•𝘎uardaré tu secreto• || Yushiro y tu

Capítulo 1

A veces podemos terminar enredados en situaciones... Que no esperábamos.

— ¡En serio lo siento!

Sin embargo...

— Una palabra y consideraré muerta.

Pueden terminar por decidir nuestro destino...

•••

— ¡Ya me voy! — Gritaba una joven mientras tomaba su patineta y después salir por la puerta.

En el camino ya se podía ver a cierta pelirrosa esperándola, descendió la velocidad y paró.

— Buenos días _____-chan. — Habló Mitsuri comenzando a caminar, la femenina volvió a subir en su patineta.

— ¡Buenos días Mitsuri! — Habló la otra femenina.

— Cómo siempre llena de energía.

— Y tú cómo siempre tan linda. — Dijo a forma de halago, pues la pelirrosa tenía algo diferente en su vestimenta el día de hoy, sin embargo, nuestra protagonista no podía decifrar que. — ¿Nuevo peinado? — Preguntó tratando de acertar, la contraria rió.

— Cerca. — Dijo mientras movía un mechón de su cabello y mejoraba la vista de sus nuevos pendientes.

La (C/c) rió penosa, ambas siguieron su trayecto hasta la preparatoria.

— ¡A partir de ahora somos superiores, estudiantes de segundo año de preparatoria! — Habló con emoción nuestra ojijade.

— Vamos Kanroji, hay que ir a la ceremonia de ingreso de los nuevos. — Por la entrada estaba Obanai, informándole a la femenina, está observó a su amiga como si le preguntara "¿Puedo ir?" Con la mirada.

— ¡Adelantate! Yo tengo que dejar está belleza afuera. — Respondió señalando su patineta, cuando su amiga desapareció de su campo de vista dió la vuelta, olvidando que iba en ruedas cayó.

— ¿Se encuentra bien? — Un chico castaño con una extraña cicatriz en la frente apareció, su mano estaba extendida frente a ella como cualquier cliché de manga shojo.

— ¿Será este mi ser amado? — Pensó nuestra protagonista, antes de poder aceptar la ayuda, un rubio apareció gritando a todo lo que podía; el estaba corriendo con varias cosas en mano.

— ¡Tanjiro! — Gritaba el chico alargando la última letra, detrás de él lo perseguía un chico con una máscara extraña, algo parecida a la cabeza de un jabalí. — ¡Ayúdame Tanjiro!

En plena carrera los dos chocaron contra el joven al parecer de nombre Tanjiro, se encontraban ahora todos en el suelo.

— Ustedes deben ser de nuevo ingreso. — Dijo la femenina levantándose de una vez por su cuenta. — Apresurense, la ceremonia está por comenzar.

Los tres chicos asintieron, el castaño realizó una pequeña reverencia apenado, el rubio parecía estar llorando mientras seguía al anterior y el que tenía una máscara... Pareciera que le daba igual.

— Estos jóvenes de hoy en día. — Musitó contenta, pues había esperado todo un año para poder decir aquella frase. Dejó su patineta dentro del casillero y salió a el gimnasio, dónde se realizaría la famosa ceremonia.

•••

— ¿Por qué tardaste tanto? — Se quejó Shinazugawa al ver cómo su "amiga" llegaba tarde.

— Tuve un pequeño... Contratiempo. — Suspiró, poco después reaccionó. — Ay que lindo se preocupa por mi. — Habló exagerada para molestar.

— No seas imbécil. — Dijo mientras golpeaba su cabeza. — recuerda que te toca dar unas palabras a los de nuevo ingreso.

Espera ¿Qué?

— ¡¿Yo?! — Gritó algo alto, el peliblanco tapó su boca para evitar un alboroto. Cuando la contraria se calmo quitó su mano.

— No me digas que lo olvidaste.

— No... Un poco. — Musitó la joven mientras recordaba como había aplazado ese pequeño compromiso durante todas las vacaciones de verano, diciendo que lo haría al día siguiente, sin embargo, ese día nunca llegó.

— ¡Ah odio mi irresponsabilidad! — Se lamentaba, aunque probablemente seguiría sin hacer nada para cambiarlo.

— Ahora, unas palabras de la estudiante _____ Yoshida para los estudiantes de nuevo ingreso, señorita Yoshida. — Llamó el director Kagaya, la joven subió las escaleras con sus nervios a flote, se paró enfrente de el micrófono y carraspeó un poco.

Observó a los alumnos de nuevo ingreso uno por uno, podía distinguir a el trío de esa mañana, también habían unas tres chicas, la primera era castaña y de ojos color rosado, la siguiente llevaba una coleta de lado con un flequillo que cubría su frente, la siguiente tenía su cabello en dos coletas altas.
Habían más, en las últimas filas había un peliverde, parecía molesto con el mundo en general, a su lado había otra chica, parecía muy joven, su semblante era amable, su cabello era castaño y sus ojos color jade.

La (C/c) se lamentó el no tener nada preparado, pues recordó como su superior del año pasado "Kyojuro Rengoku" había dado un súper discurso que más que eso, pareció una charla motivacional antes de ir a la guerra.

La joven suspiro, carraspeó y dijo lo primero que se le vino a la mente.

— Buenos días, estudiantes de nuevo ingreso, compañeros de segundo año y superiores de tercer año, profesores, director y público en general.
Mi nombre es _____ Yoshida, soy estudiante de segundo año de la clase 2 "A".
Tal vez debería decirles que se esfuerzen para ser lo mejores y que el estudio lo es todo, pero les estaría mintiendo, además de que sería algo hipócrita. — dijo apenada. — Pues yo no soy el ejemplo de alumna estrella, mis calificaciones no son las mejores y en lo único que soy buena es educación física, por lo general soy distraída y algo torpe, pero está bien, de hecho ni siquiera prepare este discurso, todo es improvisado.

A el profesor Urokodaki se le salio una pequeña vena de la furia.

— Pero aún así, me agrada está escuela, solo eh estado un año aquí y créanme que lo eh disfrutado, mi titular anterior era el profesor Urokodaki, recuerdo cómo me regañaba por dormirme en su clase ¡Pero era inevitable!

Muchos rieron.

— Sin embargo, el siguió regañandome y yo di algo de esfuerzo, como resultado, no saque el mejor promedio pero tengo los suficientes conocimientos, el es un gran profesor, queridos kohais, no lo hagan enojar porfavor.

— Parece muy sincera. — Habló Makomo, incluso Yushiro e Inosuke, que no suelen importarles muchas cosas, observaban fascinados el discurso.

— El punto aquí es, disfruten porfavor su estadía en este colegio, hagan amigos, conozcan a los superiores, hablen con los profesores por más miedo que den, créanme que vale la pena.
Tal vez este discurso no se compare con el de mi superior Rengoku, aquí presente, pero espero les dejé algo, sin más que decir ¡Muchas gracias!

Los aplausos no tardaron en hacerse escuchar, la joven bajo de el escenario y se colocó en su lugar en la fila.

Sería un año interesante.