02 - Truth and Lies

25 13 0
                                    


Una de las razones por la cuál, Travis había dado sus primeros pasos en la investigación. Tenía un nombre: Jack Ruby.

 El asesino del asesino. En la cadena conspiranoica, Ruby había acabado con Oswald para evitar que el chivo expiatorio hablé demás. Claro que, eso no era más que un rumor no comprobado. Un susurro entre mentiras. O así lo pensaba el detective. Quizá, al final. Todo este en su mente y termine siendo uno de esos tipos que creen en absurdas conspiraciones.

 Por lo que el informe le ha permitido saber. A Ruby lo han ido llevando de prisión a prisión a lo largo del país, todo con tal de asegurar la seguridad del prisionero. Se ha ganado cierto odio entre las deprimentes personas que conforman su vida en las celdas. Travis imagina que deben odiar a un tipo que presume de matar a el asesino de Kennedy, el mismo cava su propia tumba al decirlo a cada rato. El mismo al matar a Oswald sello todos los secretos y datos que podían servir en su juicio. Ahora, al pelirrojo le frustra saber que tiene que charlar con un tipo que "Habla mucho pero de actuar poco".

La prisión estatal de Folsom, Sacramento. El lugar adonde se dirige el automóvil de Travis. Es la segunda prisión más antigua de California. Hogar de numerados maníacos, asesinos y criminales de poca monta. Se asoma por debajo de la ya cerrada Alcatraz y la "cámara de Gas" de San Quintín. Desde lejos se ve como lo que es, un castillo viejo que está pasando por cambios. Muchas de las paredes son tan viejas que podrían derrumbarse de un empujón, El alcaide de la penitenciaría se quejo con el Gobernador. Y por fin, luego de su último arreglo en 1930, tienen a los presos con trabajos creados gracias a la construcción e innovación de nuevas cosas para medir la seguridad de la prisión. A Travis, no puede parecerle menos irónico. Hombres sin libertad que trabajan con concreto para crear paredes que privaran su libertad.

Apenas entró, escucha los gritos de las personas. Sus oídos captan carcajadas, chismes y acusaciones asesinas en celdas. Pero el pelirrojo las ignora, su camino se detiene en la administración. Su arma sale de su bolsillo, debe dejarla antes de ingresar a la prisión. El guardia que está al otro lado, pronuncia un comentario un tanto curioso y interrogativo

— Casi nadie visita a Ruby, es como si el mundo se hubiera olvidado de el.

— Soy la excepción, por lo que veo...

Fue conducido a su propia sala en la prisión, no podían hablar de ciertos temas en las cotidianas visitas de la prisión, esta sala tenia solamente dos puertas (una donde entro Travis y otra por donde entrara Ruby) una mesa y dos sillas, el detective se sentó en una esperando al que el prisionero entrara, Ruby entra y se sienta en la silla frente a el, solo una mesa de metal los separaba a ambos, el guardia que vino con el le aflojan las esposas en sus muñecas y al final se las quitan. El varón caucásico, de ojos color café, y cabello color marrón oscuro y con notable obesidad, llevaba puesto su uniforme naranja, se ve un poco más grande de lo normal gracias a las medidas de su torso. Los 53 años de edad ya le están pesando en su rostro, se le nota agotado. Y con razón. En sus Juicios, alego ser un objeto de algo grande. Pero su voz nunca fue escuchada y se retracto, cambiando su versión a que era una "Patraña" inventada para tratar de salir de la cárcel. El primero que hablo, fue Travis

— Buenas tardes.

— Para que me necesita.

Directo y claro. Travis no contesto la pregunta de el prisionero, en lugar de eso. Arrastro por el suelo, el maletín que en su mano derecha estaba. Lo levanto como si pesara y lo dejo puesto en la mesa, abrió este y de el pequeño lugar. Saco una libreta y un bolígrafo, uno cargado de mucha tinta para escribir.

— Ya que usted, Sr Ruby. No quiere perder mucho tiempo, y ciertamente yo tampoco. ¿Le molesta si voy directo a mis preguntas?

— Para nada — Murmuró el prisionero.

— ¿Estuvo usted en el ejército?

— Así es, tres años. De 1943 a 1946, llegué a el rango de soldado de primera clase.

— ¿Conoció usted a Tom Harvey Oswald, durante esas épocas?

— No señor, nunca tuve contacto alguno con el.

Empiezan las anotaciones en la libreta. Y las preguntas intrépidas, curiosas y buscadoras de una respuesta. Sea verdad o sea una mentira.

— ¿Qué hizo usted el día que asesinaron a Kennedy?

— Lo normal como todos. Ya sabe, escuchar los disparos y huir como las demás personas. — Exclamó Ruby, encogiéndose de hombros.

— ¿Cambia su versión de los hechos? — Alzo una ceja, ocultando la gran satisfacción que tenia en esos momentos 

— ¿Perdón?

Travis sonrió antes de pasar a pronunciar.

— Usted había dicho, que estaba en una oficina de el periódico de la ciudad. En el momento de los disparos

— Y así es.

— Pero me acaba de decir que estaba allí, y cerca. Y que incluso llegó a huir de los disparos. — Comento el pelirrojo con cierta curiosidad en su tono de voz.

 — El edificio estaba cerca. Y corrí por los disparos, como todos en el edificio.

— ¿Por qué correría? Estaba lejos y seguro.

— Cuando escuchas un disparo, no piensas mucho.

Buen punto. Travis solo le regaló una educada sonrisa pequeña. Antes de continuar con las preguntas.

— ¿Alguna vez, tuvo una relación con miembros de la Mafia? — Interrogó, el detective.

— Nunca, soy un hombre honrado. 

— Pero...Hay fotos de usted, con Sam Giancana. Un conocido miembro en el hampa criminal de Los Angeles.

— Me lo encontré una vez en mi club, lo saludé y fue todo lo que sucedió. Le di una mano, ya sabe. Le enseñé la ciudad a un buen turista

— Pero hay más fotos, que comprueban que hubo más de una reunión con Sam.

— Dallas no se enseña en un día. Amigo. —Explico el prisionero.

— Entonces, tuvo que tener una amistad con Giancana. Eso le contradice a si mismo, cuando dice que no tenía amistad con Mafiosos.

—Ese es el problema de la ley, ustedes ven a todos los italianos como Mafiosos. Yo lo veo como una persona confiable, honrada y adinerada. No como un maldito criminal, que dispara armas para vivir.

El pelirrojo tenía la sensación de que con esta conversación no se iba a llegar a nada. Ruby tomaba las preguntas y las desviaba de las respuestas. Inútil era una palabra pequeña para describir, como era preguntarle por los hechos a Jackie.

— ¿Porque? — Interrogó Travis, la pregunta del medio millón. 

— ¿Porque?

— Soy una persona, que está firmemente convencida de que a él ex presidente. No le mato una bala y un hombre paranoico y, tengo la convicción suficiente como para pasar toda una vida navegando contra la nada. Buscando la verdad, cuando quizá solo sea yo el equivocado. Pero ahora, independientemente de que esté equivocado yo o no. Tu estás evitando responder como sea, esa es mi pregunta...¿Porque? ¿Qué te conduce a defender a alguien que lo único que te da, es transferencias a cárceles de mierda esperando que no mueras?

—Creo que la entrevista se acaba de terminar.

Y Jack se levantó sin decir mas nada, un guardia se le acercó y le puso unas esposas en sus muñecas. Antes de retirarlo de la sala, dejando a un Travis estupefacto. Callado, y que en su mente analiza todo lo que acaba de suceder ahora.

El viaje de regreso a casa, fue callado. No había una estación de radio sonando. Travis mantenía su vista en la carretera, pero su mente en un plano ejecutivo de pensamientos. Reunidos en su cerebro, buscando una idea clara que elegir justo en este momento.

— Todo lo que necesitaba era colaboración, y en lugar de eso. Encontré a un idiota que me da más preguntas internas, que respuestas.

La frustración se hacia presente en el rostro de el detective, así como el parabrisas se empañaba un poco. Gracias a la neblina que cegaba el camino de vuelta a Los Angeles.

Aunque las ventanas estaban subidas por completó. El pelirrojo las bajo un momento para lanzar lo que quedaba de un cigarrillo por la ventana. De momento se había quedado sin nada. Solo una idea surgió en medio de ese viaje de camino a casa. Investigar a Sam Giancana no vendría mal para el asunto, ¿Cuál era realmente su lazo con Ruby? Se sabia que Sammie era un hombre de la Mafia. Que odiaba a los Kennedy desde que, Bobby Kennedy fue nombrado fiscal general de los Estados Unidos.

En ese entonces. Los hermanos empezaron a perseguir a la Mafia. Los Kennedy necesitaban una buena noticia, los periódicos estaban con hambre. Hambre de conseguir un titular amarillista. Y la Mafia era la forma más fácil de conseguir esto. Individuos con poder como Giancana, que antes tenían vía libre. Ahora sufrían una persecución policial terrible, vivían estresados. A Travis, no le sorprenderia si le dijeran que el jefe mafioso maldecia a diario a la familia que ocupaba la Casa Blanca. Lo que si le sorprende (O quizás no.) Es que Sam conozca a un hombre que está involucrado en todo el asunto. ¿La Mafia tuvo algo que ver? Sin dudas... O al menos, eso parece ser.

Y guiandose por sus ideas, al igual que un topó ciego se guía de sus sentidos por estar maldecido por no tener vista, Travis decidio en la carretera hacia Los Angeles, que su siguiente paso sería investigar a Sam Giancana.

¿Quien mato a Kennedy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora