Capítulo 1.

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|:(|

El agua caía débilmente sobre su cuerpo pálido mientras él mantenía sus ojos cerrados fuertemente, enojado consigo mismo, un tanto triste y muy apenado.

—¡Jimin, apurate o llegaremos tarde!—. Grito esa voz cerca de la puerta del baño haciendo que sus ojos se volvieran a abrir.

Agarró el jabón y se lo echó por todo el cuerpo, sin responder, descubrió que no tenía voz en ese momento. Aun tenía un nudo en la garganta, enorme a decir verdad. Se había levantado como todo hombre, con su erección matutina pero la gran diferencia y por lo que estaba así de apenado era que su mejor amigo dormía a su lado.

Y eso lo hacía sentir tantas cosas.

Rabia.

Enojo.

Frustración.

Vergüenza.

Y no fue porque simplemente eso le ocurrió, sino que al levantarse, como siempre hacía, se quedo observando a su amigo, detallando sus facciones fuertes y a la vez delicadas. Había delineado el contorno de sus labios con su mano. Llevó la misma sus propios labios, imitando la forma en la que los paso sobre los finos de Jungkook. Había tocando su cuello y también su pecho desnudo. Su mano bajo por esas zonas, con suma delicadeza como lo había hecho antes con la piel suave de su amigo. Había descendido a su abdomen marcado y realmente duro, jugando de arriba hacía abajo, sintiendo su piel.

Sus lágrimas bajaron por sus ojos abiertos, mirando su piel y negando por sus pensamientos.

Esto no está bien, se dijo a si mismo.

El jabón hace rato que el agua lo había corrido, pero aun así él permanecía debajo de la misma, queriendo limpiar sus impurezas y más profundos pensamientos.

Con la misma mano que delineó a su amigo se la paso fuertemente por la cara, quitando el agua y saliendo de ella bruscamente. Tomó la toalla y se seco con rapidez.

—¡Jimin!—. Jungkook gritó de nuevo tocando su puerta esta vez.

—¡Ya voy!

—Abreme, por favor, me hago pis.— dijo su amigo intentando forzar la cerradura con su mano. Jimin abrió los ojos y se envolvió la toalla en la cintura, suspiró para no entrar en pánico.

Seco sus pies y fue a la puerta. Cuando Jungkook entró él salio rápidamente volviendo a cerrar en su espalda. Cerro los ojos ante la voz de su amigo.

—¡Yo no muerdo, niñito!

Suspiró yendo a buscar su ropa antes que saliera de nuevo.

—¡Más respeto a tus mayores!—. Le gritó esta vez él, queriendo no darle chance a que pensara que algo malo le pasaba. Solían jugar y hacerse bromas entre ellos, nada grave pero concurrido. Oyó a Jungkook bufar, se calzó los boxers y justamente la puerta se abrió dejando ver al azabache.

—Sabes que no me importa ni un poquito que seas mayor que yo, tú eres más chiquito y así me rijo.— dijo tranquilamente sentándose en la cama.

Jimin se tensó un poco y decidió volver a ignorar el hecho de que verse en esas fachas era común en ellos, a decir verdad, mucho era común entre ellos. Se puso un pantalón negro y entre su ropa tirada vio un suéter azúl, se lo colocó y se echó un poco de perfume.

My sweet boy➸Kookmin©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora