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El cuerpo de Kawaki estaba rechazando la conexión de la mano protésica con el chakra de mi padre que le había dado por lo que su cuerpo comenzaba poco a poco a deteriorarse.
Normalmente hubiéramos realizado un tratamiento adecuado para ayudarlo, pero debido a que no sabemos el funcionamiento de su cuerpo nos era imposible hacerlo y eso simplemente me angustiaba.
—Esto no importa —me dijo Kawaki mientras me miraba fijamente—. De todos modos, mi cuerpo fue hecho para no morir tan fácilmente. Así que, no coloques esa expresión de angustia.
—Aun así, no puedo evitar no preocuparme por ti —dije formando una pequeña sonrisa a lo cual Kawaki se mantuvo callado—. ¿Sucede algo?
—No lo comprendo —dijo a lo cual ladee la cabeza sin comprender sus palabras—. ¿Por qué te preocuparías por mí? Soy peligroso... Deberías de tenerme miedo.
—Admito que tuve miedo de ti cuando me atacaste en nuestro primer encuentro —dije tranquilamente—. Pero estos días que has estado compartiendo con nosotros me hicieron ver que tú no eres una persona mala. Kawaki tú no eres peligroso y por ello ya no te tengo miedo.
—Tú eres demasiado amable —mencionó sin despegar la mirada de mí y eso comenzaba a inquietarme—. Muy dulce...
Esas últimas palabras salieron como un susurro por lo que casi no logré comprender. Kawaki comenzó a acercar su mano hacia mi rostro y al tocar mi mejilla la acarició con suavidad por lo que comencé a sentirme muy nerviosa ante su contacto que no esperaba para nada.
—¿Cómo estás, Kawaki? —escuchamos la voz de mi padre mientras ingresaba a la habitación junto al señor Shikamaru y Boruto.
—¿Qué sucede, hermana? —preguntó mi hermano al verme oculta entre las cortinas de la habitación—. ¿Por qué estás actuando tan nerviosa?
—Nada... No ha sucedido nada —dije mientras salía de mi escondite intentando tranquilizar a mi corazón—. ¿Qué haces levantado, padre? Deberías seguir descansando.
—Ya estoy bien —dijo con una gran sonrisa para luego mirar a Kawaki—. Escuché que te esforzaste mucho para rescatarme. Gracias, Kawaki.
—Yo no hice nada. Debería darle las gracias a Sarada y Mitsuki.
—¡Oye! ¡¿Y yo qué?! —exclamó Boruto al oírlo.
—Cállate. Esto es un hospital —le respondió seriamente a lo cual no pude soltar una pequeña risa y en eso Kawaki volvió a mirarme por lo que nuevamente mi corazón comenzó a palpitar rápidamente.
—Siento poner freno a esta divertida conversación, pero Kawaki de ahora en adelante te vamos a asignar una guardia aún más estricta —informaba el señor Shikamaru—. Esto debido a que no sabemos cuándo Jigen pueda intentar aparecer nuevamente. Los únicos que tienen una posibilidad real contra él son Naruto y Sasuke, así que te mantendremos bajo la protección de Naruto, pero tu libertad de movilidad será más estricta que antes.
