III

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El alba se asomaba por sobre los arboles del prado, el trinar de los pájaros despertó lentamente a las tres reinas, medio adormecidas se dieron los buenos días entre besos. Sin embargo un olor nuevo se paseó entre las tres, no era lavanda como Morgana, o roció de la mañana como la de Malefica y definitivamente no era el olor a manzana de Regina.

El dolor en sus cuerpos, un delicioso dolor que se asemejaba al de una noche candente, las termino de despertar. Comprendieron al verse entre risas de quien era el olor, un embriagante olor a opium, de alguien que había sido su obsesión por mucho tiempo, Skadi...

No lo podían creer los recuerdos de la tarde y noche de ayer se amontonaron en sus mentes, sonrisas y pequeños suspiros de felicidad escaparon de sus bocas. Las soberanas se vistieron y dirigieron al castillo de la reina malvada sonrientes. Su mente solo invadidas por el sentimiento de haber logrado su cometido desde hace mucho, ahora podrían pasar a otras cosas, aunque debían aceptar que Skadi había sido una amante increíble, pero algo empezaba a molestarlas mientras pasaban las horas en el castillo, delante de papeles y trabajo. Zelena, las escoltas de esta, Sam y Helia estaban algo tristes y enojadas, pero no sabían el porqué. Sin mencionar que Mulan no se había visto en todo el día, al igual que Skadi, y la ausencia de la joven empezaba a hacer mella en ellas...

Aun sin que quisieran aceptarlo, pero la sonrisa en su rostro si bien se hacía pequeña no desaparecía por completo al recordar, el paso de Skadi por sus cuerpos. La hora de la cena llego y la impaciencia se acrecentaba en sus corazones...

-Regina, Morgana, Malefica...- La voz de Zelena las saco de sus pensamientos compartidos.- ¿Qué sienten por Skadi?- Las soberanas se sorprendieron por la repentina pregunta de la mujer, pero al mirarse a los ojos entre ellas lo supieron, simplemente lo supieron.

-Me estoy enamorando de ella...- Dijeron las tres soberanas al mismo tiempo sonriendo. Por su parte Sam, se puso pálida y casi se ahora con el vino, Helia parecía estar a punto de un ataque al corazón y Zelena lloraba sin ser consciente de eso, mientras un miedo horrible, asi como culpa brillaba en su mirar...

-Lo siento...- Sollozo la princesa del reino oscuro y Regina se asustó al ver a su hermana asi.- Lo siento tanto... yo no sabía... pensamos que era una buena idea...

Sam, pedía perdón al igual que Helia, las soberanas sabía que no era solo para ellas, las escoltas de Zelena tenían una dura mirada sobre Sam y Zel respectivamente. Regina, Mal y Morgana no sabían que pasaba...

-Les diré majestades...- La severa voz de diana las sorprendió la joven nunca hablaba asi, y menos si miraba a Zelena en el proceso.

-No...- Negó Zelena entre sollozos.- Es mi culpa, yo lo diré...

En la tarde del día de ayer, antes el encuentro de Skadi y las reinas.

-Entonces estamos de acuerdo con esto...- Dijo Zelena en un suspiro nervioso.

-Un poco tarde para arrepentirse Zel...- Dijeron las otras dos con sonrisas en sus rostros.
Asi partieron a buscar a la soberana de su reino y llevarla al lugar indicado.

Las dejaron allí sabiendo que Skadi llegaría en solo unos minutos después. Revisaron con la mirada el afrodisiaco y salieron de allí rápidamente. Reían como niñas pequeñas después de una travesura.

-Zel, ¿De dónde sacaste ese afrodisiaco?- Pregunto Helia entre risas.- No me digas que lo usas con la pobre diana.- La risa de Sam y Helia se intensifico.

-No, se lo quite a Mulan de los entrenamientos de los soldados...- Las generales se sorprendieron.- Hoy están entrenando para eso asi que no lo notaran...

Caballero OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora