𝙳𝚘𝚜

458 33 26
                                    

Narra Joaquín:

Hoy era otro día y no hacía tanto calor como ayer, no estaba como que fresco fresco, peero tampoco hacia tanto calor como para meterse al agua.

—Acá trajimo'.—apareció Lit con Rusher al lado, con cinco bolsas bastante grandes.

Todos los miramos con el ceño fruncido, les habíamos pedido que traigan dos bolsas de churros y habían traído cinco.

—¿Por qué trajeron cinco bolsas, si les pedimos dos?—le preguntó Emi agarrando una.

—Dos... cinco... es lo mismo boluda, aparte a María le re gustan, así que si sobra se queda ella con las bolsas.—miró a la castaña para que le de la razón y ésta se le quedó mirando.

—Pero amor, yo les agarré asco a los churros el año pasado, tendrías que saberlo.—se quejó María mirando a Thomas ya que él era el novio.

—Perdoname Mari, me olvidé.—se disculpó el castaño rascando su nuca.

Mauro quedó duro y miró todas las bolsas que había traído, sin saber que hacer. Todos nos empezamos a reír mientras Monzón se quería matar por haber traído tanto.

—Y bueeeeno, tragatelos con la nariz tapada.—tiró como opción restandole importancia haciendo un ademán con la mano.

—A mi tampoco me gustan los churros, ¿alguien tiene plata para comprarme pochoclos o algo?—preguntó Ivo poniéndose de pie y ganándose una mirada fea por parte de Mauro.

Facu, Enzo y Lombardo asintieron ya que al parecer tampoco les gustaban los churros.

—Pero la puta madre, ¿para que mierda me hicieron ir a comprar churros si nadie va a comer?

—Pero trajiste cinco bolsas, Mau. Te dijimos que traigas dos, por algo te pedimos dos solamente.—le dijo Emi con una voz tranquila y suave para que el peliblanco baje un cambio.

Los que estábamos ahí no sabíamos que hacer además de reir en voz baja o por nuestros adentros: ¿Qué era eso de "Mau" ni "Mau"?

Re gracioso.

No mentira, no es gracioso pero re trolos.

—¿Qué hacemos entonces?—pregunté tratando de no reírme.

Mauro me miró.

—Ya fue, anda a repartir.—ordenó convencido de sus palabras y sentándose en la arena.

¿Repartir?

—¿Repartirlas a quien?

No sabía a lo que se refería en realidad, cuando a Mauro se le cruzaban los cables hacía cualquier boludez, siempre con onda igual.

—Por Canadá, ¿sabes?—hizo burla—. Por ahí boludo ¿si no dónde más pensas repartirlas?

Ni en pedo.

—Jaaa lo van a tomar como indigentee..—se rio Luck Ra interrumpiendo la charla.

—Que asco un pobre.—siguió la joda Khea alejándose de mi como si fuera a contagiarse de algo.

—Chicos—dijo Emi para que dejen de joder—. No sean malos y vayan a acompañarlo.

—Ni en pedo, antes de que me vean repartiendo churros prefiero una muerte digna.—siguió el moreno como si fuera lo peor del mundo.

—¡ay chee!—la castaña largó una carcajada al igual que todos, todos menos yo, era el que tenía que repartir los churros.

No era nada malo repartir, pero yo era re inútil para esta clase de cosas. Mi vieja tenía un kiosco cuando yo tenía quince, y me ponía re  nervioso cuando tocaban el timbre y mi vieja no podía atender.

Eѕтe Verαɴo // Seveɴ KαyɴeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora