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Han pasado unos días desde el incidente con Delta y desde entonces comencé a hacerme un poco más cercana a Kawaki, ya que debía de ver su mano de vez en cuando para asegurarme de que no hubiera fallas

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Han pasado unos días desde el incidente con Delta y desde entonces comencé a hacerme un poco más cercana a Kawaki, ya que debía de ver su mano de vez en cuando para asegurarme de que no hubiera fallas.

—¿Por qué siempre estás feliz al ver mi mano? —preguntó mientras soltaba el prototipo.

—Ese prototipo es el N° 50 y ha sido creado por mí —dije sonriente—. No puedo evitar sentirme feliz al saber que está funcionando.

—Realmente te interesan las herramientas científicas.

Iba a mencionarle a Kawaki la razón por la cual me gustaban las herramientas científicas, pero en ese instante él comenzó a quejarse

—¿Qué sucede?

Kawaki cayó al suelo mientras veía que en su mano se formaba una marca que empezaba a sobresalir en el comedor.

—¡¿Qué está sucediendo?! —exclamó mi padre ingresando al comedor.

—¿Quién...? —dije al ver cómo una persona empezaba a aparecer frente a nosotros. Un hombre alto y de aspecto extraño nos miraba fijamente, lo cual me hacía sentir intranquila.

—Viendo a mi alrededor parece que estoy en el comedor —mencionó el hombre sin quitarnos la mirada de encima—. Lamento que no me haya quitado los zapatos antes de entrar a vuestro hogar.

—Eso no importa —mencionó mi padre mientras se acercaba—. Tú debes ser Jigen, ¿no?

—Veo que ya te han mencionado de mí —dijo—. Solo he venido a llevarme a mi hijo desobediente. No quiero tener problemas con nadie.

—¡No voy a permitir eso!

Mi padre intentó atacarlo, pero Jigen simplemente le dio una patada para luego incrustar en su cuerpo unas extrañas barras negras.

—No tengo tiempo para jugar. Solo quédate ahí quieto —dijo seriamente Jigen para luego mirar a Kawaki—. Se acabaron las vacaciones, así que nos vamos a casa.

—No pienso irme contigo.

—Al parecer estas en tu etapa rebelde.

Jigen dio unos pasos hacia Kawaki, pero antes de que pudiera tocarlo me interpuse en su camino para protegerlo.

—Él ha dicho que no iría con usted —dije seriamente mientras lo miraba—. Así que le pido amablemente que regrese por donde ha venido. No es bienvenido en nuestro hogar.

—Inesperado. Tienes alguien protegiéndote —dijo mirándome fijamente—. ¿Mmm? Tu rostro se me hace conocido.

Jigen intentó tocarme, pero antes de que eso sucediera Kawaki se lo impidió atrayéndome a él y luego atacándolo. Sin embargo, Jigen simplemente detuvo su golpe con una sola mano.

—Mantente alejado de ella —dijo seriamente—. ¡Vete de aquí!

—Ya me molestaste. Se acabaron las tonterías, Kawaki —mencionó con un tono de voz más duro—. Cuando volvamos arreglaremos ese brazo feo que te han colocado. Así que arráncalo y déjalo aquí tirado.

𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑𝐎𝐔𝐒𝐋𝐘 𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓; Kawaki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora