Capitulo II

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La puerta del departamento se abrió y lo primero que vieron fue al hermoso Gran Danes sentado en la entrada, esperando a su dueño, pero en cuanto vio a la mujer de cabello negro, empezo a saltar por todos lados hasta pararse en dos patas, sobrepasando a la mujer que lo abrazo inmediatamente.

"Titus, bajate." comando Damian, pero el can estaba completamente perdido en los cariños que Raven le propinaba en sus costillas. "Lo siento, no suele ser así. Ven para acá." dijo sosteniendo al animal por su collar.

"No es ningún problema con un bebé tan adorable, ¿no es así?" Damian sonrió por la voz que Raven usó para dirigirse al enorme perro. Era, quizá para muchos, un detalle insignificante pero, Titus, por su inmenso tamaño, tenía una presencia imponente. Incluso entre su familia y amigos, era poco usual acercarse al can tan abierta y cariñosamente como Raven lo hacía, y eso calentaba su corazón. "Pasa." invito, todavía sosteniendo a Titus.

Raven se adentro en el departamento observando cada detalle antes de volver la vista hacía Damian. "Asi que asi es como vive el Mr. Wayne Jr." dijo quitándose su saco y dejándolo en el respaldo del sillón antes de sentarse, pasando una pierna encima de la otra.

Damian soltó a Titus de la sorpresa al notar el atuendo que ocultaba, y el can corrió directo hacia Raven. Llevaba un vestido negro que llegaba a medio muslo, dejando admirar el largo de sus piernas, no era excesivamente ajustado, sólo lo necesario para dejar ver las curvas de su cuerpo. Damian tragó fuerte cuando reparó en el escote en V que dejaba ver el nacimiento de su pecho y luchó con todo su ser en no detenerse a pensar en cómo se veía su pecho desnudo jadeante. Sacudió la cabeza.

"¿Te ofrezco algo de beber?" Raven colocó su índice sobre sus labios, pensando.

"Sorpréndeme."

Y así corrió a la cocina y sacó una botella de vino tinto. Bajó dos copas de la alacena, y regresó a la sala.

"Si no te importa que pregunte."Se estiró para tomar una de las copas. "¿Cómo es que Jon terminó buscando departamento por ti? Este es un gran edificio pero a ti te imaginaba viviendo del otro lado de la ciudad." Damian descorchó el vino y llenó las copas y se sentó en el sillón de a lado de Raven.

"Debo admitir que yo creía lo mismo pero, Jon estaba muy emocionado, creo que tú sabrás al igual que yo que cuando se emociona es un poco difícil decirle que no. Pero tuvo buena intención." Sonrió al recordar la emoción de su amigo. Raven lo observó en silencio.

"Espero que haya valido la pena." por fin hablo con una sonrisa en los labios, Damian alzó la vista para verla y asintió. "En ese caso, brindemos. Por los nuevos inicios." Raven alzó su copa y brindaron, viéndose fijamente a los ojos, empezando a crear una atmósfera con cierta tensión. Pero justo cuando Raven tomó su primer sorbo su atención se dirigió a la venda que cubría la mano derecha de Damian. "¿Qué te pasó?" Su voz sonaba genuinamente consternada pero Damian enrojeció y sólo quería desaparecer al recordar la noche anterior y cómo se había dejado un morado, y la mordida marcada, mientras se venia ante la vista de Raven.

"Ah..." Su mente corrió a mil por hora pensando en alguna buena idea y, para su suerte, su mirada aterrizó en el can que estaba acostado en el sillón, con la cabeza en el regazo de Raven. "Titus me mordió."

Cómo si supiera lo que acababan de decir, Titus levantó la cabeza y se quedó viendo a Damian, y él, avergonzado, inclinó la cabeza como gesto de disculpa.

"¿Es cierto eso, Titus?" Raven volteo a ver al animal que opto por bajar sus orejas y poner una cara de lastima.

"Fue un accidente, él no es agresivo. La venda es más para ocultar el morado." dijo por fin tranquilo que la mentira había salido bien.

A través de la paredDonde viven las historias. Descúbrelo ahora