Horas.

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 Son las doce de la noche y no consigo dormir, doy vueltas en la cama, giro en ella y en mis pensamientos; miro el techo y cierro los ojos pero frustrada los vuelvo a abrir. Lanzo un largo suspiro, Estoy cansada, mi día ha sido muy largo, mi mente ha pasado por mucho, mi corazón también esta agotado.

 La una y media y no logro conciliar el sueño, me levanto dos o tres veces voy a la cocina a tomar un poco de agua. Voy al baño incluso sin tener ganas de ir, me miro al espejo que esta allí y veo mis ojos cansados, mis ojeras que ya forman parte habitual en mi rostro como si ese lugar les perteneciera desde el principio de los tiempos. Sonrió, no se porque, pero yo sonrió, tal vez mi mente practica para el gran show de mañana el cual haremos juntas, sonreír como si hubiese dormido perfectamente, sonreír como si no estuviese cansada, frustrada y agotada. Sonreír para que nadie les preste atención a mis ojeras. Sonreír para ocultar mi tristeza. Me miro en el reflejo, es la sonrisa mas rara del mundo ¿quien se empeña en sonreír cuando el mundo se le cae encima?¿cuando el peso de hacer todo bien esta en sus hombros?. Yo por supuesto, sonrió porque si no el peso de mis responsabilidades y del mundo me aplastarían. 

Dos y media agarro mi libreta planeando expresar lo que siento pero el torbellino de sentimientos que se agolpan dentro mio son tan inexplicablemente confusos, que no logro escribir nada, mi mano no se mueve, quisiera decir que mi mente esta en blanco, pero no es así, esta atestada de tantos pensamientos que no se por donde empezar. ¿porque me sera tan complicado saber que es lo que siento? ¿porque me sera tan complicado reconocer mis sentimientos? ¿porque no puedo dejar de pensar al menos por un minuto? ¿porque mis pensamientos me resultan tan confusos? ¿porque me preocupo tanto por las cosas incluso sin importar que sean insignificantes? ¿porque el nudo de mi pecho que se niega a desaparecer me ahoga sin tregua? ¿porque?.Hay tantos porqués en mi mente que me cuesta decidir cual pregunta es mas digna merecedora de algún tipo de respuesta, pero por el momento esas miles de dudas que acarrean siempre un porque, las dejare en mi subconsciente ahogándose en la intriga.

 Tres y cuarenta y cinco mis parpados pesan, cierro los ojos, los vuelvo a abrir y suspiro frustrada, agarro mi celular respondo sin ningún entusiasmo algunos mensajes, veo mis redes sociales, me rió de algún meme y lo comparto, el sueño también pesa pero al apagar el celular e intentar dormir, no puedo.

 Cuatro y veintitrés estoy mirando por la ventana, la noche solitaria es la única que me acompaña, miro como el viento se mese entre los arboles, escucho como el único sonido que rompe el silencio cada segundo es tan solo mi respiración, no respiro ni muy rápido ni muy lento simplemente lo normal, pero eso no me impide sentirme ahogada. Las tenues luces de las demás casas parecen no iluminar nada, las estrellas titilan constantemente en el cielo como intentando brillar con mas intensidad en medio de su frenética intermitencia y mi alma esta igual de intermitente que ellas.

 Cinco y treinta y tres aun sigo observando la ventana veo como la madrugada se oscurece aun mas para prepararse y dejarle paso al amanecer el viento no ha cesado, pero ruge con calma como si no tuviese prisa para soplar, toda la noche esta en paz, ojala pudiese disfrutar esa paz que la noche me ofrece pero no puedo porque mi mente y mi corazón están en guerra.

Seis y diecisiete el amanecer deja entreverse en el horizonte y pequeños ápices de luces se abren paso entre la oscuridad. Miro fijamente a través del cristal, la briza sopla meciéndose entre los arboles, las aves cantan dándole la bienvenida al día. El mundo se despierta pero no conmigo, yo no he dormido como los demás seres diurnos de este lugar. Me siento cansada mi libreta al frente mio esta en blanco no logro descifrar que es lo que siento, no se como expresar esos sentimientos que me aprisionan al insomnio, pero simplemente me dedico a ignorarlos, eso especialmente, se me da extrañamente bien.

 Siete y cuarenta y dos me alejo de la ventana y vuelvo a mi cama que rara vez me recibe bien, me recuesto boca arriba con un brazo sobre mis ojos para aplacar la luz del día que se mete sin permiso por mi ventana. Respiro profundo y el sueño me vence o yo lo venzo a el, no se técnicamente cual de los dos ha luchado mas, me duermo. Luego de unos minutos siento mi corazón latir a mil por hora, golpeteando furiosa y dolorosamente contra mi pecho, me transpiran las manos, millones de preocupaciones vienen a mi mente, lucho contra los sueños que no veo, lucha contra esa pesadilla que no sueño. Me despierto bruscamente con mi respiración agitada y en mi frente con gotas de sudor, intentando calmarme pero no lo consigo, pongo los pies en el suelo y me masajeo las sienes, mi cabeza me duele como si me fuese explotar. Respiro pausadamente para calmar la insistencia de mi corazón al latir con tanta furia, me calmo, mi respiración se desacelera, mi corazón vuelve a su latir normal, lento pero constante. Mis ojos arden, mi cabeza Duele, el nudo de mi pecho me ahoga casi asfixiándome y mi cuerpo duele por las contracturas del no dormir bien, respiro, me despabilo, siento la boca seca, voy por agua y tengo tanta sed que pareciera que corrí una maratón de 80 kilómetros, pero no es así, ni siquiera me he movido de este lugar.

 Veo la hora:Ocho y cincuenta y siete, respiro profundo y suspiro con pesadez... hoy va a ser un largo día, como todos los demás.

Soy poesía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora