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El primer día en una escuela nueva no es fácil y menos cuando recién te acostumbras tienes que mudarte de casa, una y otra vez.

Mi yo no esperaba hacer amigos, no tenía planeado nada. Solo era ir y estudiar, fue lo que mis padres me enseñaron. Iba saliendo de casa, veía las calles con gente muy molesta por ir a trabajar llegó a pensar que son personas verdaderamente odiosas porque con el simple hecho de ver su cara ya te dan esa esencia de irritación. Saqué mis auriculares junto con mi celular y poder abrir Spotify para elegir en mi playlist mi canción favorita. Me iba solo ya que en primer lugar mi madre se iba mucho antes que yo a trabajar y porque suponía que tenía la suficiente edad para cuidarme solo, al igual que muchas historias mi papá no estaba con nosotros y realmente nunca me afectó, sentía que no era necesario.

Volviendo al tema, cuando llegue a la escuela fui directamente a la biblioteca, no tenía ni las más mínimas intenciones de socializar antes de que empezarán las clases. Los libros siempre han sido mis únicos amigos, me dan diferentes momentos y realidades que no me es necesario encontrar en la realidad. En un futuro pienso escribir un libro, uno que sea sobre algún momento de mi vida metiendo fantasía y suspenso para el lector probablemente.

Me senté en una mesa, debía estar al final, y tan solo escuchando música me dedique a leer mi libro favorito, yo te inventé, realmente ese libro tiene de todo y me gusta, no por nada es mi libro favorito. No tenía la música tan fuerte por lo que pude escuchar el timbre resonar por toda la escuela y cuando recién estaba empezando a leer mi parte favorita el timbre viene a interrumpirme, si, lo había leído más de una vez. Guarde mis cosas en mi mochila como los auriculares de cable y mi libro más el termo de agua que había sacado, mi celular lo guarde en el bolsillo del pantalón del uniforme y me fui, ya no había casi nadie en el patio principal y como no había recorrido la escuela antes, no sabía donde estaba el salón luego recorde que mi madre me había dejado un papel en la mesa con el número de mi aula y busque en el pequeño compartimento de la mochila el papel, lo había encontrado, y ya con saber que número era decidí irme al aula llegando tarde. Primera mala impresión.

Un Amor A Ciegas | MikellinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora