Capitulo 4.

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Moscú (11:30 P.M): Era una noche bastante tranquila en la capital de Rusia, se podía ver a varios Rusos (Tanto soldados como civiles) pasear por las frías calles de Moscú la cual estaba cubierta de nieve como siempre, pero por ahora nos vamos a centrar en el palacio del gobernador Stalin el cual se encontraba enfrente de una chimenea viéndola fijamente mientras que las puertas atrás de él se abrían bruscamente revelando que se trataba de Issei el cual estaba muy molesto por lo que descubrió.

Stalin: ¿Por qué liberarse a esas personas Issei?-Pregunto aún viendo la chimenea.

Issei: Aquí yo soy el que hace las preguntas señor-Respondio de forma sería-Quiero que me diga, quiero que me ayude a entender; el por qué hizo esto y quiero la verdad.

Stalin: Quería protegerte de la obligación de gobernar hijo mío, no quería que esa gran responsabilidad cayera en tus hombros.

Issei: Dije que quiero la verdad

Stalin: Por qué por más que duela, son necesarias-Dijo mientras ponía una mano en el hombro de Issei.

Issei: ¡¡¿Cómo pueden ser necesarias tantas terribles muertes de inocentes?!!

Stalin: Lo que tú llamas terribles muertes, yo las llamas terribles necesidades.

Issei: ¡¡¿Cómo puede llamar necesidades a esas terribles acciones?!!

Stalin: Esas personas eran desertores y todo aquel que sea desertor merece un castigo, para que así el sistema pueda funcionar como hasta ahora lo ah hecho-Dijo haciendo que Issei apriete sus puños con gran furia.

Issei: ¡¡Las personas tienen derecho de vivir sus vidas tal y como ellos piensen, no somos seres superiores para arrebatarles ese derecho!!

Stalin: Eres como un gatito, muy tierno y muy ciego-Dijo mientras volvía a ver la chimenea-Pero entenderás que la única forma de hacer eso es eliminar el sistema que era de pie-Dijo sin saber lo que provocó.

Issei: Sabías palabras.

Tras decir eso sus ojos se iluminaron de color rojo, Stalin al ver eso intento sacar algo de su bolsillo, pero no lo logro siendo desintegrado junto con un fragmento de Kriptonita que tenía en casos de emergencias, Superman al ver lo que hizo tenía una mirada llena de tristeza ya que esa era la primera vez que tomaba una vida estando consciente pero era lo correcto ¿No? Así podrían estar en paz los demás. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos al ver cómo un grupo de soldados entraron armados con armas de alta tecnología.

Soldado 1: ¡No puede ser!-Dijo viendo el cadáver calcinado de Stanli

Soldado 2: ¡Asesinó al señor Stalin!

Soldado 3: ¡¡Es un traidor ASESINE LO!!!-Grito apuntando con su arma al igual que los demás.

Issei no sabía que hacer, no quería asesinar a nadie más, pero tampoco quería saber de lo que eran capaces esas armas algo le decía que no le iba a gustar para nada, pero antes de que pasara algo alguien disparos por la espalda a esos soldados matandolos, Issei no entendía quien fue el que lo protegió hasta que apareció su camarada ***** el cual parecía estar bastante serio además de preocupado.

(Ahí escojan el nombre)

*****: ¿Está bien camarada Issei?

Issei: Gracias a usted camarada *****-Dijo con una sonrisa antes de escuchar como se acercaba varios soldados.

*****: Ellos ya vienen, tines que irte de aquí camarada Issei.

Issei: Pero ....

*****: Tranquilo, yo estaré bien, pero ahora tienes que irte-Dijo viendo como el castaño estaba apunto de romper el techo hasta que noto algo-Espera camarada Issei, van a saber que te ayuda así que rápido hazme una herida.

Issei: Pero yo ....

*****: Tienes que hacerlo-Dijo de forma sería.

Issei sin más procedió a herir a su camarada en el hombro con su visión calorífica para después salir volando rompiendo el techo, Issei ala salir del castillo de Moscú iba a proceder a volar a velocidad supersonica hasta que unas luces se encendieron apuntando le, no entendía que era lo que pasaba hasta que un disparo se escucho, sin más se hizo a un lado evitando ER golpeado por ese proyectil el cual explotó revelando unos rayos verdes que impactaron un poco en el debilitandolo un poco.

Issei: ¡¡¿Esto es ... Kriptonita?!!-Dijo impactado por lo que sintió en su cuerpo.

En eso varios proyectiles empezaron a ser disparados a dónde el estaba, el empezó a esquivar todos los que podía para evitar ser lastimado o algo mucho peor, pero cada vez los disparos iban en aumento haciendo que le sea más difícil evadir los ataques, pero lo que no se había dado cuenta era que estaba siendo observado por cierta mujer la cual parecía estar bastante preocupada por lo que podría pasar.

Issei seguía esquivando los disparos como podía hasta que uno de esos proyectiles dió directo en el provocando una enorme explosión acompañado de un humo verde del cual salió el gran hombre de acero con varias heridas y su traje destruido mostrando una enorme quemadura en su pecho del cual salía algo de sangre, Issei empezó a caer en picada al suelo creando un gran cráter a las afueras de Moscú.

El castaño estaba muy herido, sus heridas eran casi mortales, pero sacando fuerzas de dónde pudo se levantó y empezó a caminar adentrándose en el bosque, podía sentir como la nieve caía por todo su cuerpo además de sentir como estaba apunto de perder las energías que aún le quedaba para seguir adelante hasta que solo pudo optar recostarse en un árbol mientras sentía como la nueva caía en sus heridas además de escuchar como los soldados se acercaban a dónde estaba el

Issei: ¿Será que moriré así?-Se pregunto mientras veía como a lo lejos se veían las linternas de los soldados-Ja al final no pude hacer cumplir con mi promesa.

Tras decir eso miro a un lado notando la nieve caer en su cuerpo, pero a lo lejos podía ver algo una silueta acercarse a el rápido, no sabía quién era pero al estar solo un par de metros de el la reconoció, esa silueta era nadie más y nadie menos que Najenda la líder de Night Raid, se le notaba muy preocupado pudo ver cómo se quitaba el saco que tenía para ponérselo al castaño cubriéndolo del frío para después proceder a levantarlo y empezar a caminar lo más rápido que podía para alejarse de esa zona antes de que los vieran. El castaño no entendía por qué ella se preocupaba por el, peo sin duda alguna, le alegraba que ella creyera en el.

Fin del capítulo 4.

Issei Red SonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora