CAPÍTULO FINAL

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JIMIN

Dos años después...

Sigo mirando mi reloj y esperando que Jeongguk esté aquí pronto.

Me envió un mensaje de texto y me dijo que estaba llegando tarde, pero sé que no quiere perderse la cita.

Este es nuestro segundo embarazo, pero sigue tan emocionado como el primero. Cuando me volvieron a llamar, dije que todavía estaba esperando a mi esposo, pero la enfermera me dijo que uno de sus médicos tenía una emergencia y que no tenían tiempo para reprogramarme. Debatí por medio segundo antes de decidir regresar, con la esperanza de que estuviera aquí pronto.

Ahora estoy recostado en la mesa con las piernas en los estribos esperando que el médico venga a verme, la verdad no sé porque estoy así, en mi caso es solo ver si el bebé está sano y sin ningún riego. Me he acostumbrado a dejar que todo salga bien después de mi primer embarazo, así que trato de sentirme cómodo y pasar el tiempo.

Después de un momento, la puerta se abre y levanto la vista para ver al médico que entra. Jadeo porque no es mi obstetra habitual, sino un médico masculino que nunca he conocido.

—Usted debe ser Jimin. Soy el doctor Ryuwon—, dice, caminando y estrechando mi mano.

Junto las rodillas y trato de sentarme. Nunca antes había tenido un médico masculino, siempre me chequeo con mi obstetra y trato de pensar cómo decirle cortésmente que se largue de aquí antes de que mi esposo entre y lo asesine.

—¿Dónde está la doctora Kim? — pregunto, mirando a través de la puerta entreabierta. La enfermera que normalmente está aquí cuando el médico me examina está hablando con otra persona.

—Ella está fuera hoy. Me estoy encargando de algunos de sus pacientes aquí para exámenes de rutina—. Él mira mi historial y sus cejas se juntan. —Parece que ha ganado bastante peso desde su última cita—.

—¿Perdón? — Estoy muy embarazado, ¿qué más se supone que suceda?

—Sin embargo, eres joven, así que supongo que no estás preocupado por tu figura—. Él murmura algo acerca de que mi metabolismo se está desacelerando, y la ira hace que mis mejillas se enrojan.

—Oh, bueno—, dice mientras camina hacia donde mis rodillas están firmemente presionadas. —Ahora, si te relajas, podemos seguir adelante y comenzar. Podemos discutir el aumento de peso después—.

No me gusta este chico, y quiero a Jeongguk aquí conmigo. Estoy a punto de decir que no puede empezar hasta que la enfermera entre, pero la puerta se abre de golpe. Mi gran bestia de esposo casi tira la puerta de las bisagras mientras él se queda mirando al médico.

—Quite sus jodidas manos de él—, dice.

El doctor Ryuwon retrocede con las manos en alto. —Señor, solo iba a hacerle un examen de rutina a su hijo. Por favor, no hay necesidad de violencia—.

—En primer lugar, él no es mi hijo, es mi esposo. En segundo lugar, puedes ver que está incómodo por la forma en que está sentado con las piernas juntas.

El médico me mira y luego a la puerta detrás de Jeongguk. Las enfermeras del pasillo están allí mirándolo. Mi enfermera habitual tiene una sonrisa en su rostro. Me pregunto si ella lo vio venir.

—A menos que tenga a una doctora para ver sus cosas intimas, vamos a seguir nuestro camino—. Se mueve entre el doctor y yo y tengo que morderme el labio para no reírme. ¿Acababa de llamarlo asunto privado?

—Sólo estaba...—

Jeongguk lo corta con un gruñido. —Estabas poniendo tus manos sobre mi esposo, y tienes suerte de que no las arrancaré de tus brazos. Ahora vete de esta habitación y piensa en cómo le hablas a los embarazados antes de abrir tu estúpida boca. Te oigo decirle a mi esposo que él ha vuelto a ganar demasiado peso y te haré comer tus palabras, imbécil—.

Las enfermeras en la sala ahora también se están riendo, y parecen estar pasando un buen rato observando cómo se desarrolló esto. Saben lo posesivo que puede ser Jeongguk, siempre caminando conmigo con su mano sobre mi vientre. Siempre preguntando qué van a hacer antes de tocarme. Él está loco cuando se trata de quién me puede tocar, así que no me sorprende lo más mínimo que esté actuando así. Y al parecer tampoco a las enfermeras.

El doctor Ryuwon retrocede lentamente hasta que está en el pasillo. Luego, antes de decir otra palabra, se toma un descanso. Las enfermeras se quedan en un ataque de risas cuando Jeongguk se acerca para envolver sus brazos alrededor de mí.

—¿Estás bien, niño? —

—Sí, creo que asustaste al pobre hombre—.

—No voy a quedarme a un lado y dejar que otro hombre vea el cielo que es mío allá abajo. Demonios, echará un vistazo y se arruinará para sus futuras parejas. No puedo arriesgarme—.

Se inclina y me da un beso justo cuando mi enfermera se aclara la garganta. Miramos hacia arriba y nos está sonriendo a los dos.

—Él está aquí solo por el día y no podemos soportarlo. Gracias por el entretenimiento. Tu historial se ve bien, y la doctora Kim regresará mañana. Estás listo, Jimin—. Ella me guiña un ojo antes de susurrar un —Gracias— a Jeongguk en la salida. Doy un suspiro de alivio.

—Ahora vamos a llevarte a casa para que pueda mostrarte lo perfecto que es tu cuerpo—, dice, levantándome en sus brazos.

—Podría tomar mucho convencerme—, le digo, imaginando su cabeza entre mis piernas.

—Es un trabajo difícil, pero creo que soy el hombre para ello—. Seguro que sí.

KeGAr3t4 ┃KOOKMIN┃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora