♡ Después de varios veranos en el mismo sitio, un incidente te hará descubrir un nuevo lugar, donde conocerás nuevas amistades y alguien que cambiará tu realidad, por un romance de otra dimensión.
♡ Los personajes de esta historia le pertenecen a Su...
Caminamos hasta llegar a un muelle donde permanecía un barco flotando en las aguas, cuyas ondas eran iluminadas por la luz de la luna, era un paisaje hermoso. Inevitablemente dirigí la mirada a la pirata que a mi derecha se encontraba, abrazándose a sí misma por el frío que golpeaba la costa, con una mirada determinada al barco. Repentinamente dirigió su vista hacia mí e inconscientemente desvié la mirada que en ella posaba a las olas de nuevo, el nerviosismo se apoderaba de mí y no encontraba la razón, quizá se debía al hecho de haber invadido su tiempo libre hace rato y ahora invadir su hogar. Es eso, ¿cierto?
—Llegamos —dijo mientras se detenía junto al imponente barco.
Golpeó dos veces la madera con su puño de costado y una rampa de madera cayó a nuestro pies, de nuevo me miró e hizo una reverencia actuada con sus brazos cediéndome el paso. Miré una vez más cuesta arriba y finalmente comencé a subir. Lo primero que encontré frente a mí fue una esfera metálica con patas de madera y cabeza de bomba, bastante energética a mi parecer. Ya no me impresionaba sinceramente. Es adorable en realidad.
—Veo que conociste a Tick —dijo Penny detrás mío.
El tercero emitió ruidos raros a las vez que se acercaba a observarme de arriba a abajo, mencioné que no me sorprendía pero lo que sí es que me provocaba cierta inquietud dicho movimiento.
—Parece que le agradas —dijo Penny con una sonrisa burlona al notar mi nerviosismo.
Solo solté una risa nerviosa.
—Bien, sígueme —ordenó y le seguí el paso.
El barco era más grande de lo que parecía, subimos por unas escaleras al segundo piso de camarotes y entramos a uno de ellos, donde se encontraba lo que parecía ser un robot dentro de un barril con un sombrero de capitán, estaba jugando cartas solo.
—¡Ahoy Penny! No esperaba que llegaras tarde —exclamó el robot con entusiasmo.
—Sí, hubo ciertos inconvenientes —dijo mientras me miraba, claramente se refería a mí. —Darryl, _____, _____, Darryl —nos presentó fugazmente mientras tomaba asiento frente a la mesa de madera.
Tomé asiento en una de las sillas disponibles.
—Un gusto, camarada —soltó Darryl cerrando su ojo mostrando alegría de esa forma.
—Eh... igualmente —sonreí de vuelta.
—Se quedará aquí esta noche —dijo Penny sin más.
—Sin problema —respondió Darryl. —¿es ésta la persona especial de la que sueles hablar, Penny?
—¿Qué? —la pelirosada volteó a verme mientras sus mejillas se tornaban rojas. —No, no no no, es solo una amistad que hicimos Bibi y yo inesperadamente
—Tu cara dice lo contrario —de nuevo el robot mostrando entusiasmo.
—Te digo que... agh, solo, vámonos de aquí, _____ —ordenó Penny para salir del camarote.
—Descansa, persona especial para Penny—se despidió el robot de mí.
—Yo... adiós —me despedí con una sonrisa nerviosa, sentía el ardor en mis mejillas tras escuchar lo último. Me fui detrás de Penny.
¿Especial para Penny? Saber que dicha persona no era yo sino, a lo que escuché de Bibi, una persona aparentemente pelirroja me causaba desilusión, no termino de entender el porqué.
Llegamos a otro camarote, en él solo había una cama, y un par de muebles más.
—Éste está desocupado —habló finalmente Penny. —Puedes quedarte aquí, así que descansa, supongo
Comenzó a analizar mi rostro buscando algún rastro de incomodidad en mí después de lo sucedido con el robot, pero inmediatamente desvió la mirada. Dio media vuelta para irse pero inconscientemente tomé su muñeca, algo en mí quería que se quedara, y saber más sobre la verdadera persona especial para ella.
—Espera... porqué no hablamos un poco más, no me gustaría que te fueras ahora —solté su muñeca.
Me miró extrañada, y después de un par de segundos de pensar, caminó hacia la cama y tomó asiento en ella.
—Sí, no me vendría mal hablar seriamente con alguien hoy —rodó sus ojos restándole importancia mientras jugueteaba con sus dedos.
Tomé asiento junto a ella y de nuevo no pude evitar admirarla, atraía mi atención sin siquiera buscarlo.
—No es de mi incumbencia, pero en evidencia de que no permití que hablarás correctamente con Bibi, puedes hacerlo conmigo —le sonreí con calma. — y no solo ahora, sino, siempre que esté ahí, cerca de ti
Dije esto último sin ser consciente de si lograría salir de aquí o no, aunque justo ahora no le daba importancia al tema, no ahora que despertaba un curioso interés por ella en mí. La pirata me prestaba atención atentamente, con un deje de vulnerabilidad en su rostro tras escuchar lo que le dije.
—Yo... —comenzó dudosa, pero terminó por abrise. —comenzó a gustarme alguien, no la conoces, acabas de llegar aquí. Quiero acercarme más a ella pero nunca me pasa por la cabeza una manera natural de hacerlo
—Y... ¿cómo se llama?
—Jessie...
—Ya veo...
—Sí... —pausó un momento. —pero, afortunadamente llegaste en el momento perfecto, esa reunión de bienvenida es la excusa perfecta para acercarme a ella, ¿no crees?
—Definitivamente —le sonreí pero con algo de desilusión, ¿por qué escucharla decir eso me causaba dicha sensación?
—Pero, no sé si yo pueda gustarle a ella, ¿sabes?, ¿qué razones tendría para fijarse en mí?
—¿Qué dices? Eres demasiado linda —dije sin pensarlo.
Me miró con evidente sorpresa en su rostro y un tono rosáceo formándose en sus mejillas, no esperaba escuchar eso y yo tampoco esperaba decirlo. Al mismo tiempo miramos a otros lados, evitando el contacto visual que hacía más extraña la situación.
—... —inesperadamente salió del camarote, cerrando la puerta tras de sí.
¿Acaso la había incomodado de nuevo? Pareciera que solo he venido a hacer eso, y justamente con ella. Me dejé caer sobre la cama, mirando al techo y soltando una gran suspiro, ¿qué hago? debería dejar de pensar en estos confusos sentimientos y situaciones para concentrarme en buscar una forma de volver a casa.
¿Investigar sobre su verdadera persona especial en lugar de qué es este lugar? Debo estar perdiendo la cordura, este lugar me hace perder la cordura. Debo concentrarme, mañana nos reunieremos de nuevo, me explicarán algunas cosas pero averiguaré todo lo que esté a mi alcance, debo prestar atención a ello.
Entre tantos pensamientos finalmente terminé por dormir.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Actualización pronta de nuevo, quisiera saber si está siendo de su agrado jsjsjs
