de los dedos.
—Entiendo —asentí después de un lento parpadeo—. Daré mi mejor esfuerzo.
—Bien... gracias —susurró luego de un suspiro—. Yo también intentaré que esto funcione.
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CONTRATO DE AMOR (EreRi).
FanfictionLevi necesita dinero para salvar su cafetería. Eren necesita un novio falso para salvar su pellejo de un matrimonio forzado. Dos vidas con un complicado pasado en común se ven forzadas a reencontrarse para ayudarse mutuamente... Porque un contrato...