Abrió con cansancio sus ojos al sentir el primer rayo de sol en su rostro, al mirar hacia el reloj digital sobre la mesita de noche, se dió cuenta de que eran las ocho y media de la mañana, demasiado temprano para él, pero no creía poder volver dormir otra vez así que se levanto de la cama y se dirigió al baño.
Se lavo de la cara, las manos y salió de la habitación a buscar algo para desayunar, olvidando un detalle enorme, no estaba en su casa.
Al llegar a la cocina pego un brinco al ver a Finlandia ya despierto y preparando algo de comida que en el primer momento que entro percibió un exquisito olor que inundaba sus fosas nasales.
Finlandia— Buenos días Ajolote —le dijo cuando vio a México parado en la entrada de la cocina—. ¿Dormiste bien?
México— Buenos días Fin —se encamino hacia a un lado del finlandés para ver qué hacia—. Yo dormí excelente y ¿que tal tú?
Finlandia— Me da gusto saberlo —tomo algunos platos y los dejo en el lavavajillas—, en cuanto a mi, lo hice estupendamente.
México— ¿Y que haces de desayunar? —pregunto tomando uno de los panes que se encontraban en una charola de acero inoxidable.
Finlandia— Pan de avena, jugo de arándanos rojos, un poco de Gacha, munavoi y café tradicional de tu país más específicamente de Veracruz —le fue mostrando los platillos con detenimiento y contándole su preparación.
México— Se escuchan exquisitos Fin —le dijo emocionado, adoraba probar cosas nuevas.
Finlandia— Me alegra oír eso, porque ahora vamos a desayunar y después nos prepararemos para salir.
México— De acuerdo —le generaba mucha intriga de a dónde le llevaría Finlandia, la última vez que vino, no pudieron salir debido al trabajo que ambos tenían.
Que en realidad Finlandia al igual que México tienen trabajo a morir, pero en esos momentos quieren dejarlo para después pues no era necesario entregarlo en cierto tiempo.
Después del desayuno Finlandia llevo a México fuera de su hogar, le arreglo una maleta que ya se encontraban dentro de la camioneta, y el viaje inicio con tanta tranquilidad.
Hasta que fue rota por el celular del finlandés sonando, era su presidente, le molestó que le interrumpiera en su momento de felicidad, mantuvo su molestia dentro de él y contesto la llamada.
Mientras Finlandia hablaba por celular, México miro hacia la ventana, apreciando la fría y blanca nieve que a la vista parecía estar muy suave como una almohada más aún recuerda como de niño al dejarse caer en la nieve de una altura bastante alta se fracturo el brazo.
Sonrió tenuemente pues ese momento le trae muy buenos recuerdos de su infancia apesar de que eran muy pocos, está muy discreta acción logro captar la atención de Finlandia quien por fin termino la llamada.
Quería seguir teniendo la misma dulce sonrisa plasmada en el tierno rostro de su amado, dónde lo llevaba a preguntarse si es que había escogido el lugar correcto.
México — Es tan linda la nieve, ¿no lo crees? —su suave voz llamo su atención.
Finlandia — Bueno, siempre he vivido con ella así que nunca pude apreciar su belleza como tal.
México — Debido al trabajo casi no puedo verla —Finlandia despegó su mirada del frente y se que admirando el reflejo de la nieve en los ojos del tricolor.
Hasta que estuvo a punto de chocar fue que se volvió a concentrar su vista hacia la carretera.
Finlandia— Lo siento —se disculpo aún que eso no le quitaría el miedo a México quien se encontraba aferrado a su asiento como gato.
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🥀Pétalos de Mariposa🦋 Countryhumans
RomanceMéxico es el país más querido por todos, tanto así que tiene varios pretendientes quiénes se esforzarán para lograr tener su amor, pero no todo en la vida es fácil, pues uno de ellos querrá a México para él solo, y para evitar que obtengan su corazó...