Capítulo 2

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—¡Hmph! ¡Hmph!

Con sus mejillas infladas, una mueca molesta y de espaldas a Obanai, Mitsuri resopla.

—P-, Por favor recapacita, Mitsuri-

—No. Ya está decidido.

—Pero-

Mitsuri toma su celular y empieza a buscar algo en el navegador, luego hace una llamada.

—¿Qué haces? ¿Mitsuri? ¿Mitsuri?

—¿Sí, buenas? Para hacer una mudanza.

—¡Espera, espera! ¡Hablemos esto mejor!

Obanai se abalanza sobre ella para quitarle su teléfono, pero Mitsuri lo evade y se recuesta en el sofá de sala, en donde estaba sentada.

Obanai cae sobre ella.

¿¡P-,P!?

Al borde de una hemorragia nasal, Obanai se separa de ella.

Mitsuri se sorprende al inicio, pero luego sigue hablando por teléfono.

—¿Formulario? Entendido, pasaremos por allí más tarde. Sí.

Obanai retuerce sus dedos para contenerse, luego intenta levantarse de sobre ella.

Las piernas de Mitsuri son más rápidas y lo aprisionan rodeándolo por la cintura.

Él la mira asustado.

Ella le sonríe, algo atrevida.

—Entiendo, antes de las 19, bien. No, es una casa de único piso. Bien.

Obanai intenta separarse de ella, pero sus piernas tenían una fuerza demasiado exagerada.

¿¡Ella tiene más fuerza que yo!?

—Sí, muchas gracias.

Mitsuri cuelga la llamada.

Con su cara totalmente roja y su boca temblando levemente, su sonrisa atrevida se expande.

—¿No puedas escapar, Obanai-kun?

—N-, No, tú-

—¿¡Por qué no te pones nervioso!?

¡Pero si estoy nervioso!

—¿¡No soy bonita siquiera!? Quién lo diría...

De repente su sonrisa atrevida es cambiada por una mueca de tristeza.

—E-, Estás actuando muy raro, Mitsuri...

—¡Hey!

Con un gritito ella voltea los papeles y deja al hombre de ojos bicolor debajo suya.

—Esto lo vi en redes sociales, pero si gritas te golpearé con mis pechos.

La cara de asustado de Obanai es cambiada momentáneamente a una interesada.

Con su cabeza sufriendo un cortocircuito, Obanai no sabe qué decir o hacer, pero gracia salvadora, el teléfono de la chica suena.

—¿Mm?

Sin pensarlo mucho, contesta.

La videollamada.

—¡Mitsuri, cariño!

Una voz femenina causa que Mitsuri deje de sonreír y de manera nerviosa mire hacia Obanai, que estaba debajo suyo.

—¿Mitsuri? ¿Pasa algo? Estás roja.

—¡No, no es nada!

Rápidamente se sienta en el sofá, luego de correr los pies de Obanai.

—Creo que interrumpimos algo.

—Sí mamá, creo que interrumpimos.

Otras voces femeninas hablan.

—¡Eh! ¿Ya empezaron la llamada? Avisen.

Un hombre mayor aparece detrás de su madre, que parecía estar sentada en una silla junto a la mesa comedor.

—¡Hija! ¿Nos presentarás a Iguro-san?

—Iguro-san es el novio de Nee-chan ¿Verdad?

—Creo que sí.

—Ella hablaba muy embelesada de ella.

Tres niños hablan entre ellos, aunque uno al final hizo un puño y murmuró "la pude usar", quizás refiriéndose a alguna palabra rara.

—¡Ig-, Igu-, Igu-gugu!

Las manos de Mitsuri empiezan a temblar, al tiempo que su cara se volvía aún más roja que antes.

Obanai por fin se había sentado en el sofá y se había inclinado hacia ella, para mirar el teléfono.

—¿Novio...?

Obanai mira un segundo a Mitsuri, pero al darse cuenta que estaba a punto de llorar por la vergüenza, cuelga la llamada.

—¡Ah! ¿Eres Iguro-san?

—Es guapo...

—¿Are?

Los tres niños, entre ellos una niña, hablan.

El hombre que estaba detrás de la mujer mayor, abre sus ojos sorprendido, pero antes de poder hablar algo, Obanai había colgado la llamada.

Toda la casa del hombre cae en silencio.

Sniff. Sniff.

Mitsuri empieza a sollozar.

Obanai sonríe, sintiendo algo de pena por ella.

—Mitsuri...

El cambio entre su yo de momentos antes y su yo de ahora era muy grande.

Mejor no pregunto más.

Suspira y se levanta del sofá.

Unos minutos después Mitsuri bebía un chocolate con galletas de chips de chocolate.

La vergüenza le pasaría luego de un tiempo.

Se supone.

Eso espera.

Hm.

Nubes y mejillas arrebol - ObaMitsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora