A Very Romantic Proposal

Extra 6: Otra propuesta romántica (o Wen Chao pegándose un tiro)

Cupido del amor Wen Chao ayuda a una doncella enamorada a conseguir al hombre de sus sueños.

Sorprendentemente, resulta muy, muy bien.

[💍]

"Joder, no puedo soportarlo más".

Hirviendo, Wen Chao miró con ojos inyectados en sangre a los miembros de su clan, quienes parecían encogerse al verlo mientras pasaba junto a ellos.

Bien. Que sientan su ira nacida de toda la humillación, el estrés y la indignidad que había sufrido después de ser forzado a convertirse en un puto organizador de bodas por su estimado Padre, de todas las personas. No solo había perdido su libertad, sino todo el respeto de las personas malvadas y repulsivas de su círculo que lo habían echado sin ceremonia alguna de su Club de villanos impenitentes por convertirse en una buena persona al ayudar a varias parejas de dos tortolitos a lograr su máxima felicidad, que era una puta mierda. ¡Todavía era una escoria y un bastardo! Un ser humano terrible que se alimentaba de las lágrimas y el dolor de sus desafortunadas víctimas mientras reía y bebía vino de su copa de oro y ...

Alguien sollozó, se detuvo en seco, sobresaltado.

Alguien volvió a sollozar, pero esta vez el sonido fue pequeño y amortiguado, como si la persona que estaba haciendo el sonido estuviera tratando de ocultarlo.

Frunciendo el ceño, miró de izquierda a derecha y se dio cuenta de que estaba al lado de la parte del palacio de su Padre donde la delegación de la Secta Jiang había sido alojada para la segunda Conferencia de Discusión ese año, que casualmente (o no, una parte hirviente y paranoica de su cerebro suministró) cada Líder de Secta acordó dejar que su padre, ahora de regreso de su retiro de cualquier país de origen al que se había ido, escribiera sus novelas románticas asquerosamente cursis que se convirtieron en éxitos instantáneos una semana después de que se publicaran para tomar los asuntos sobre su secta una vez más desde que su hijo mayor Wen Xu, el obediente, maduro y estimado Wen Xu, decidió enamorarse de la nada de una de sus bonitas doncellas y se fugó con ella.

Sorprendentemente, su padre tomó la noticia de la fase rebelde tardía de su hijo mayor con amabilidad, incluso suspiró con nostalgia y les dijo que recibieran a Wen Xu y a su nueva esposa con los brazos abiertos cada vez que los dos decidieran regresar, lo que provocó que el joven de veinte años Wen Chao sufriera un derrame cerebral leve por primera vez en su vida. ¡Wen Ruohan nunca antes había perdonado tal desprecio y deshonra en su apellido y secta! Entonces, ¿por qué estaba siendo indulgente con su hermano mayor al fugarse con una humilde doncella por amor verdadero?

Los sollozos se hicieron más fuertes y, por alguna razón, Wen Chao sintió una punzada de dolor en el pecho. ¿De qué? ¿Pena? ¿Simpatía? Cualquiera que fuera ese sentimiento, no le parecía bien sentirlo. ¡Se suponía que era un monstruo sin alma y sin corazón, por el amor de Dios, cuyo papel solo era ser torturado y asesinado por el protagonista como un signo del ennegrecimiento final del bondadoso protagonista!

Espera, ¿de dónde vino ese pensamiento y esa convicción?

Levantó la vista y arqueó las cejas cuando vio de dónde venían los pequeños y tristes sonidos.

La joven Doncella Jiang estaba sentada junto a una ventana, con los ojos rojos, sosteniendo un pañuelo rosa debajo de la barbilla y luciendo desolada y miserable, como las doncellas de las novelas que una vez había leído por aburrimiento cuando solo tenía once años. Se veía tan diferente de la fiera hermana mayor que, hace solo seis meses, se había asociado con el Primer Jade de Gusu para acosarlo y amenazarlo con dulces sonrisas para que se comportara y les diera a sus hermanos menores la mejor boda de todas. Y eso no le sentó bien. Tanto que cuando sus ojos amarillos aterrizaron en él, lo invitó a dar un paseo con ella, él estuvo de acuerdo, mientras los dos lados de su conciencia que nunca antes había conocido discutieron de un lado a otro.