Porque tengo mi mente en desastre y mi corazón en caos, porque vuelo entre tormentas tristes y me hundo en mares de lagrimas, porque soy una guerrera herida por el desamor, porque trato a veces de emprender vuelo, pero me encuentro con que el viento me ha roto las alas y no puedo, no puedo escapar de mi propio huracán de frustración, pero me elevo, alto y muy lejos sin tener alas.
Porque soy valiente o al menos eso es lo que creo y mientras crea en mi, lo soy. Pero a veces es confuso, es tan doloroso el no poder desahogarme que cada frase que no digo es como un puñal en mi corazón y no importa cuanto escriba, cuanto me exprese en papel, cuanto dolor destile fuera de mi y lo derrame en esta hoja, una pequeña parte, esa que mas duele aun se estiba dentro mio y ahí, ahí es donde comprendo que solo mi propio caos y mi propio desastre podrán poner en orden a mi propio universo.
Entonces me enfrento a mis propios sentimientos, y no, no lo voy a negar siento miedo de hacerlo, pero si no les hago frente terminaran consumiéndome, así como el fuego consume a la leña en invierno.
Por eso levanto del suelo mis alas rotas y las vuelvo a armar, tal vez si cierro los ojos, lograre sentirme en paz y la calma a mi sentimientos aparecerá como sol al amanecer, iluminando mis oscuro dolor y ahuyentandolo lejos.
Sufriré, lo se, eso es inevitable, pero solo yo decido, si seguir llorando o secarme las lagrimas y enfrentarme al dolor, y la segunda opción, siempre es la que elijo. Por que por mas que cueste horrores que la herida cicatrice, al menos ya estoy haciendo algo para sanarla.