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Hace mucho tiempo en las tierras lejanas de Wonderland existió un reino muy poderoso el reino Harvard, tenía riquezas inmensas y tierras grandes, lo gobernaba el rey Henry junto con su esposa la reina Lydia, entre los plebeyos se decía que eran el matrimonio perfecto, ya que siempre que se hacían bailes o cenas para todo el reino Harvard todos notaban la unión y el amor que se trasmitían entre ellos, las sonrisas que el rey henry le dedicaba a su mujer eran un suspiro para todas las mujeres adolescentes. Todo parecía ser perfecto en aquel reino en wonderland, todo era paz y armonía. Hasta que una noche que parecía ser normal al igual que todas las anteriores, todo cambio.

Narra Lydia.

Era aproximadamente las dos de la madrugada cuando se escuchó una explosión cerca del castillo, sobresaltada me levante de la cama y me dirigí hacia la ventana para saber que ocurría pero no pude alcanzar a observar algo cuando algo bueno más bien alguien abrió la puerta sin cuidado y rápidamente me alejo de la ventana para obligarme a ocultar atrás de la cama, era Henry

-Lydia! - dijo respirando abruptamente- tienes que salir de aquí lo más rápido posible, estamos bajo ataque, el reino Wallace nos está atacando y no van a parar hasta que nos capturen a alguno de los dos, en unos minutos estará aquí un guardia y te guiara a una casa a orillas de Wonderland, quiero que te quedes ahí hasta que todo pase.

-No! No voy a dejarte Henry, no puedo perderte- dije asustada y con unas ganas inmensas de llorar.

-Soy monarca lydia, debo proteger a nuestro reino y debo protegerte a ti, yo estaré bien, luchare hasta el final y si muero, quiero que sepas que te amo y que fue un privilegio estar todo este tiempo a tu lado y también quiero que sepas que si yo no vuelvo seas feliz, quiero que sigas adelante sin mí - dijo el con una sonrisa triste.

¿Por qué siento que esto es como una despedida? No, no

-Te amo Henry Harvard- fue lo único que pude decir.

Henry me miro y me dio un beso en la frente, llego el guardia que Henry dijo y me llevo con el hacia un pasadizo del castillo que da salida al bosque, ahí me dijo

-Reyna lydia, no puedo seguir acompañándola porque podrían sospechar- dijo el mirándome preocupado- solo siga el camino de las rocas con este candelabro y al final encontrara la casa, estará segura habrá algunos guardias vigilando pero por ningún motivo salga, hasta que algún guardia o el mismo rey Henry venga por usted y de debe quitarse los zapatos para no dejar rastro de que usted estuvo por aquí.

Tenía muchos pensamientos en mi mente que lo único que pude lograr fue asentir con la cabeza, el guardia me dio el candelabro y sin mirar si aún estaba o no empecé a correr descalza por el oscuro bosque importándome muy poco si la pijama se manchaba de lodo, corrí por algunos segundos hasta que el camino de rocas había llegado a su final pero estaba frente a mis ojos la casa que Henry dijo, era pequeña pero acogedora, era toda de madera y tenía unos cortos escalones también de madera, los subí rápidamente y entre a la casa, por dentro también era de madera, puse el candelabro en una repisa donde abajo se encontraba la chimenea, solo faltaba el fuego asi que lo puse y pudo alumbrar todo de mejor manera

Suspire y pensé en Henry, quería pensar que él estaba bien y que en algunas horas vendría por mí y juntos reconstruiríamos el desastre que Wallace hizo. Pero lo último que me dijo lo sentí más como una despedida.

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Hola! esta es la primera parte de "No existe el para siempre"

Espero que te este gustando :)

Con aprecio Mel.

No existe el para siempre (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora