AQUEL VERANO... ✓ | TERMINADA.

IV.

VERANO DEL 78.

Mis padres me dejaron vivir con Luke, despertar con él día a día, ver su bello rostro aún estando dormido, su voz al despertar, sus ganas de vivir cada día.
— ¿Qué deberíamos hacer hoy, cariño?
Preguntó con aquella voz, mi favorita a decir verdad. Aún con sus cabellos alborotados, tomó una de mis mejillas para dejar caricias sobre ésta, deposité un corto beso sobre sus labios, dejando caer mi rostro sobre su mano.
— Hoy quiero que me acompañes a un lugar.
Me levanté, volviendo a dejar un beso sobre sus labios, notando cómo una preciosa sonrisa se hacía sobre su rostro. Cada día escribo una carta de lo que se siente estar a su lado, estamos en el verano 78, desde el verano del 74 escribo cartas de lo mucho que me encanta su existencia, de lo mucho que amo cada parte de él.
Una vez listos, tomé su mano saliendo de nuestra guarida, caminamos casi por todo el campo, no hablamos, pero esa era la magia de Luke, no podría aburrirme siquiera aunque no hablemos.
No es un silencio incómodo, es un silencio sumamente tranquilo, un silencio que se expresa por ambos.
Un amor como el nuestro, un amor así de único.
Al llegar al pequeño lago, notó la decoración de éste, me incliné, antes de sacar una pequeña caja la cuál contenía un anillo.
Aquella mirada la cuál jamás olvidaré, sus lágrimas cayendo de felicidad, sus mejillas completamente tornadas de un carmesí adorable.

— Joven Luke, desde la primera vez que lo ví mi corazón no pudo resistirse a usted, me temo que lo cautivó cada una de sus palabras, acciones, sonrisas, y sobre todo su manera de ver la vida. Un poeta que no entendía el amor, un poeta que escribía de amor sin conocerlo, y te conoció a tí, haciéndole admitir por primera vez en su vida lo equivocado que estaba con respecto al tema. No me alcanzan palabras para poder describir lo mucho que causas en mí, pero te amo como si fueras la única rosa en mi jardín. ¿Me haría el gran honor de ser mi esposo?
Asintió, conmovido por las palabras, no podía, era demasiado la felicidad que sentí en ese instante. Coloqué el anillo en su dedo anular para luego finalmente volver a unir nuestros labios, siendo este otro beso duradero, mis manos fueron deslizándose sobre su prenda, hasta llegar hacía su cintura, aferrándome más hacía su cuerpo, notando su aceptación a cada una de mis palabras, separándose con una suave risa acompañada.
— 28 de Julio, el mejor cumpleaños de todos, y yo creyendo que lo habías olvidado. ¿Recuerdas cuándo decíamos que el 28 era mi cumpleaños?, Cada verano 28 era mi cumpleaños, y hoy estás aquí a mi lado.
Déjame tomarme un momento para decirte que eres lo único que quiero en mi vida, te amo, Nath, y sin duda siempre voy a amarte. Sé que me evitas el tema desde que te enteraste, pero cariño, yo siempre estaré contigo, no quiero que llores, solo quiero que sonrías por mí, quiero que seas tan feliz cómo siempre lo hemos siendo cuándo estamos juntos. Me encanta todo de tí, y quiero que sepas que eres y qué siempre lo serás todo para mí.