Coy

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Busque un par de minutos y "coy" tiene un par de definiciones, pero creo que la que mas se acopla con esta parte es: "que se caracteriza por su simpatía, coquetería o juego ingenioso"
"usar trucos tímidos para atraer la atención"
Resumido sería algo como: "coquetamente tímido o modesto"

Diana estaba sentada en su escritorio dentro de su espacioso alojamiento burgués en Luna Nova. Era técnicamente la hora de comer, pero su apetito se negaba a permitirle la ingesta. En su lugar, se inclinó hacia adelante en su asiento con las manos ahuecando sus delgadas mejillas, el suave azul de sus ojos empañados mientras miraba su diario privado abierto en una página en blanco. Hannah y Bárbara conversaban en la sala de estar a su espalda; su alegre y burbujeante cháchara estaba un poco amortiguada por la gran librería que actuaba como el único respiro de Diana del mundo que tanto le exigía.

La Princesa de Luna Nova suspiró profundamente mientras cerraba los ojos, tratando de mantener la concentración. Por mucho que lo intentara, no podía escribir ni una sola palabra en su diario. Desde que había empezado a plasmar sus pensamientos y tribulaciones(penas, disgustos o aflicciones) en el papel, el acto le había resultado tan fácil y regular que la repentina ausencia de poder hacerlo era tan frustrante como preocupante.

Con un resoplido molesto, se obligó a agarrar una pluma en la mano y poner la punta en la página de ese día.

Escribe cualquier cosa. No tiene que ser importante. Con tal de que empieces, puedes trabajar a través de la paja en tu voluntad y tener éxito. No es el estilo de Cavendish detenerse en el momento en que aparece un obstáculo.

Y así escribió sin pensar, sin molestarse siquiera en leer lo que estaba garabateando. Un repentino y tenso espasmo en su mano detuvo sus movimientos después de sólo tres palabras. Sus ojos se abrieron de par en par mientras miraba la página, con los labios ligeramente separados por la incredulidad.

Akko Akko Akko

"¿Qué demonios...?" Pronunció con una inhalación aguda, con la pluma aún congelada en la mano. Lenta y deliberadamente, Diana tensó su pluma para escribir otra palabra. A medida que cada letra se iba formando en la página, una sensación de incredulidad atroz le empañaba los sentidos.

A-K-K-O

Dejó caer su pluma de repente, sin importarle que la punta dejara una fea mancha en la página. Diana se levantó de golpe de su asiento, haciendo que éste sonara con fuerza al deslizarse por el suelo hasta la librería que tenía detrás. Hannah y Bárbara seguían charlando desde cerca, ajenas al nublado enigma que Diana se esforzaba por resolver.

Definitivamente, algo iba mal. No podía escribir nada en su diario, excepto el nombre de Akko... de hecho, sus propios pensamientos nadaban con imágenes burbujeantes de esa torpe sonriente. Incluso cuando reforzó su voluntad con un pellizco en el puente de la nariz, los pensamientos sólo se detuvieron por un momento, como si tratara de bloquear una puerta endeble de un torrente en cascada compuesto por cientos de Akko; todos riendo y llamando su nombre mientras se derramaban más allá de su endeble barrera mental.

Diana empezó a sentirse un poco mareada. Con las manos temblorosas, se apoyó en su escritorio y sacó rápidamente su varita.

No conocía ningún hechizo que la ayudara con lo que le estaba ocurriendo, así que en su lugar Diana quiso que una fisura de energía mágica la envolviera suavemente. Con los ojos entrecerrados por la concentración, ralentizó su respiración y habló sin palabras al aura que había conjurado mientras ésta brillaba en el aire a su alrededor.

Sus pensamientos empezaron a aclararse de inmediato mientras su voluntad volvía a centrarse, ayudada por el hechizo sin forma nacido únicamente de su espíritu. Seguía pensando en Atsuko; su risa juguetona e infantil. Su ilimitada energía positiva. Esa sonrisa radiante que derretía la propia tristeza.

Little Harem AcademiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora