Un Cielo Estrellado (Brazuela)

Yo No Merezco Esto.

(Narradora): "No, no puede ser que me duela", se repetía una y otra vez aquella nación en su mente, de sus ojos caían finas lagrimas que mojaban sus mejillas, jamas en su vida había experimentado tal dolor, un dolor que no podía explicar, ya era demasiado para él, no podía soportar más.

No es posible que nuevamente le pase esto, solo por saber cómo estaba su amigo, ahora solo quería regresar a su casa, no quería seguir en ese lugar, pero primero hablaría con sus amigos, si se iba sin decir nada los haría preocupar, y ellos estaban muy borrachos, sabrá Dios en que problema se meterían.

El brasileño tuvo que pasar nuevamente por todas esas personas que bailaban al ritmo de la música ruidosa y que no dejaba escuchar ni sus propios pensamientos, aquellas luces de diferentes colores solo hacían que se sintiera más mareado, pero gracias al cielo que la mesa donde estaban los otros latinos no estaba tan lejos de la entrada de aquel lugar.

Brasil: Colombia, pss, Colombia -llamó un par de veces a su amigo, que al parecer ya estaba muy tomado- Voy a casa, me siento algo mal -le habló en español, viendo a el país cafetero en ese estado, probable no le entendería en portugués-

Colombia: Si, si... Vaya con c-cuidado pue' -le respondió sonando muy ebrio-

Y dicho y echo, se fue, pero primero tuvo que pasar nuevamente por aquel espantoso lugar, y no, no le molestaba ir a ese tipo de lugares, pero estar en ese estado; algo tomado, decaído, fingiendo estar bien frente a sus demás amigos y luego soportar como su amor platónico estaba nuevamente con la persona con qué se besó ésta mañana, después de haber pasado toda la noche juntos, simplemente lo hacía sentirse muy mal, quizás con ganas de regresar a su hogar.

Pero aquello no era una opción, darle luego una explicación a sus amigos del por qué se fue sin ni siquiera llevar un día en aquel país, no le gustaba, para nada le gustaba, y ninguno de ellos era suficientemente estúpidos para comer el cuento.

Al fin, llegó a la salida/entrada de aquel establecimiento nocturno, vio a todos lados, no se encontraban aquellos individuos, cierta parte de él se sentía preocupado por el tricolor, que estuviera lastimado por sus acciones no significa que dejaría de estimarlo, después de todo tener tanto tiempo conociéndose tenía sus ventajas, como el saber que no importa lo que pase entre ellos, siempre seguirían siendo amigos, por que ambos tenían ese algo en común, no dejar una amistad por cosas tan pequeñas.

En su mente solo esperaba que el hispano estuviera bien, osea, el norteamericano era una maldita potencia, obviamente estarían muy protegidos, pero y si el estadounidense le hacía algo? Quién lo ayudaría? Podría escapar de ese tipo de peligros?

Esas preguntas inundaron la mente del brasileño, pensar que el venezolano no podría estar a salvo si el estadounidense lo intentara atacar. Pensó en llamar a su amigo para saber que estuviera bien, pero otra pregunta pasó por su mente, y si solo se fueron a un hotel a pasar la noche, como pasó la noche con él?

Aquella pregunta lo dejó paralizado, aveces se maldecía internamente por pensar de más las cosas, sacudió su cabeza para despejar su mente y luego empezó a caminar hacia la casa donde se estaba hospedando junto con los otros latinos.

No iba a llamar a un taxi, prefería caminar para meditar bien las cosas, igual la casa no quedaba muy lejos que digamos, y lo bueno es que el cielo estaba muy lindo, había muchas estrellas que brillaban hermosamente, aunque las luces de aquella ciudad no lo dejaba apreciar muy bien el cielo, aún se podía distinguir las estrellas que parecían parpadear, pero... Quizás no fue una de sus ideas más brillantes ver el aquel hermoso cielo estrellado, automáticamente recordó a su "amor prohibido", por alguna razón sonrió al recordarlo reír alegremente por un chiste que había dicho México, pero esa sonrisa desapareció al recordar aquella escena, donde el venezolano se besaba con aquel estadounidense.