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El rubio bebía una cerveza mientras observaba desde su sitio en la silla a su hermano y Jose tener una pelea improvisada a navajazos.
Estaban en el patio al aire libre, el sol los golpeaba fuertemente y Toni llevaba unas gafas que le protegían, pero su piel se sentía caliente y comenzaba a verse enrojecida.

-¿Y si mejor dejan eso? Se van a lastimar y luego tendré que levantarlos yo- dijo mofandose.

-Ahí llega el corta rollos de turno- Carlo le dirigió una mirada a su hermano antes de lanzar un navajazo que le dio de lleno a Jose en un costado y lo tumbó en el suelo al instante.

Carlo soltó una carcajada que contagió a su hermano y lo hizo levantarse de la silla con cierta dificultad.

-Aparten, sé lo que hago- bromeó levantando a su empleado.

-Si que tenía razón jefe- dijo Jose una vez recuperado mirando a Toni mientras se agarraba el costado- Eso me dolió.

-Pues te aguantas- Toni volvió a su sitio en la silla y suspiró, ya no le quedaba cerveza- Iré a por otra.

-No, espera jefe, ya te traigo una yo- Jose se dirigió rápidamente al interior de la casa en la que se encontraban.

-Te juego una perro- le dijo Carlo divertido a su hermano mientras sacudía la navaja.

-Na, no me apetece ahora mismo- se acomodó mejor en la silla cruzando sus brazos por detrás de la cabeza.

-Hace tiempo que no te apetecen muchas cosas- murmuró el menor.

Toni le dirigió una mirada, lo escuchó claramente pero decidió no contestar, ya sabía por dónde venía la mano, últimamente recibía muchos reclamos de ese tipo.

-¿Quieres ir al campo de tenis hoy?

-¿Realmente quieres que te humille otra vez Carlo? Sabes que estoy a la altura de Federer.

-Cállate perraco, Jose me había dicho de ir más temprano, quizás puedas hacer un poco de la terapia física allí.

-Joder estoy harto de esa puta terapia-

-Lo sé pero debes hacerla, tu pierna no se recuperará sola.

-Da lo mismo Carlo, dejalo, es mi cuerpo al final.

Jose volvió en ese momento con la cerveza y se la pasó a Toni.

-Si me permite opinar jefe, yo concuerdo con su hermano, debe recuperarse o se quedará cojo pa' siempre.

-Poco me importa la verdad- Toni miró al cielo, tenía dos piernas, si una le dejaba de funcionar correctamente tampoco pasaba mucho.

-Pues a mi si- soltó Carlo levantándose de repente- Toni sabes que, me estás cansando con tu actitud de mierda, no quieres hacer nada, te la pasas encerrado y bebiendo, realmente te he tenido paciencia porque se que ha sido muy duro para ti, y más teniendo en cuenta lo de tu pierna, pero ya estoy harto de pararme aquí y ver tu autodestrucción.

Toni suspiró intentando sacar paciencia de algún lado, no quería pelear con su hermano, pero le estaba costando, tampoco se iba a morir por tomar un poco y no salir de casa, no entendía la actitud de su hermano.

-Jodete Carlo, soy lo suficientemente mayor como para tomar mis propias decisiones.

Se levantó y caminó hacia la casa cojeando a cada paso que daba, sintiéndose humillado por eso.
Maldecía interiormente su pierna, odiaba sentirse débil, entró en su habitación y cerró de un portazo, cosa innecesaria porque no era posible que los muchachos lo escucharan desde allí, se recostó en la cama y miró el techo.
Todavía tenía latente el recuerdo del día que se jodió la pierna, hacía 4 meses, estaban los dos hermanos juntos probando un vehículo nuevo, era un cuatro por cuatro, derrapaban y hacían saltos por unas rampas, se encontraban alejados de la ciudad pero habían algunas personas a su alrededor, claramente tratándose de ellos dos se sentía un poco de alboroto, por lo que no fue ninguna sorpresa cuando una primera moto de policía se les acercó sin que se dieran cuenta.

SEPARACIÓN [RONI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora