C14 "Una bendición para todos".

411 38 3
                                    

Departamento de Pablo y Mariana

Pablo: Por fin en casa.

Mariana: Pero a cuidarte.

Pablo: Lo se pero quiero ayudarte con Vicky.

Mariana: En lo que puedas porque tienes que estar en reposo aún.

Pablo: Si doctora.

Mariana: Ya veo que Victoria se acostumbró a ti y ahora tiene muchas mañas, ya no quiere estar en la cuna.

Pablo: Porque los brazos de papá son más lindos ¿verdad princesa?

Mariana: Tiene razón porque estar en tus brazos es lo mejor del mundo (se sentó a su lado y se recostó en el hombro de Pablo).

Pablo: Las amo tanto.

Mariana: Ahora se que Dios siempre nos da una segunda oportunidad, no sabes el miedo que me dio saber que estabas grave y que Victoria iba a nacer tan pequeña, tuve mucho miedo pero todo salió bien.

Pablo: Gracias a Dios, mira, una pequeña princesita esta inquieta, creo que tiene hambre mami.

Mariana: Mi niña, ven (cargandola).

Pablo: Voy a ir haciendo algo de comer.

Mariana: Tu no te mueves Pablo, cuando Vicky termine de comer yo lo haré, tu ve a recostarte.

Pablo: Pero am...

Mariana: Nada de amor, ve a la recámara.

Pablo: Esta bien, tu siempre ganas (levandantose del sofá).

Mariana: Lo sé (sonrió) después de comer vamos con papi mi princesa, a darle muchos muchos mimos.

Más tarde

Mariana: ¿Se durmió?

Pablo: Si, se quedó dormidita.

Mariana: Voy a llevarla a la cuna.

Pablo: No, déjala aquí por hoy.

Mariana: Amor, conozco ese "por hoy" si es por ti será como hasta los 5 años.

Pablo: Porfa, prometo que será por hoy y mañana traeremos la cuna para aquí.

Mariana: Si, en eso si estoy de acuerdo, es muy pequeña y me da miedo dejarla sola, es mejor poner la cuna al lado de nosotros.

Pablo: Ven amor, ya acuestate, sabes...aún no puedo creer tenerla aquí.

Mariana: Ni yo y es tan hermosa, nuestra hija.

Pablo: Nuestra (acarició la mejilla de Mariana).

Mariana: ¿Te sientes bien? No te duele nada?

Pablo: No, solo un poco la cabeza pero nada grave.

Mariana: Eso es normal, te traeré un analgésico.

Pablo: No, quédate aquí con nosotros.

Mariana: Esta bien y ya no hablamos más porque no quiero despertarla.

Pablo: Esta bien, descansa amor.

Mariana: Tu también y sueña con nosotras.

Pablo: Con mis princesas, por supuesto.

Al día siguiente

Mariana: Buenos días mis amores (con la bandeja en las manos).

Pablo: Buenos días mami.

Mariana: Queríamos desayunar contigo papá.

Pablo: Me acaba de llamar Francisco, más tarde vienen, llamaron de la comandancia, ya encontraron al que chocó mi auto.

Mariana: ¿De verdad? Ya era hora, ese tipo tiene que pagar (dándole la taza).

Pablo: Lo se pero quizás no lo hizo a propósito y se asustó por eso huyó.

Mariana: No importa cómo haya sido, tiene que pagar Pablo, casi mueres por su culpa.

Pablo: Si lo se.

Mariana: Eres demasiado bueno amor.

Más tarde llegó Francisco y Lorena, con noticias no muy buenas...

Pablo: Ya habla, porque tantas vueltas.

Francisco: Pablo, quien chocó tu auto y quien puso en peligro tu vida fue Andrea.

Mariana: ¿Esa estúpida? Como no me di cuenta antes.

Pablo: No puedo creerlo.

Francisco: Ella iba directo a matarte pero no imagino esto, sabia que esa mujer era capaz de todo pero nunca pensé que de tanto.

Mariana: Juro que quiero matar a esa mujer.

Lorena: Tranquila Marian, ya Fran se encargó de ella, esta donde debe estar.

Pablo: No puedo creerlo, Andrea casi me mata, es una locura.

Mariana: Ya amor, todo paso, ahora ya no más preocupaciones ¿ok?

Francisco: Mariana tiene razón hermano, juro que moría del coraje cuando la tenía en frente de mi pero ya está, ahora a pensar en tu mujer y tu hija.

Pablo: Si, tienes razón.

Lorena: Ustedes están destinados a estar juntos y así será, solo tienen que pensar en esa pequeña y hermosa niña, que es una bendición para todos.

Después de tanto, ya era hora de que la felicidad llegara para quedarse y la pequeña Victoria había traído la paz...

Rayito de SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora