Capítulo Tres
Freia
—¡Lo hiciste! ¡Conseguiste el trabajo! Te dije que lo lograrías, debes dejar de ser tan pesimista, Freia. Eso no te va a llevar a ningún lugar —. Jenna abre el refrigerador en busca de algo para beber —No puedo creer que no haya ni una cerveza en este apartamento. Esta bien que Atlas no beba, pero que tú no me tengas una cerveza ¡Que mal que tratas a tus invitados! —Finge indignación.
—Deja de ser tan dramática. Y no soy pesimista, soy realista. Siempre estoy acostumbrada al rechazo, así es mucho menor la decepción que me puedo llevar.
Jenna bufa y al final opta por tomar un zumo de arándanos. Mejor para mí, no me gusta el jugo de arándanos, por mi que beba todas las botellas que compré en el supermercado la última vez que fui.
Solo han pasado dos días desde que me mude a este apartamento y no he visto a Atlas por ninguna parte. Pensaba que solo había ido a ver a su hermana. Pero, a menos que su hermana viva al otro lado del mundo, no sé qué más puede estar haciendo para tardar tanto.
Me he sentido un poco sola. Creo que tiene mucho que ver el ambiente de este apartamento. El aura de este lugar es muy pesada y quizá puede ser por la decoración tan sombría. Por eso le pedí a Jenna venir con la excusa de que debíamos celebrar mi nuevo empleo.
Es un restaurante no muy famoso, pero tiene una muy buena paga y está a solo cinco minutos de distancia al apartamento caminando. Por lo que me sienta de maravilla. Así no debo tomar el subterráneo ni mucho menos levantarme muy temprano para ir a trabajar. Para mí, las horas de sueño, son sagradas.
—¿Cómo es que Atlas es tu compañero de apartamento, y nos sabes donde mierda está?
—No lo sé, Jenna. No le voy a poner un rastreador que me diga donde y con quien está. No soy una psicópata —. Enarca una ceja —Solo digo que no soy su niñera, si él aparece en una alcantarilla borracho, no es mi culpa.
—¿Qué pasa contigo? Algo pasó entre ustedes y no me lo quieres decir. Además olvidas que Atlas no bebe. No sé porque, él dice que no necesita estar ebrio para disfrutar de una buena noche con amigos ¡Es muy raro!
—No es raro. Él solo quiere proteger su órganos y no terminar en un coma etílico como tú comprenderás.
Tomo asiento en el sillón de la sala de estar y Jenna imita mi movimiento. Me mira con esos ojos café intenso que me hacen saber que no me dejará en paz hasta que le diga qué esta pasando con Atlas y yo. La verdad es que no he podido contarle a Jenna que me acosté con Atlas. No es como si haya sido la gran cosa, simplemente fue un polvo de una noche. Ambos sabemos que esto no puede volver a pasar. Ahora tenemos que convivir a diario y lo último que quiero es que está convivencia se vuelva incómoda.
—Está bien. Te lo contaré. Te dije que me había acostado con alguien. Pues ese alguien resultó ser Atlas —. Abre la boca negando, moviendo la cabeza de lado a lado —. Sí, al parecer, Atlas no es homosexual. Y siendo honesta, me alegra que no lo sea.
—Eh...No sé que decirte. Sí hubiera sabido que Atlas ocultaba a una anaconda debajo de sus pantalones, hubiera salido con él en vez de Mack. Entonces, ¿Atlas folla como un puto Dios? —Asiento —¡No puede ser! Ahora ¿Cómo lo voy a ver a la cara? ¡Qué vergüenza!
—Deja el drama, Jenna. No ha vuelto a pasar, si es lo que estás preguntándote. Ambos estamos de acuerdo en que no volverá a pasar. Ni siquiera ha aparecido por aquí, ¿Sabes dónde pueda estar?
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Encuentros Inesperados +18
RomanceContenido +18 Freia está cansada de vivir bajo la sombra de su hermana mayor, por lo que un día decide irse de casa de sus padres en busca de encontrarse a sí misma. Con los pocos ahorros que tenía en su cuenta bancaria, logra arrendar un pequeño ap...