Este tambíen es mi hogar

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El verano se acaba este fin de semana. ¿Fui capaz de disfrutarlo al máximo antes de entrar a la universidad? No y no quiero hablar del tema. Sin embargo, mis compañeros de casa han disfrutado cada segundo qué pasa. Tanto es así que todavía me zumban los oídos con los aullidos de las mujeres con las que lo han disfrutado.

Mis últimas vacaciones antes de ir a la universidad y volverme una mujer responsable, solo quiero ser dueña de estos hermosos dos días tanto como ellos fueron de todo el verano. No, no tanto como ellos, mejor, lo haré mejor que ellos.
De algún modo.
He visto y oído tanto sexo este verano que es todo en lo que pienso.
Tanto que ni siquiera mi rutina de meditar y hacer yoga, me calma, es incómodo y no puedo sacarme esos pensamientos de la cabeza.
Todo porque los niños no pueden controlarse como personas normales, a veces me dan ganas de ver si les sale una cola para comprobar mi teoría de que son unos íncubos.

No he podido tener un orgasmo desde hace, ¿hace cuánto no tengo un estúpido orgasmo bueno? Dios que vergüenza, es horrible ser consciente de mi triste realidad.

Llevo semanas preparando mi banquete sexual, y ya no puedo aguantar más, tengo que hacerlo realidad, con ellos o con otros, me niego a terminar el verano convirtiéndome otra vez en Virgen, sé que no es posible, pero en verdad me siento como una Virgen y no como la santa Virgen sino como una pobre Virgen que tiene una imaginación muy muy amplia.

Las grandes paredes de ladrillo de la mansión se elevan sobre mí mientras mis pies crujen sobre el camino de entrada. Antes de venir aquí, hubiera pensado que tener dinero sería la vida perfecta. Lo es de cierto modo, pero no es ninguna poción curativa para tus traumas y enfermedades mentales. El dinero parece crear una ilusión de calidad y felicidad, una casa grande, carros de lujo, un buen colegio, una buena universidad, comida toda la que te puedas imaginar y si todo es muy bonito pero también muy falso. Todo se siente rígido. Como si esta casa y la decoración perfecta en el interior fueran solo accesorios.

Recuerdo lo malvado que se veía este lugar cuando llegué por primera vez, sin pensar que algún día iba a vivir en él, me enamore a primera vista de él aura de peligro que emanaba. Una cosa es venir a visitarlos de vez en cuánto, pero otra era vivir en el, con las contraventanas oscuras y los setos perfectamente recortados, todo goteando dinero que nunca había tenido antes, y supe que ese lugar, siempre sería mi primer hogar.
Y puedo después están los chicos.
Habían crecido para ser los villanos de una novela. También goteando dinero. Intimidantes, pero seductores al mismo tiempo, habían crecido como un buen vino añejo.

Y bueno yo siempre me otorgo el crédito de haberlos convertido así, al principio siempre fui la más rebelde, la que rompía las reglas y ellos me seguían, la que empujaba a un chico y ellos empujaban a tres más, pero... Después tuve un golpe de realidad a los 12 años, a los malditos 12 años de edad, ¿quién mierda tiene un golpe de realidad a esa edad? Yo, y ahora eran ellos los que siempre me llevaban a mí, de la mano a cualquier aventura que se les ocurría.

Paso a través de las sombras de los grandes balcones que sobresalen del edificio, aunque se vea imponente a simple vista, no usamos todas las habitaciones, los cuatro preferimos dormir todos en el mismo piso en los cuartos más pegados, siempre tuve la opción de tener mi propia habitación, pero hubiera sido al otro lado de la casa lejos de ellos y con mis recurrentes pesadillas y temor a la oscuridad solo decidí acurrucarme con ellos todos estos años.

Salgo de la casa dirigiéndome hacia los vecinos. Cameron también iba a entrar a Columbia. Ha sido el vecino de al lado desde que tengo memoria, es amigo de nosotros, como solo un vecino lo puedo hacer, aunque los chicos lo consideren solo un extraño con el que no debería juntarme porque desde que tiene 11 esta "enamorado" de mí, por supuesto no son las palabras que siempre usan para recordármelo.

SOLO UNA REGLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora