Capítulo 4: Respuestas

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~¿Esto es realmente lo que quieres?...~

~¿A... Qué te refieres?... Espera... ¡No te vayas!.~

9:00 am

Una vibración en mi muñeca me despertó. Apenas podía abrir los ojos. Alcancé a leer el nombre de Ana en el brazalete. Respondí la videollamada mientras me estiraba.

—Ey, ¿Por qué no me...— Se detuvo para cambiar su expresión por una más maliciosa.— Dormiste bien anoche, ¿Verdad hermanita?.

Terminando de estirarme me senté en la cama recargándome en la pared.

—Si. Están muy cómodas las camas de aquí.

—Entonces ya probaste bien la cama para decir eso.— Mientras más hablaba, más se sentía la malicia detrás de sus palabras.

—¿A qué te refieres?— Pregunté confundida.— Solo hemos dormido aquí hoy.

—Ay hermanita, deja de hacerte la inocente, ya todos lo sabemos.

—¿Saber qué?.

—¡Durmieron juntos!.— Alzó la voz.— ¿Vas a decirme que es mentira?.

—No pero, ¿Cómo lo sabes?.

—Todos lo saben. Ale hizo una transmisión en la madrugada.

—Ah...— Aquello me hizo recordar que no estaba en mi casa. Parece que aún no terminaba de despertarme.

—¿Y? ¿Cómo fue? No me dejes con la intriga, ¿No está escuchando verdad?.

Voltee a ver al lado donde él había dormido para confirmar.

—No, creo que se adelantó.— Dije bostezando.

—¿Me vas  a contestar si sabe hacerlo bien o no?.— Insistió Ana.

—Ana, no pasó nada.— Contesté en un tono serio.

—Ay, me vas a decir que no hiciste nad...

—Ya deja de joder.— Interrumpió Lucy empujando a Ana.— Ali, ¿Tienes la más mínima idea de lo que están hablando en internet?.

—No, ¿De qué están hablando?. Acabo de despertar.

—Te mandaré el link de uno de los blogs. Terminaré la llamada. Ve y habla con Ale.

El rostro serio de Lucy me dejó pensativa. No tenía idea de lo que estaba hablando. Ella no solía bromear con esas cosas. 

Me levanté de la cama observando el nuevo brazalete.

—Creo que debería utilizarlo para saber dónde está la ropa que nos prometieron. Pero... ¿Cómo se usa?.

Después de pensar un momento, decidí salir de la habitación. El segundo piso se encontraba tranquilo, no había casi ningún ruido. No tenía la más mínima idea de dónde se encontraban Ale y los demás. No sabía si bajar o caminar por los pasillos. "Igual tienen una marca en cada puerta para saber qué es" Pensé.

Justo cuando me había dispuesto a caminar por la segunda planta, me encontré con Melissa saliendo de una de las habitaciones. Se percató de mi presencia he hizo una ligera reverencia.

—Buenos días, señorita Alice. ¿Necesita algo?.

Era la primera vez que alguien además de Ale me llamaba señorita. 

—No es necesaria la formalidad. Solo dime Ali.

Melissa Asintió.

—¿Necesitas algo, Ali?.

LaveyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora