Capítulo II

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6/07/2021



Unos pequeños omegas iban saliendo de su salón para disfrutar un rato el receso antes de que volviera a entrar al infierno de los exámenes

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Unos pequeños omegas iban saliendo de su salón para disfrutar un rato el receso antes de que volviera a entrar al infierno de los exámenes.

—Ah..
Un chico de cabello castaño empezó a estirarse.
—Los maestros se pasaron en dejar preguntas de las cuales no se— Takuya hizo un puchero.

—No será que las preguntas estaban difíciles, ¿porque no estudiaste? — el chico solo lo pellizco para burlarse.

Él contrario solo se sobo para mirar de mala manera al de cabello rubio.
—Mira el buen amigo que me dieron para burlarse de mi.

Él sarcasmo se pudo escuchar en su voz, Takemichi solo se río por lo infantil qué se ponía su amigo.

—No soy tan malo, ¿Sabes?
Intento seguir burlandose pero un grito detuvo la acción

—¡Chicos Atsushi esta en peligro!—
Los dos miraron al pequeño, no tardaron en ir corriendo donde siempre aquellos alfas querían hacerles daño.

Aunque ellos fueran omegas siempre se mantuvieron firme ante cualquier alfa qué los deseara, hasta los betas los querían solo para una noche.

Los cuatro chicos corrieron hasta donde donde se encontraba su amigo, al llegar sus caras se horrorizaron al ver a su pequeño amigo todo golpeado.

—¡Jamás!.
El chico que se encontraba siendo golpeado se resistía a las feromonas de los alfas.
— No me dejaré tomar por un alfa estupido qué solo trata a los omegas como juguetes.
Se intentaba poner de pie pero se lo impedían ya que una patada fue dirijida a su estomago para caer nuevamente, haciendo que el aire le faltara.

—¡Oigan! ¡Dejenlo ir malditos perros!
Gritó el de cabello rubio cenizo.

Hanagaki no le importaba que los hombres frente a sus ojos fueran del segundo género más fuerte, así que empezó a caminar donde el jefe de la pandilla.

Un golpe.

Ese golpe fue lo que escucharon todos los presente, su mirada era sorpresa pues el omega que se había acercado a golpear a su jefe.

Todo era un silencio, los alfas no sabían como reaccionar, ya que un omega no debería tener esa fuerza.

Los amigos de Takemichi no tardaron en reaccionar para ir donde estaba el rubio y ayudar a su amigo lastimado.

—Akkun, ¿te encuentras bien?.
Pregunto el pequeño omega que se encontraba frente a su amigo lastimado.

Una risa se escuchó en el lugar, Takemichi volteo a ver y el alfa el cual golpeó hace uno minutos. Frunció el ceño.

—Pero mira lo que trajo el omega.
Sonrió. Esa sonrisa hizo que el rubio apuñara el puño.

'Debí golpearlo más fuerte' pensó.

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