Capitulo 20

119 17 8
                                    





Arthur no pudo conciliar el sueño durante toda la noche, João había perturbado sus pensamientos y sus sueños, estaba aterrado, João le estaba causando varios estragos a su vida.

Que debería hacer Arthur, ¿Hablar con alguien? ¿Y si nadie le cree? João era un mentiroso experto y, sobre todo, todos amaban a João, amaban la gran personalidad que tenía, aunque todo en él era falso.

— "Maldito João, ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? ...maldito lunático" - dijo en susurro, a pesar de que su compañero de cuarto no estaba, no se podía dar el lujo de maldecir a gritos, en cualquier momento João lo podría escuchar y hacer enojar al moreno, ya le bastaba con los golpes que le dejo el día anterior.

Se masajeo con cuidado su estómago, tratando de calmar el dolor, se levantó con cuidado de su cama y fue al cuarto de baño, al entrar lo primero que hizo es verse en el espejo, levanto con cuidado su camisa, su piel pálida ahora era adornada con una gran mancha color morado verdoso.

—"Maldición"-

Arthur empezó a ver borro, de sus ojos verdes empezaron a caer pequeñas gotas de agua saladas, se sentía patético, su cuerpo temblaba, no pudo sostenerse más y cayó al piso, uno pudo soportar más y soltó unos sollozos, ¿Qué le estaba pasando? Se preguntaba, ahora ni se podía reconocer, él no era así, él era fuerte, pero por que se sentía débil.

—" Maldición, maldición, maldición..."

Estuvo sollozando por 20 minutos, por suerte nadie estaba despierto aun, aún era de madrugada, no quería que nadie lo viera así, no quería que él lo viera así, ya no más.

Con todo el dolor en su cuerpo, se levantó del frío suelo del baño, necesitaba una ducha, necesitaba relajarse. Abrió la llave de la regadera, mientras esperaba a que el agua se calentara, empezó a quitarse la ropa con cuidado, no solo sentía el golpe del abdomen, todo su cuerpo dolía.

Salido del cuarto del baño, en sus brazos tenía su ropa, había salido desnudo, pero eso no le importaba en ese momento, Antonio no estaba en el cuarto, por lo que se acuerda, el moreno estaba en la casa de uno de sus amigos, así que no le importaba estar desnudo en su propia habitación, pero con un poco de miedo fue a la puerta a verificar que el seguro estuviera puesto y lo estaba, Arthur soltó un suspiro de alivio.

Se dirigió a su armario para buscar otro pijama y su ropa interior, se cambió con calma. Busco en su armario el pequeño botiquín de emergencias que tenías, por lo que se acuerda dentro del botiquín había una crema para el dolor muscular y u as pastillas para el dolor.

Tardo unos minutos en encontrar el botiquín, nunca lo usaba así que nunca le importo tenerlo al alcance. Se aplico la crema con un pequeño masaje en los lugares donde más le dolía y se tomó la pastilla del dolor.

Tomo su celular y se acostó en su cama, por alguna razón tenía la necesidad de ver las fotografías que se había tomado con su novio, fue a la galería del celular, entro en una carpeta que decía ranita , toda la carpeta está llena de sus fotografía, tanto en conjunto como individuales , con tan solo verlas se relajó, se sentía cálido, tranquilo, protegido y una pequeña sonrisa adorno su carita, como extrañaba a su novio, a su ranita, lo extrañaba mucho, quería estar con él, necesitaba de sus abrazos y besos, necesitaba a Francis, pero ahora no podía estar con él y todo por la culpa de João, el demonio que llego a perturbar su paz.





[...]





—¡Arthur! Con un demonio, ¡Despierta de una maldita vez y ven a desayunar!

MonstruoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora