🐰(𝟏𝟏)

204 27 5
                                    


¡Contenido extremadamente sensible!
Mención de: desaparición, presuntamente asesinato/homicidio.

|

Se tumbó en el mueble de la oficina, resoplando y tapándose los ojos con su antebrazo. Estaba irritado y tenía mucho sueño. El trabajo le estaba costando más de lo que creyó y cada vez que solucionaba un problema, se duplicaban.

Las horas se volvían días y los días, meses y años de trabajo continuo. Eran días y noches pasándola en su oficina, sentado y con la vista pegada a la computadora, con millares de documentos, papeles, archivos, contenidos importantes, en el escritorio como si fuesen decoración, pero claro que no, no lo eran.

Decir que los casos eran difíciles era poco y hace tiempo que están en lo mismo pero, gracias al cielo, obtuvieron en un intervalo de tiempo corto pruebas, pistas y testigos que lograron que avanzaran. Sólo les faltaba actuar.

Personalmente, quería brindar esa seguridad y protección a esos pobres híbridos, capturando y encerrando tras las rejas a ese riesgo deambulante.

Un gruñido se le atravesó por la garganta, ronco y fuerte, por la puerta de su oficina que fue abierta y por los ruidos que se presentaron como si fueran una estampida auditiva; voces, murmullos, pasos y risas(carcajadas), que parecían de muchas personas, pero no, simplemente le pertenecían a cuatro.

Se removió en su mueble que era de forma de L y se levantó para sentarse tras haber destapado su rostro y ver a los que entraron con bullicio de por medio. Siempre se cuestionaba─porque no le entraba en su cabeza adolorida─¿cómo es que permanecían enérgicos la mayor parte del día mientras que él se andaba muriendo lentamente como un desgraciado?

Era un misterio más sin resolver.

O es que él era muy amargado sin paciencia.

Una de dos.

──Mingi, amor──Esa fue la voz de Yunho, agraciada y sarcástica, pero con un tono agudo y femenino que terminó haciendo reír a los demás muchachos.

──Mingi, amor──Esta vez fue Hongjoong, hablando suave y golpeando el pecho de Jeong, lanzándole una mirada en advertencia para que se callara la maldita boca.──Te traje un café, cielo.

Para Song fue mágico el como la voz de su esposo fue suficiente para serenarlo, relajando sus músculos, esfumando su estrés y que fuera soportable su dolor de cabeza.

Hongjoong se sentó a su lado entregándole el vaso de café, cuyo borde de plástico llevó a su boca para sorber del líquido caliente. Sentía la cafeína propagarse por todo su organismo y fue una sensación agradable. Pero no lo fue tanto como el beso que le dio su esposo en la mejilla junto con una bella sonrisa que lo contagió, haciéndole devolver el mismo gesto.

──Oye, Mingi──Llamó uno de los hermanos Choi, el menor; estaba sentado en el otro extremo y frente de aquel matrimonio, inclinado hacia adelante con los codos apoyados en sus rodillas y las manos juntas.──¿Por qué no duermes un poco más? De todos nosotros, tú eres el que más lo necesita.

El hermano mayor Choi, que estaba ubicado en el posabrazos junto a Wooyoung y Yunho, sentado en otro mueble individual, estuvieron de acuerdo con él, asintiendo y observando y esperando a ver qué opinaría Mingi al respecto.

──Woo tiene razón──Concordaba Yunho con un suspiro de por medio.──De todas maneras sabes que nosotros podemos perfectamente encargarnos de cualquier situación que se presente.

──Es difícil para todos, pero entiéndenos que sólo nos preocupamos por tí──Agregó San con rostro serio pero en los que sus ojos denotaban preocupación por el más mayor de todos ellos.

𝐂𝐇𝐄𝐎𝐍𝐒𝐀, 𝐂𝐇𝐄𝐎𝐍𝐒𝐀 [RESUBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora