Capítulo Nueve
Freia
¿Thomas? ¿Quién es Thomas? Atlas no me había comentado del tal Thomas. Emma solo le pasa el teléfono a cada uno de los integrantes de la mesa, el teléfono no tarda mucho en llegar a mí. No sabía muy bien lo que debía hacer. Pues no quería que pensaran que soy una chismosa, pero es que ver a la persona que esta en la pantalla, es más fuerte que la educación que me inculcaron en casa.
—¿Saben a qué hora va a venir a desayunar? —Pregunta Ada para luego darle un sorbo a su café con leche.
—Thomas es el hermano de mi padre, y el hermano gemelo de Alessia —. Me susurra Atlas aún con su mano reposando sobre mi muslo. Tengo miedo a que Brady se percate de lo que esta haciendo su hermano. Por suerte ella está muy concentrada en algo que le comenta Klaus.
—Debe llegar en cinco minutos. Dijo que iba a venir con su hijo —. Comenta Emma tratando de trinchar una fresa con leche condensada.
—Aún no puedo creer que Thomas tenga un hijo casi de la edad de Atlas. Lástima que no lo haya presentado antes —. Alessia concentra su mirada en su plato mientras habla —Atlas, ¿Has hablado con...? —Él carraspea haciendo que su tía se quede en silencio. Atlas, de inmediato, aparta su mano de mi muslo. Algo está pasando aquí. El ambiente se ha puesto más tenso.
—Sí, hablé con él hace unas horas. Pero no me dijo nada de que vendría al desayuno —Explica y todo el mundo aquí, se queda en completo silencio. Esto es incómodo.
El ambiente, incluso, se puede cortar con el cuchillo de la mantequilla. No creo que se haya puesto de esta forma mencionar el nombre de Thomas, su tío. Siento que puede ser más por el hecho de que mencionar a su hijo, el cual aún no han dicho su nombre. Tampoco es que lo pueda conocer, pero es que si van a contar el chismecito familiar, que lo hagan completo ¿No?
La puerta se abre y de inmediato todos nos volteamos para ver a las dos personas que acaban de entrar. Bueno, no todos. El único que no se voltea es Atlas, él continúa comiendo como si nada pasara. Como si el ambiente no estuviera pesado.
—¡Buenos días familia! —Comenta el hombre alto, tal vez de la misma altura de su sobrino. Sus ojos son los mismos que Atlas, incluso podría apostar que es Atlas con un par de años más. Tiene un traje azul hecho a medida. Es otro hombre que me grita: "Sugar Daddy".
—Atlas —. Esa voz. ¿Por qué el universo tiene que conspirar en mi contra?
Me volteo para verlo. Y ahí está él con su cabello castaño y los ojos grises representativo de cada uno de los integrantes de esta familia. Literal todos tienen los ojos de ese color, excepto Leisen y Klaus. Todos los demás tienen los ojos gris tormenta. El chico que ha entrado por la puerta, dejando a todos con la boca abierta, tienes las manos en los bolsillos con la espalda recta. No deja de mirarme fijamente.
—Sean, me alegra que hayas podido venir a nuestro desayuno familiar —. Comenta Nate tratando de amenizar el ambiente. No lo logra.
—No sabía que hacíamos desayunos "familiares" —. Contesta sentándose al frente de Atlas.
Ellos dos parecen estar en un conjunto de miradas fijas. Creo que ninguno de los parpadea con tal de no perder el contacto visual. Todos estamos a la espera de que algo suceda. De que digan algo que haga que el ambiente se vuelva menos tenso.
—Me alegro mucho de verte, Thomas —. Ada lo abraza y él le corresponde al abrazo. Mi mirada viaja a uno de esos portarretratos que reposan en las paredes. Es como ver al padre de Atlas junto a Thomas. El parecido es aterrador.
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Encuentros Inesperados +18
RomanceContenido +18 Freia está cansada de vivir bajo la sombra de su hermana mayor, por lo que un día decide irse de casa de sus padres en busca de encontrarse a sí misma. Con los pocos ahorros que tenía en su cuenta bancaria, logra arrendar un pequeño ap...