capítulo 36

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Una de las primeras lecciones de Dino y Tsuna con Reborn como su tutor fue que nunca perturbaran su sueño si no querían recibir algo desagradable y doloroso en la cara.  Lo que ninguno de los dos sabían es que esa era una de las únicas cosas que Reborn no hacía a sus estudiantes por maldad, diversión sádica o su extraña enseñanza espartana, sino que en realidad lo hacía por la seguridad de sus alumnos.

Ser un asesino a sueldo, un hitman, significaba que estás dispuesto a asesinar por dinero, un simple trabajo, un intercambio. Y si estás dispuesto a quitar una vida por algo tan banal como el dinero, entonces no te quejes si alguien viene detrás de ti para hacerte lo mismo, ya sea otro asesino a sueldo o alguien en busca de venganza.  

Esta era una realidad a la que Renato, cuando aún era un principiante en todo eso de ser un hitman, tuvo que acostumbrarse rápidamente. Y con esa nueva realidad venia incluida: la paranoia, confiar en contadas personas,  revisar lo que comías y bebías, verificar a cada persona con la que te cruzaban en el camino por alguna arma oculta que quieran utilizar contigo, ser sensible a la intención asesina dirigida hacia ti, así sea muy mínima, saber esquivar si algún francotirador te disparaba e incluso durante el sexo tenías que estar alerta.

Así que no era de extrañar que dentro de todo eso también estuviese el ser consciente y vigilante al instante de despertar, no relajarse hasta reconocer el entorno y las personas que estaban consigo, y si se encontraba en paradero desconocido, con personas desconocidas, lo más seguro es disparar primero y preguntar después, porque lo más seguro es que esa acción te salvará la vida. 

Y era precisamente por esto que una de las primeras reglas de Reborn para sus alumnos era no perturbar su sueño, porque sabía que, mientras se habituaba al nuevo ambiente y a las nuevas personas, podría matar a cualquiera que lo molestara inesperadamente en su sueño (y era muy malo para el negocio que Roborn estuviera matando a sus estudiantes o sus familias el primer día solo porque lo despertaron, con eso nadie más lo contrataría) , pero para cuando se acostumbraba a su nuevo entorno y a las personas en él, y no hacía falta esa regla, ya sus estudiantes estaban demasiado  asustados de despertarlo y simplemente no lo hacían (no es que Reborn se estuviera quejando de ese beneficio inesperado de su paranoia). 

 Ese disparar primero y preguntar después se multiplicaba hasta 5 veces si se despertaba después de quedar inconsciente por alguna herida, siendo esto en parte la razón, además de negarse a dejarse estar vulnerable, a la que no sucumbía por sus heridas hasta que se sintiera seguro o lo noqueara el drenaje de llamas y/o la pérdida de sangre, lo que ocurriera primero.

Todo esto explicaba el porque, apenas se despertó en lo que reconoció como Vongola medical, con alguien a su lado (una mujer por lo que pudo deducir), activo pero con sus llamas y aura reprimidas (algo que en la mafia solo hacían generalmente los asesinos), que su primera respuesta fue disparar primero, (o en este caso atacar ya que no tenía un arma a la mano) y preguntar después.
 

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Desde que el arbaleno Reborn llegara herido y quedara inconsciente en el hall de entrada en los brazos de Jasmine Potter Black y esta se negase a separarse de su lado, en el fuerte de hierro se sentía una tensión palpable que se podía cortar con un cuchillo. 

A esta tensión se le sumaba la preocupación por el ex arcobaleno del sol.

Reborn llevaba dos días inconsciente, la pérdida de sangre y el drenaje de llamas había sido tal que de haberse demorado un poca más en recibir tratamiento es probable que hubiese muerto.

una noche, toda la vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora