Mírame! (Kuroo x Yaku)

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Comenzaron a soltar comentarios asquerosos sobre mí y lo que me iban a hacer pero eso no fue lo que me sacó de quicio, lo que hizo que encendiera mi fuego interior es ver como pisotearan la cabeza de Kuroo, digo yo a veces fui brusco con él pero no de ese modo. De un rápido movimiento y con una patada aparté al tipo que le retorcía la mano, al otro que reaccionó intentando detenerme le di una patada en el estómago y me agache para evitar el golpe del que estaba libre y le di otra patada en la bolas; al que había apartado primero se levantó pero le di otra fuerte patada en su ingle y a su otro compañero también, quizá mis puños no son tan fuertes pero mis patadas son letales. En cuestión de segundos estos tres estaban retorciéndose en el suelo, sucede que jugaba futbol cuando era niño y era muy bueno.

- Yakun – dijo Kuroo anonadado mientras me miraba con ojos de huevo frito

- Tranquilo aunque te lo mereces no podría hacerte algo así, deberías estar agradecido- dije mirándolo altanero

- Yakun, yo ...

- Kuroo después hablamos- dije cortante

- Pero nunca me dejas terminar- dijo con un puchero, sí que estaba triste, suspire ya no puedo mas

- Deja de quejarte, luego te diré mis demandas ... salgamos de esta pocilga- dije mientras tomaba su mano y lo arrastre fuera de ahí

- ¿Yakun?- dijo esperanzado

- Lo hablamos luego, ahora quiero ir a ver cómo le va a los cuervos- dije arrastrándolo, pensé que al estar en público se aparataría así que hice ademan de soltarlo pero afianzo su agarre

- No te dejare ir de nuevo- dijo con una sonrisa que hizo palpitar mi corazón más rápido- además te perderás si me sueltas Yakun-dijo con un puchero

- Idiota- dije mientras sonreía

Cuando nos sentamos a ver el partido de Karasuno contra Inarisaki, vi que Kuroo estaba atento a lo que hacían, otra vez sentía esos odiosos celos carcomiendo mis entrañas, creo que leyó mis pensamientos porque volteo hacia mi sonriéndome, ¿qué le hacía tanta gracia a ese idiota?

- Solo observo como mis consejos surten efecto- dijo con una sonrisa ladina, yo no lo entendí, pensé que era sobre el bloqueo pero estaban en tiempo fuera- oh ... no hablo de bloqueo, mira- señalo a Tsukishima y al número diez, Hinata Shouyo, entonces lo vi. Ya no tenía que preocuparme de nada y ahora que lo pienso todo paso por un mal entendido- solo le dimos un par de consejos para que se pudiera acercar más al pequeño cuervo, ya sabes como es Tsuki, es mas agrio que un limón por eso mi bro y yo lo ayudamos a acercarse a la pequeña mandarina

No puede ser estuve molesto con él por nada, solo quería ayudar a su amigo. Me siento mal

- Kuroo yo lo sie...

- No- dijo serio- ya ves cómo se siente que te interrumpa cuando te quieres disculpar Yakun- dijo para luego reírse en mi cara

- Eres un idiota- dije dándole un codazo

- Auch, jajajajaaj extrañaba tus cariñitos- me miro ahora con tranquilidad- ambos lo sentimos y eso ya no importa. Lamento haber sido un imbécil que te dijo esas cosas no te lo merecías

- Como dijiste no importa- dije pero recordé algo más que me tenía intranquilo- eso no era todo, me moleste porque me dolió que tu familia no supiera de lo nuestro, me di cuenta cuando tuve tiempo de pensar las cosas- dije triste

- ¿Mi familia? ... ah pero si les dije, apenas me dijiste que si al salir conmigo- dijo como si fuera lo más obvio del mundo

- ¿Que? pero no querías que fuera a tu casa por nada del mundo- dije enojado

Bueno sobre eso, mmm- empezó a rascar su nuca y dudaba, así que lo mire fijo para que confesara sus crímenes- lo siento es que no quería que vieras mi desorden y las fotos de bebe que mi mamá cuelga en la pared de la sala... es vergonzoso

- No puede ser, ¿todo paso por nada?- suspire, bueno al menos acabo

- Sabes si le damos vuelta a todo, realmente no vale la pena recordarlo- tomó mi mano y la acaricio, me dio un beso en la frente y me miro como pidiendo permiso, yo sonreí ladinamente

- Adelante, sé que me extrañaste- dije coqueto pero realmente era al revés yo lo había extrañado pero no se lo diría tan fácil claro que no, apenas dije aquello sujetó mi cintura  con algo de intensidad. Ambos nos miramos hambrientos, muy hambrientos y solo dimos rienda suelta a nuestra necesidad de unir nuestros labios en un intenso, romántico y fogoso beso lleno de deseo, ¡¡como lo extrañe!!