Capítulo 4

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Capítulo Cuatro 

Atlas 

Los recuerdos del pasado pueden doler muchas más que lo que enfrentamos en nuestro presente. Olvidar es aquel deporte que no nos suelen enseñar en clases de educación física. La doctora Gianna, dice que para ser felices se debe olvidar. Yo no puedo olvidar, no puedo perdonar. No puedo.

Quiero desconectarme de este castigo eterno, llamado vida. No es bonito vivir de esta forma. He estado la mayoría de mi vida siendo preso de los hospitales. Yo solo soy como ese experimento con el que han gastado millones de dólares con la esperanza de dilatar aún más mi muerte.

Mi madre dice que debo ser fuerte, cuando ni ella no es. Ella no fue fuerte cuando debió haberme dicho la verdad de lo que sucedió con mi padre. Ella no fue valiente. Ella no pudo decirme nada. Yo lo hubiese entendido. No merecía haberme enterado de la manera en que lo hice.

Aunque ellos piensen que actúan mucho mejor que los actores de Hollywood no lo hacen, pues yo me doy cuenta de todo lo que pasa. Todos viven a la espera de que ocurra algún milagro. Pero también viven con el miedo de que algún día mi corazón deje de latir. Lo que puede pasar en cualquier momento y no me molestaría que eso pasará.

Mi padre era mi Capitán América. Por mucho tiempo culpé a mi madre por haberme alejado de él. Hubiera querido conocerlo por mucho tiempo. No conviví con él por mucho tiempo, él se fue en el mejor momento de mi vida. Ya todo estaba bien, yo ya tenía un nuevo corazón. Ya no me estaba muriendo, y él se había ido de viaje dejándonos solos a mamá y a mí.

Nuestra vida se había vuelto sombría y fría. Papá no estaba cuando mamá dio a luz a Brady, y en verdad pensé que iba a aparecer en el hospital e iría a ver a mamá. Pero no pasó, él se había ido. Ni siquiera vino a mi cumpleaños, o a navidad o noche vieja. Él se había olvidado de nosotros, nos había dejado solos.

Me enojé mucho cuando mamá quiso salir con otro hombre. Papá la estaba esperando y ella estaba con otro hombre, eso no era justo. Mamá se enojó mucho conmigo por haberle hecho terminar con ese hombre. Ray no era un mal hombre, pero era muy viejo para mamá. Espero que haya podido encontrar el amor nuevamente.

Tenía las esperanzas puestas en mi décimo cumpleaños. Creía que papá podía aparecer con un gran regalo en mi fiesta de cumpleaños, pero no fue así. No vino a mi fiesta y me enojé mucho cuando eso no pasó. Le dije muchas cosas a mi madre y a mis tíos. Pues ellos solo disfrutaron de la fiesta, mientras que yo aborrecía estar ahí sentado sin mi papá. Quería que mi Capitán América, apareciese. Ya no podía seguir haciendo justicia por otros, pero no para su propia familia.

Después de dejar de hablar por dos semanas, mi madre por fin me contó toda la verdad. Me sentí tan estúpido al notar lo inmaduro que había sido. Pero me hubiera gustado que me dijeran la verdad desde un principio sin importar mi corta edad en ese entonces.

Sentí mucha envidia de mis primos. Pues Leisen tenía a Nate y a Alessia. Quienes a pesar de que viajaban constantemente, siempre la llevaban con ellos. Mientras que Klaus y Nina siempre tuvieron ese manto por parte de Luka y Emma. Mi hermana y yo no teníamos a nadie. Nadie que fuera a las actividades del día del padre.

Aún me siento mal por Brady, mi hermana, pues ella ni siquiera sabe cómo era papá en persona. Nunca lo conocía mas que por fotografías. Ella no le hace mucha falta papá. Para ella Luka y Nate son sus padres. Yo, por mucho tiempo, también los consideré como mis padres. Pero no era lo mismo. Extrañaba mucho a mi padre, y mi madre por mucho que lo negará, también lo hacía. Las noches que pasó llorando no me lo pueden negar.

Encuentros Inesperados +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora