Aprendí a reirme de mi

Capítulo 46

Nuestras lenguas chocaban y solo se escuchaban nuestros besos en la habitación. Sus manos bajaron de mi cintura hasta mi trasero, apretándolo. No lo aparté, mis uñas clavándose en su nuca provocó un pequeño suspiro en él que me hizo sonreir cuando nos separamos unos centímetros. Harry también sonrió.

-Ven.-Susurró. Sus manos dejaron mi trasero y me levantó las piernas, haciendo que rodearan su cintura.

Sé que no debería hacer esto. Que debería de mandarle a la mierda.Pero él quiere, y yo también.

Me dejó en la cama y se puso sobre mí comenzando a besarme de nuevo. Gemí cuando mordió mi labio inferior y comenzó a besarme el cuello, cerré los ojos.

-No me voy a controlar hoy ¿lo sabes?-dijo entre besos, dejándome su respiración caliente en mi cuello. Notaba su erección y sus manos subían mi vestido hasta el ombligo.

Abrí los ojos, mi corazón acelerándose más de lo que ya estaba con sus palabras.

-Harry-le llamé y puse las manos en su pecho, empujándole un poco para que se apartara de mi cuello. Se apartó, pero solo para ir de nuevo a mi boca. Creo que era una estrategia para callarme. Hice mi cabeza a un lado y uno de sus besos cayó en mi mejilla.

-Escúchame, Harry.

-¿Qué quieres? No hables ahora.

-Hablo si quiero.

Harry frunció el ceño, apartó sus manos de mis muslos y bufó molesto. Se incorporó, alejándose un poco de mi, pero seguía arriba mío.

-Venga, sorpréndeme. ¿Qué me tienes que decir en este momento tan inoportuno?

-Tú y yo no podemos hacer nada de esto.

-¿Por qué?

-Porque no podemos.

-Esa no es ninguna razón.

-Harry, no nos soportamos.

-¿Y?

-¿Cómo que "y"? Que no voy a hacer nada con un idiota! como tú que me trata mal.-Harry sonrió mostrando sus hoyuelos.

-Ya claro, tratarte mal es salvarte de un borracho pervertido, traerte a un baño decente y besarte.-Comenzó a enumerar con sus dedos.

Miré su mano y me mostraba los tres dedos. Entrecerré os ojos y lo aparté bruscamente. Me levanté de la cama y me puse bien el vestido.

-¿Qué coño haces?

-Si tuvieras que enumerar las cosas que haces mal por mí te faltarían dedos de las manos.

-Estás exagerando.- Harry se levantó de la cama y se acercó a mí.

-¡Y una mierda estoy exagerando!

-¡No me grites!

-¡Es que no te soporto!

-¡Pues no se nota! Si no me soportas no sé por qué hoy estás pidiéndome ayuda y besándome. Yo a ti te gusto y tú a mi...

Alguien llamando a la puerta interrumpió su frase.

-¡JODER!-Gritó haciendo que me sobresaltara.

Abrió la puerta bruscamente.

-¿QUÉ?- Gritó enfadado. Muy enfadado.

Miré a la chica. Era Sabri.

Ella miró a Harry sin poder hablar, luego me miró a mí y después a Harry.