➹⸼🍀→₀₈ Juego

113 5 22
                                    

Desde su más temprana juventud, Caulifla se ha dedicado a combatir a todos y cada uno de los saiyajin que conformaban a la mafia más peligrosa e influyente en varios territorios. Desde los posicionados en la base de la pirámide hasta los peces gordos, su amplia experiencia lidiando con ellos la había vuelto una oficial de renombre entre las fuerzas policíacas de la capital. Y ahora, había superado todos sus trabajos anteriores, la cúspide de su carrera había sido alcanzada.

El temible ejecutor de la mafia estaba justo frente a ella, sin posibilidades de escapar o siquiera moverse.

- Entonces... ¿pensaste que ibas a salirte con la tuya por siempre? A pesar de ser poco menos que un asesino sin escrúpulos sigues siendo un poco ingenuo ¿no lo crees? - El desdén con el que la oficial se dirigía al criminal recién capturado era notorio, tanto que incluso el inmutable y muchas veces burlón chico mantenía su mirada baja para ocultar la expresión hostil que segundo a segundo se volvía más marcada. Sin embargo, el gusto poco le duró pues fue forzado a levantarla nuevamente por la delicada mano de su captora que tomó su mentón con fuerza mientras sonreía. - Será mejor que quites esa cara querido, porque tal vez tu "brazo" intimide a otros pero ese truco ya no funcionará conmigo.

El de flequillo sintió sus entrañas removerse con incomodidad al escuchar la descarada mención de la principal marca que el genocidio orquestado por la raza humana hacia su gente dejó, un ahora ausente brazo izquierdo cuyo reemplazo vino en forma de un pesado lanzagranadas unido a un tubo metálico que podía y debía usar como una extensión de su delgado pero atlético cuerpo.

Un toque en su clavícula cercana al inicio de esa prótesis le hizo sentir un escalofrío, nadie en su círculo podía tocarlo en esa zona tan significativa, al menos nadie que apreciara su vida lo suficiente. Y aún así, esa oficial a la que correspondía con energía ese odio y desprecio que le tenía lo hacía tranquilamente, sin miedo alguno a las posibles represalias, despreocupada de que intentara apartarla porque ni siquiera podía hacer eso.

- Es una completa lástima que Vegeta haya convertido a tanta gente en monstruos sin corazón, con lo lindo que eres... - Se lamentó comenzando a acariciar suavemente el rostro del contrario, cuya expresión luchaba por mantenerse firme para no darle el gusto a la contraria de saber que eso era siquiera tolerable. Sí, le gustaba eso, ese contacto cálido y suave lo hacía sentir como algo más que una simple herramienta, más que una máquina diseñada para matar a todos aquellos que osaran desafiar a la mafia o a Vegeta, más que el terrible ejecutor de la máscara sonriente que puede reventarte la cabeza con una bala o quebrarte el cuello con su única mano... algo tan simple le daba la vaga sensación de que alguien es capaz de verlo como "Kyabe".

- No. - Claro que, eso no podía ser, él no iba a rendirse ante un agente de la ley así de fácil. "Morir antes que rendirse" serían las palabras de su jefe ante una situación así, morir antes que rendirse... - Bien, en vista de que no vas a cooperar supongo que tendré que usar técnicas más... extremas para hacerte entender tu lugar.

Fue así que la oficial coló sus manos debajo del costoso traje que el joven llevaba, haciéndolo sucumbir cada vez más ante los verdaderos sentimientos que tenía hacia ella con cada movimiento que hacía debajo de toda esa tela; soltando jadeos suaves que se intensificaban conforme el tiempo...

¡Hermana, vengo a bañarme!

Ese grito hizo que la pareja saliera de golpe de la elaborada fantasía en la que se encontraban sumergidos hace unos momentos. La primera en disgustarse con la llegada antes de tiempo de la morena era Caulifla, le había costado mucho convencer a su novio de ayudarla a cumplir su fetiche y justo el día en el que podían hacerlo porque no había nadie en la casa llega su hermana a interrumpirlos.

Kyabe por su parte soltó una risa nerviosa, debía admitir que él también se había metido un poco demasiado en su papel al punto de ya tener cierto problema en su entrepierna cubierta por un traje, el cual si bien no era tan costoso como el trasfondo de su juego de rol lo establecía se veía lo suficientemente elegante para que su novia haya querido que se lo pusiera.

- ¿Cuánto tiempo crees que se tarde? - Preguntó a la pelialborotada mientras seguía atado a la silla de cojines negros, a lo que ella se encogió de hombros. - No lo sé, pero ojalá no sea mucho, no puedo esperar a verte sin el traje...

Lo último hizo sonrojar al de flequillo por la elección de palabras y el tono que pasó a utilizar la chica, de su típico tono despreocupado a uno un tanto... ¿seductor?

- Oh... - Tras unos veinte minutos en los que la pareja permaneció en un pesado silencio la voz de Kale les dio la señal de que estaban solos nuevamente, por lo que volvieron a su fantasía culminando en una tarde bastante agitada para ambos.

La primera de muchas.

____________________________________

Headcanon desbloqueado: En las cuestiones de explorar fetiches y esas weas Caulifla sería la interesada en ello, change my mind.

Pueeees he estado intentando escribir más de este libro porque tengo muchas ideas inconclusas que quiero seguir explorando, siendo esta una de ellas. No me culpen, amo al personaje de Black Dahlia desde que anunciaron el alpha en Skullgirls así que decidí que al principio fuera una fantasía, pero no se sorprendan si hay un one-shot que se desarrolle en ese universo alterno de manera seria asies.

En fin, tengo sueño así que voy a dejar esto hasta aquí.

Bye!

One-shots KyaliflaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora