Parte 2

48 2 0
                                    


El sol reflejaba en su perfecto rostro la luz más bella que pude ver, su sonrisa la complementaba tanto que no existía un mañana. Mis manos estaban enlazadas a las suyas-pero no específicamente- en realidad las mías sostenían a otra persona, no era la que tenía en mente. Me sabe a chiste todo esto, la situación es demasiado contradictoria. Yo pienso en alguien más, mientras la veo ahí, sentada a mi lado, jugueteando con su cabello y contándome de su día, tan emocionada que lo puedo percibir, y yo estoy perdido en la mirada de alguien que no es ella. Es egoísta de mi parte lo que hago. Estoy jodido, mi cobardía me gana. Trato de luchar contra ella, sin embargo, la aumento más. Subió la marea en mi mente y ya me ha envuelto la tormenta.

Llevo semanas queriendo decirle la verdad. El dolor estará presente, ya bastante tengo con guardarlo, pero lo tiene que saber. 

Me he confundido de amor, no era ella, no puedo hacer que siga fluyendo. La manera en que lo está tomando me asusta. Sabemos que no es una historia de película, sin embargo, alejarme de ella me parecería una falta grave. Estoy tan contrariado que no sé qué puedo hacer. La suerte no me acompaña, la he confundido varias veces -al cambiarle de nombre- soltando repentinamente frases que la han dejado pensativa. Hemos peleado y luego he pedido disculpas. Me importa, pero no la amo y por lo tanto enamorado de ella no he resultado.

Hice de todo para forzar a mi terco corazón para que al menos le llame la atención, pero el muy estúpido hizo caso omiso a mis peticiones. Las veladas de madrugada se intensifican con el pasar de los días; la niña que supuestamente era mi media naranja, resultó ser cualquier fruta para mi jodido corazón que se niega a amarla. Se ha desgatado todo intento de relación con ella, tanto que mi cerebro ni siquiera me otorga un pensamiento racional para solucionar esto. No es culpa de ella, yo soy el que ha jodido todo y lo ha llevado a un abismo lleno de rocas y miles de obstáculos, que dio rienda suelta a algo que de lejos no funcionaría.

La tarde se prestaba para la situación, estaba nublado y llovía. Sabía que lo que haría causaría mucho daño y me haría responsable de llevar a cuestas la muerte de un corazón.

El vestido amarillo con flores que trae es maravilloso; lo recuerdos llegaban muy rápido y no podía hacer algo para detenerlos. Su mirada dulce se hacía presente y su risa alegraban mi alma, sin embargo, no era suficiente.

Tenía que romper el silencio, nos sentamos en nuestro lugar de siempre y no pude ser ajeno a sus emociones, creo que presentía que algo iba a suceder. Su rostro se encontraba sin expresión, era neutro, un total vacío se podía ver en sus ojos. Me parecía un mal momento para soltar todo, sin embargo, me importó muy poco.

Menuda insensatez la mía para decirle que después de estos 3 años con ella, jamás pude enamorarme; que me sentía confundido desde que habíamos empezado; que todo era culpa mía, y que no esperaba que me perdone. Su rostro seguía sin expresión, y era lo que más me asustaba. Seguía con mi huracán de palabras, sentía sus manos frías y parecía que iba a desmayar, sin embargo, salió una sonrisa dulce, una de esas que siempre me mostraba cuando la veía, la que calmaba mis demonios y que aún con esto, jamás pude llegar a amarla. Me importaba mucho, pero no me enamoré.

Sus palabras me dejaron sin respuesta " Tengo suficiente amor para ambos, yo me iré. Sigue con tu vida, encuentra a alguien que sea tu felicidad, no pretendo volver a tus brazos". Sus palabras resonaban en mi mente una y otra vez, mientras la veía alejarse, quería ir tras ella, pero no pude, no fui tan valiente. En ese preciso momento caí en cuenta que el amor llega cuando menos te lo esperas y que, así como llega, se puede ir. En realidad, esto último es para ella, yo aún sigo confuso y ahora me siento más ahogado en un mar de incertidumbres y millones de inseguridades, tal vez su compañía me hacía sentir listo para todo y solo lo que deseaba era ser querido por alguien, y no querer yo de la misma manera. Era una cosa de dame y no hago más por ti. El egoísmo y cobardía hacían un gran equipo en mí y me pusieron fin.

                                                                                                                         The Vi.

¡YO NO ME ENAMORÉ!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora