➹⸼🍀→ ₀₃ Esto no está bien ೄ

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El sonido que producía el agua de una hermosa fuente de piedra hacía que una mujer de cabellos alborotados sintiera su ajetreada mente en completa calma.

Ella llevaba apenas un año casada con un tipo cuyo nombre ni siquiera le interesaba recordar sólo para asegurarse un buen dinero, aunque ella ya ganaba el suyo trabajando como ingeniera en telecomunicaciones; maldecía a su hermano mayor, Rensou, por obligarla a casarse por un motivo tan estúpido y a sí misma por haber aceptado hacerlo.

En fin... Lo hecho hecho está.

Luego de un rato sentada en el borde de la fuente escuchó a alguien acercándose, sonrió satisfecha al darse cuenta de quién era la persona que había ido a perturbar su paz.

- ¿Me tardé mucho? - Una suave voz masculina le ocasionó un escalofrío a la chica de vestido rojo carmesí, ella se acercó al dueño de aquella dulce voz y le besó en los labios con mucha delicadeza.

- Llegaste justo a tiempo, Kyabe. - Ambos repitieron el contacto de hace unos momentos pero con una intensidad aún mayor, un beso húmedo y apasionado que ambos disfrutaban.

- Vamos a mi cuarto. - Le susurró la señora de la casa al hombre de traje, este asintió ya algo agitado por el beso.

- Déjame adivinar ¿tu esposo se fue a revolcar con otra de sus secretarias? - Preguntó un tanto resignado, a lo que Caulifla sonrió.

- Ese gordo tiene un gusto del carajo, ni siquiera son bonitas, puras oxigenadas y operadas. - Soltó ella con burla, para luego continuar hablando. - En cambio yo me acuesto con un pianista muy sexy y es suficiente para mí.

- Tal vez esa no sea la palabra exacta para definirme, pero me alegra que te agrade mi compañía. - Respondió el hombre ladeando una sonrisa, recibiendo una caricia en su mejilla como respuesta.

- Oh cierra la boca y bésame de una vez. - Y ambos continuaron besándose en el camino al cuarto de la mayor, esa era su rutina, cada que Caulifla se quedaba sola ella llamaba a su mejor amigo de la infancia y viejo amor platónico; tenían sexo descaradamente para después separarse sin dar explicación alguna y el ciclo se reiniciaba. Llevaban así desde que ambos se reencontraron en una cafetería luego del reciente rompimiento del menor, así que, al menos él estaba libre de cualquier atadura.

- ¿Y bien, sigues pensando que ese imbécil es mejor que yo? - Aquella pregunta terminó por arruinar el candente momento, pues el de flequillo se separó de la mujer al instante, algo irritado.

- Sabes que comparar la relación que tuve con ese idiota y la que tenemos nosotros es estúpido ¿Verdad? - Él hizo una pausa. - En general, comparar las relaciones que he tenido con hombres con las que he tenido con mujeres es estúpido por sí solo.

- No es estúpido, así sabré si decides cambiarme por un hombre una vez te aburras de mí. - Vociferó Caulifla, a lo que Kyabe le respondió con un beso, rápido y simple.

- Yo jamás haría algo así, y escuchame bien, no necesito cambiarte porque ya eres la persona con la que quiero estar... Lo fuiste desde el principio. - Luego de besarla un par de veces, se acercó a su oído. - Nunca dudes de eso.

El calor volvió al ambiente rápidamente, ambos continuaron con lo que estaban haciendo durante una hora más, gritando de placer, devorando el cuerpo ajeno cuál grandioso manjar.

Y luego de eso, se hizo el silencio.

- Ojalá pudiéramos hacer esto más seguido. - Caulifla aún estaba recobrando el aire jadeando muy agitada, su compañero la volteó a ver.

- Podemos, si te divorcias y te vas conmigo podrás hacer esto y muchas cosas más.

- ¿Cómo cuáles?

One-shots KyaliflaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora